Este Lorca Deportiva, de tan solo cinco años de vida y que empezó en primera autonómica, logró el ascenso a Segunda B. Un hombre, el ahora técnico Galiana, quien como jugador ya ascendió a otro Lorca, es un hombre feliz y renovado. El sufridor presidente, Joaquín Flores, ya puede dejar el cargo tranquilo y la conciencia. De paso cobrar lo estipulado por la venta del club a los 'Pinaboys'.

Otro hombre, el delantero Andrés Carrasco, con cuarenta y tres tantos, se tatuará la fecha del ascenso en su codo tal y como prometió.

El segundo entrenador, el mítico Antonio Robles, quien no pudo ascender como jugador la pasada campaña, también lloró.

El presidente, Joaquín Flores, un manojo de nervios, gran sufridor, se quedó descansando. Junto a él estuvo otro presidente importante del fútbol lorquino, Antonio Baños. Parecía un presagio.

La directiva del Lorca Deportiva decidió abrir las taquillas tres horas antes de empezar el partido. Los dirigentes lorquinistas ya barruntaban que no asistiría mucho público pese a la importancia del choque. No más de dos mil quinientos espectadores estuvieron presentes, una cifra escasa. En el palco y en los aledaños, estuvo uno de los dueños del Lorca, Quique Pina con sus inseparables, Juan Carlos Cordero, Peki y Joaquín Vigueras.

Tampoco faltó el presidente de la Federación Murciana de Fútbol, José Miguel Monge Carrillo. También estuvo presente el apagafuegos cartagenero, Alonso Gómez López, director general de Deportes, único representante del Gobierno Regional y eso que hasta cuatro altos cargos son lorquinos. Ningún miembro del partido que manda de la Corporación Municipal estuvo presente cuando empezó el partido. El Alcalde, Fulgencio Gil, y el concejal de Deportes, Juan Miguel Bayonas, llegaron en el minuto cincuenta y cinco de partido, ya que tuvieron que estar en la procesión del Corpus del Barrio San Cristóbal. Llegaron con el 1-1 y vieron lo mejor. Los representantes del PSOE se repartieron. El secretario general, Diego José Mateos, se decidió por el fútbol.

En el intermedio del choque, en la merienda siempre servida por el incombustible Fulgencio Lozoya 'Caracas', no pasó desapercibido el exconcejal de Deportes y ahora de Hacienda, Juan Francisco Martínez, ataviado con un peto naranja para poder estar a pie de campo. ¿Alguien lo entiende? Pues nadie. Pedro Cordero estuvo también muy activo. Dando muchas indicaciones desde el túnel de vestuarios.