¿Qué eso de ser campeón de España de entrenadores personales?

Es un premio que lanza entrenarme.me, que es el buscador más grande de toda España y del mundo de entrenadores personales, y en el que hemos participado los más de 10.000 inscritos de la plataforma. En la primera fase el jurado daba una puntuación a nuestras web personales y me quedé el décimo, por lo que entré en la final, que consistía en lograr votos en las redes sociales. Cada uno teníamos un día para que nos votaran y conseguí más de 2.000 en 24 horas.

¿Tuvo que llorarle a mucha gente para le votaran?

La verdad es que fue una sorpresa muy grande. El día de las votaciones pasé bastantes nervios porque no sabía cómo iba a salir la cosa, pero la gente respondió muy bien y ahí se notó el afecto que me tienen.

¿Pero usted se dedica a eso?

Hace dos años terminé la carrera de CAFD y siempre he estado vinculado al fútbol. Tenía pequeños trabajos como entrenador de porteros y preparador físico en el Cartagena B, y también en una escuela de Cartagena, en Santa Ana. Para tener más posibilidades de ser contratado, empecé a dar clases de spinning. Al final, como me faltaban muchas horas por cubrir del día, decidí montármelo por mi cuenta y crear el proyecto Marcos Navarro Trainer, que es mi marca.

¿Qué tipo de clientes tiene?

Estoy especializado en temas de salud, en lesiones o patologías como obesidad, diabetes, cáncer, fibromialgia y artritis, dirigido a todo ese tipo de personas que necesitan una atención personal y que ahora, como están los gimnasios, no se la dan. También trato lesiones de espalda, de personas que pasan muchas horas sentadas, como vosotros los periodistas, que escribís mucho en el ordenador y que soléis tener muchas lesiones de hombro, codo y muñeca. Pero también llega gente que se inicia al ejercicio, que lleva muchos años sin hacerlo, porque uno de los problemas de los gimnasios es que tienen monitores de sala, pero no suelen prestar una atención personalizada a la gente.

¿Y tiene futuro esta profesión?

Ahora está muy en alza, cada vez se lleva más, sobre todo en ciudades grandes como Madrid, Barcelona y Valencia. En Murcia también se está desarrollando y en Cartagena, que es una ciudad más pequeña, la gente le está encontrado el verdadero valor a esta profesión.

¿Sigue vinculado al fútbol?

Sí, soy preparador físico y entrenador de porteros del Cartagena B y llevo otras dos escuelas.

¿Usted fue buen portero?

Bueno, me faltaban cinco centímetros, qué mínimo que medir 1,85 para ser portero.

¿Abandonó hace mucho el fútbol?

Hace dos años, cuando nació el proyecto del Cartagena B. O me quedaba jugando en equipos de la Región o daba el paso a los banquillos, que fue lo que decidí.

¿Qué es más difícil, ser portero o entrenador?

Ser portero porque tienes que tomar muchas decisiones en muy poco tiempo y si te equivocas, es gol.

¿Cómo se ha dado a conocer a la gente?

A través de las redes sociales, como Facebook, donde tengo unos 1.500 seguidores, pero en mi perfil de entrenarme.me tengo más de 10.000 visitas en solo un año y medio, que es algo muy difícil.

¿Cuánto cuestan sus servicios?

Depende de las sesiones y el tipo de servicio. En el caso de presenciales, yo trabajo con bonos de sesiones. Actualmente, en Madrid, algo así te podría costar entre 30 y 40 euros, pero en Cartagena son bastante más bajos.

¿Y se gana bien la vida?

Sí, sobre todo los planes de futuro que tengo, que pasan sobre todo por la salud, que es una vía y un camino importantísimo para el futuro, que cada vez tiene más demanda, y se complementa de forma interdisciplinar, es decir, el entrenamiento personal relacionado con otros profesionales como nutricionistas, fisioterapeutas o clínicas médicas. Por ejemplo, cuando el médico le diagnostica a alguien colesterol, lo manda a hacer ejercicio físico, que siempre que esté bien planificado, es muy positivo. Acabo de firmar un convenio con un nutricionista para ofrecer un servicio mucho más completo, ya que ambas cosas son muy importantes.

¿Pero cada día nos preocupamos más por nuestra salud o es simplemente postureo?

Hace quince años, quien iba al gimnasio era porque le gustaba, pero ahora todo el mundo va al gimnasio.

Pero estamos en una sociedad cada vez más sedentaria pese a que mucha gente haga deporte.

Sí, la obesidad es preocupante, en niños estamos a la altura de Estados Unidos. Hace muchos años lo veíamos muy lejos, pero por desgracia ya estamos ahí. Los niños cada vez juegan menos en la calle y comen peor.

Pero es una contradicción porque ahora hay más medios y mayor acceso a la información.

El problema son los hábitos. Uno de los consejos que le doy a la gente que llega por obesidad es que aumente su actividad diaria, ya no tanto que la alimentación sea muy buena, sino que se muevan.

Ya hay empresas que se preocupan por la salud de sus trabajadores.

Es que las bajas médicas de los trabajadores están relacionadas con el ejercicio físico. Si una empresa logra que sus empleados tengan la espalda fuerte, tendrán menos bajas por lumbalgia, que son muy frecuentes.

¿Y cuál es su metodología?

Es algo muy característico de mí. La defino con tres palabras: variada, dinámica y diferente a la idea de gimnasio que se tiene. Alterno mucho los espacios de entrenamiento al aire libre y en los centros deportivos. Mis sesiones con muy dinámicas, porque estamos una hora pero no paramos, no se repiten los ejercicios, que es otro de los problemas, que la gente se aburre o se pega una paliza el primer día y abandona.