Dicen que no hay dos sin tres, y eso deben pensar en las oficinas del UCAM CB Murcia en el Palacio de los Deportes, donde los responsables del club universitario acaban de cerrar el fichaje de Vítor Faverani. El brasileño, uno de los grandes ídolos de la afición del equipo murciano, regresa a la que nunca ha dejado de ser su casa pese a abandonarla en dos ocasiones, la primera para marcharse traspasado al Valencia Basket y la segunda hace solo unos meses (15 de enero de 2017) para jugar en el FC Barcelona, que dejó en las arcas del UCAM unos 250.000 euros.

Después de que su marcha al conjunto azulgrana no saliese como era esperado -rescindía su contrato en mayo- y de verse obligado a pasar por el quirófano por unos problemas en el sóleo, el pívot brasileño, que estas semanas está entrenando en Murcia, ha considerado que la mejor opción es regresar una vez más al UCAM, donde de la mano de Ibon Navarro, su nuevo entrenador, intentará de nuevo alcanzar su mejor rendimiento y dejar atrás la pesadilla de las lesiones.

La operación se lleva gestando ya varias semanas. De hecho, este diario, tanto en su edición empresa como en la página web, publicaba el pasado 8 de julio que todos los pasos de los responsables universitarios iban encaminados a convertir a Faverani en la guinda de un pastel que esta campaña volverá a competir en Europa, concretamente en la Champions. Tras obtener el visto bueno de los servicios médicos, que consideran que el jugador está superando sin problemas su lesión y que podrá rendir en perfectas condiciones una vez dé comienzo la liga ACB, Alejandro Gómez, director general de la entidad, y Faverani solo han tenido que sentarse en la mesa y firmar el contrato que permitirá al brasileño afrontar su tercera etapa como jugador murcianista.

El hecho de que el carioca entre en el cupo de jugadores españoles al llevar desde los quince años en nuestro país también ha sido un detalle importante para que el deseo de los aficionados del UCAM de ver a Faverani en el Palacio se haga realidad.