Este 28 de junio se cumplen 25 años de la última promoción de ascenso a Segunda División fallida para el Cartagena FC, club que actualmente milita en categoría Preferente Autonómica. Un episodio que tuvo lugar tan solo dos días después de la gesta de la selección de Dinamarca en la Eurocopa de fútbol, en la que se proclamaron campeones tras haber sido invitados para sustituir a la excluida Yugoslavia, con motivo de la Guerra de los Balcanes.

Corría la temporada 1991-92, la segunda en la que el uruguayo Voltaire García ocupaba el banquillo del Efesé. Unos meses antes se había acariciado el ascenso, y logrado de no ser por el autogol de Pombo, y la directiva albinegra presidida por José Luis Belda optaba por dar continuidad al proyecto deportivo. Así, del que podría denominarse once titular, siguieron casi todos a excepción del cartagenero Alfonso y de la dupla ofensiva formada por Naixes y Boria. Dichas ausencias se compensaban con el regreso de Sagarduy y el definitivo paso adelante de un prometedor Manolo Requena.

Ese año, el Cartagena se estrenaba en el Grupo III de Segunda B junto a valencianos, madrileños y los equipos de la Región, entre los que se encontraba el de la pedanía pachequera de Roldán. Basados en una excepcional solidez defensiva, que llevó al equipo a estar diez jornadas sin encajar gol alguno, los de Voltaire García se consolidaron desde el principio de la competición en la cabeza de la tabla. El liderato se rubricaría de forma matemática en la jornada 36 empatando en Villarreal, entonces segundo clasificado, y el bagaje total en liga habla por sí solo: 15 goles encajados en 38 partidos y solo 3 derrotas, una de ellas ya en la jornada 37. Además, recordemos que hablamos de la temporada en la que el Efesé llegaba a cuarta ronda de Copa del Rey, cayendo de manera más que digna en San Mamés tras forzar la prórroga ante todo un Athletic de Bilbao.

En lo referente a la promoción, después de quedar primeros, tocaba disputar la liguilla contra otros tres rivales y en esta ocasión iban a ser Alavés, Sporting B y Badajoz los elegidos. Los dos primeros pasos en el play off dejaron contra las cuerdas a los albinegros, al cosecharse un raquítico empate en casa ante el filial asturiano y una abultada derrota por 4-1 en Mendizorroza. Sin embargo, la situación se enmendaría con dos victorias ante los mismos adversarios por 2-0 y 0-2 en Gijón, ante un Sporting B en el que militaban dos futuros futbolistas albinegros como Míner e Iván Iglesias. A falta de los dos últimos enfrentamientos frente al Badajoz, al Cartagena solamente le valía ganar un partido y empatar, al menos, el otro para ascender. En caso contrario la gloria sería para los pacenses.

Con este panorama, el primer encuentro entre ambos fue el 21 de junio en el Cartagonova, con 12.000 espectadores en las gradas y 1.500 venidos de Extremadura. Por una vez, en casa, se hizo el trabajo y en un partido en el que se fue netamente superior el Cartagena ganaba 2-0, con doblete de Rai. A tener en cuenta la racha de tres resultados consecutivos de 2-0 a favor, contra tres equipos distintos y jugándose la promoción. Qué fiabilidad atesoraba aquel equipo. Y como decíamos antes, ganado uno de los partidos al Badajoz el otro valía con empatarlo para ascender. Pero, como es costumbre en nuestra tierra, la ley de Murphy haría acto de presencia.

Fue el 28 de junio de 1992, una fecha recordada por muchos aficionados cartageneros como una de las mayores encerronas en los anales del fútbol, en el viejo Vivero, con una temperatura cercana a los 40ºC y 13.000 espectadores que lo llenaron hasta la bandera. Un ambiente tan hostil que hasta a los jugadores más curtidos, como Raudona o Paco Sánchez, les fue imposible de manejar para evitar que se repitiera la historia. Los locales, por su parte, tuvieron una salida fulgurante y pronto se adelantarían en el marcador. Poco después, afortunadamente, igualaba la contienda Pedro Cordero y cuando parecía que se alcanzaría el descanso con empate en el marcador, favorable a nuestros intereses, llegaba el primer mazazo de la tarde. Otro gol volvía a adelantar al Badajoz y, para rematar la faena, justo tras la reanudación Rai era expulsado con roja directa al caer en la provocación de un rival. Ahí se acabó todo. El Cartagena sería arrollado en los minutos siguientes, hasta llegar al definitivo resultado de 5-1, y se culminaba la enésima decepción de la parroquia albinegra. Aún de manera más estremecedora para los más de 1.000 cartageneros que se desplazaron hasta Badajoz y que acabaron con serios incidentes a la conclusión del choque.

A título personal y para concluir, mi recuerdo de aquel capítulo, aclarando que contaba con la tierna edad de 7 años, se resume en el transistor que mi padre estrellaba contra el suelo cuando al Efesé le hacían el tercer o cuarto gol de la tarde. A eso y a que un mes después España ganaba el oro olímpico de fútbol en Barcelona '92.