La marcha de Fotis Katsikaris al Hapoel Jerusalem provocó que el UCAM CB Murcia tuviera que activar otro plan en el banquillo para afrontar su segunda experiencia consecutiva en Europa. Ibon Navarro, quien mañana será presentado como nuevo técnico universitario, es el elegido para liderar el nuevo proyecto del club en el que compaginará la liga ACB con la Basketball Champions League. Sin embargo, sobre el papel, el perfil del nuevo técnico encaja al a perfección con las señas de identidad que ha defendido el equipo murciano durante los últimos años.

«Tratará de hacer hincapié en contar con una defensa agresiva, que permita rebotear y realizar transiciones rápidas. También se centra mucho en el bloqueo directo, en jugar bien los primeros segundos de posesión y en que el equipo tenga mucho ritmo», afirma a LA OPINIÓN el murciano Álex Hernández, quien coincidió con el técnico vasco el pasado curso en las filas del ICL Manresa. El base, del barrio del Infante, puso rumbo el pasado verano a Lituania tras seis temporadas en el conjunto catalán y guarda un buen sabor de su último entrenador en la Liga Endesa. «Tengo buenos recuerdos. Sobre todo lo que más me gustó es que es un entrenador muy trabajador, es joven pero cuenta con muchísima experiencia y sabe cómo tratar a los jugadores. No solo tiene futuro, también cuenta con un buen presente», asegura el base.

«Es una persona muy comunicativa. Le gusta ser exigente en el día a día y que cada entrenamiento cuente con la máxima intensidad, pero fuera de la pista también es muy cercano y está pendiente de todo lo que rodea a cada jugador», añade. Álex Hernández ha cuajado una buena temporada en las filas del Alytaus Dzukija lituano, donde llegó a disputar el play off por el título ante el Zalgiris Kaunas de Augusto Lima con unos promedios de 7,8 puntos, 4 rebotes y 4 asistencias. «Ha sido una experiencia muy buena, estoy contento. Sobre todo porque no he tenido ningún problema físico y eso me ha ayudado a estar a buen nivel», explica el jugador murciano.

Sin embargo, todavía no sabe el camino que tomará el próximo curso. «No tengo ningún plan específico, estoy esperando. No me importaría seguir fuera de España o en Lituania porque me ha gustado estar fuera. Aunque también me hace ilusión regresar. Decidiré depediendo lo que tenga», dice.