Aún con la polvareda en el aire que ha dejado la contratación de Biel Ribas con el Real Murcia y la maniobra de Deseado Flores, director deportivo grana, al levantarle el fichaje a su exsocio Paco Belmonte, el propietario del club albinegro no quiso entrar en polémicas con su excompañero de viaje de hace un par de temporadas y, de puertas para fuera, puso al mal tiempo buena cara.

Belmonte, tras ser preguntado si considera que Deseado Flores se habría vengado de alguna manera del Cartagena o habría actuado movido por algún tipo de represalia, decía que «no entiendo de venganzas. Sé lo que es el fútbol y nadie va a venir ahora para enseñármelo. Intento aprender de los mejores. En el fútbol si sacas pecho enseguida te colocan una chepa. Así que mi manera de verlo todo es seguir en línea recta. Estoy orgulloso de cómo estamos trabajando, y a partir de ahí, tratar de seguir dándole forma a este equipazo que arrancará el próximo miércoles, que va a ser de los mejores del grupo cuarto y aspirará a todo».

Decía además Belmonte que es cierto que Biel Ribas tenía ofertas importantes de varios equipos, entre ellas la del Cartagena, aunque al final se ha decantado por el Real Murcia «Hasta que un contrato no está firmado, en el fútbol puede pasar cualquier cosa. El representante nos había manifestado que le gustaba nuestra proposición y la palabra del representante era de venir aquí, aunque al final hayan decidido irse a otro lado y nosotros vamos a respetarlo. No vamos a sacar los trapos sucios de jugadores ni de representantes. Le deseamos la mayor de las suertes al jugador, pero solo queremos futbolistas que quieran estar aquí».

Belmonte quiso dejar claro que no se comparan con nadie, y menos con el Real Murcia. «No vamos a cambiar nuestra línea de actuación, ni nos vamos a volver locos con ofertas mareantes, ni vamos a entrar en subastas de futbolistas, ni voy a dejar de pagar a la Seguridad Social o a Hacienda para que un futbolista venga aquí. Esto es el Cartagena, que tiene una línea de actuación y es un proyecto. No vamos a entrar en polémicas con nadie, ni clubes, jugadores o representantes. Configuraremos la mejor plantilla posible, que será para luchar por el ascenso sí o sí».

Pero el asunto de Ribas todavía sirvió para mostrar una declaración de intenciones del presidente: «No voy a entrar en ningún tipo de polémica. Quien conoce a Manolo, Alberto Monteagudo o a mí sabe cómo somos y nuestra manera de actuar. No vamos a variar el presupuesto o a ir al Ayuntamiento a pedirle dinero, ni vamos a solicitar ayuda para avales, ni historias de esas. Le debemos el respeto al abonado, al patrocinador, a las instituciones que nos apoyan y esa línea no me la va a cambiar nadie. Tenemos los pies en el suelo y que a nadie le quepa la menor duda que el Cartagena tendrá un equipazo para subir a la Liga 123, mucho más barato de otros clubes».

A continuación, lanzó otro dardo a Flores, eso sí, sin decir nombres: «Cuando no puedes ir en un Mercedes, porque si lo haces dejas de pagar otras cosas, te conformas con un Seat Ibiza a 120 kilómetros por hora, que es lo que dice la ley. Nos regimos por lo que dice la ley y así tratar de llegar a los objetivos».

El dueño de la entidad, a pesar de tirar alguna piedra a la casa del vecino, trató de hablar midiendo mucho sus palabras, para no entrar en debates ni polémicas. «Parecía que -Biel Ribas- iba a aceptar nuestra oferta, pero ha decidido irse a otro. Vamos a valorar las muchas proposiciones que tenemos encima de la mesa y le ofreceremos al entrenador un portero de primer nivel».

Según indicaba el periodista Pedro Caparrós en las redes sociales, Roberto (Mirandés) y Pau Torres (Valladolid), están en la órbita del club albinegro para ocupar la vacante dejada por Limones en la portería.

Por otro lado, Paco Belmonte aprovechó, a preguntas de los medios de comunicación, para indicar que por lo que está viendo estas últimas semanas «el mercado se está volviendo loco. Algunas ofertas son mareantes y no hablo del Real Murcia», y explicó que tratará de elevar estas quejas por los altos precios en el mercado, en contraposición a los ajustes que impone la LFP en la próxima reunión de la Federación Española de Fútbol. «La LFP se ajusta en los salarios y en Segunda B se está llegando a ofrecer el mínimo salarial de una categoría superior. Nos debería inquietar estos precios y por eso expondré mi punto de vista en la comisión mixta de Segunda B, puesto que no existe el control económico que deberíamos tener en Segunda B».