El FC Cartagena se encontró en su tercer amistoso de la pretemporada con más dificultades de las que esperaba para superar a un rival de categoría inferior. Un adversario correoso, un césped en mal estado y unos canteranos que no dieron el nivel durante el primer tiempo y parte del segundo imposibilitaron una nueva victoria. Solo al final aparecieron los teóricos titulares de Monteagudo, pero tampoco ellos fueron capaces de anotar un solo tanto en San Pedro del Pinatar.

Al contrario que en los anteriores compromisos, Monteagudo apostó de inicio por la unidad B, que en las circunstancias actuales de la plantilla está compuesta casi al completo por jugadores del filial, a excepción de Ceballos (que jugaba de mediocentro) y Adama. Desde el inicio, el choque fue tremendamente igualado a la par que aburrido. Un remate del canterano Iván Pérez que detuvo el portero y un cabezazo demasiado picado de Ceballos forman lo más reseñable de todo el primer periodo por parte de los cartageneristas. El delantero del Pinatar Diego probó suerte con un disparo muy fuerte desde lejos, pero se marchó por poco por encima del larguero.

Como en el partido anterior, se realizó un parón cuando habían transcurrido veinte minutos de cada tiempo para que los jugadores se hidrataran. El césped artificial del José Antonio Pérez, en mal estado al igual que los balones, dificultaba la circulación balón de ambos conjuntos. La intensidad era superior a la de los compromisos anteriores, e incluso rozó la dureza en ciertos momentos del choque.

Hasta cuatro jugadores jugaron sus primeros minutos con el primer equipo albinegro: Javi Ros, Kuki, Abdou y Javi Inglés. Cuando se cumplía la hora de juego, apareció en escena el equipo titular del Cartagena. Los diez cambios que introdujo Monteagudo imprimieron una velocidad más al partido, pero no revolucionaron el encuentro como se preveía. El Pinatar retrasó sus líneas y el portero local solo tuvo que intervenir para detener un remate a bocajarro de Hugo.

Sin embargo, un par de errores de Jesús Álvaro permitieron al Pinatar acercarse a la meta de Marcos al contragolpe. En el primero de ellos, Óscar Ramírez solventó un gol cantado. La intensidad de los pinatareses neutralizó a la pri