El Real Murcia se ha ajustado a la moda que impera ahora mismo en el fútbol nacional, la de fichar a un entrenador que antes haya sido futbolista profesional. La expresión de 'haber sido cocinero antes que fraile' está siendo adoptada prácticamente en todas las categorías del panorama futbolístico y desde los despachos de Nueva Condomina se ha apostado por esta fórmula tras la contratación de Manolo Sanlúcar (Bornos-Cádiz, 18-11-1972) como máximo responsable del banquillo murcianista. Sin embargo, el entrenador gaditano cuenta en su haber con un factor que también ha sido clave a la hora de que le haya llegado una oportunidad tan ilusionante como sentarse en el banquillo de Nueva Condomina, que este curso ha dirigido desde el banquillo a un Villanovense que, a pesar de caer en la segunda ronda del play off de ascenso, se ha convertido en el equipo revelación de la Segunda B.

Sanlúcar es conocido en la Región por los amantes del fútbol, ya que formó parte de la plantilla del desaparecido Ciudad de Murcia que ascendió a Segunda División en la temporada 2002-2003. En el Ciudad fue un suplente de lujo y tras el ascenso salió del club rojillo dirección a Alcalá, donde pasó una temporada. Después el gaditano militó tres cursos seguidos en el Racing Portuense, del Puerto de Santa María, para terminar colgando las botas en la 2009-2010 vistiendo la camiseta del Ceuta.

Ya en los banquillos, su primera experiencia es en el Mairena de Aljarafe, de Tercera División y donde llegó a jugar los play off. Acto seguido tomó las riendas de un Algeciras que el año de la llegada de Sanlúcar supuso el ascenso a Segunda B, pero que al año siguiente descendió de nuevo a Tercera con el gaditano todavía en el banquillo. En marzo de 2016 llega al Villanovense para suplir a Julio Cobos en el banquillo y terminar salvando al equipo del descenso, para un año después, tras salvar al equipo, iniciar un proyecto que ha llevado a uno de los clubes más humildes del Grupo IV hasta la segunda ronda del play off de ascenso a Segunda.

Eso sí, viendo la trayectoria de Sanlúcar, que tiene cierta experiencia en los banquillos de Segunda B, el gaditano en Murcia sí que se puede decir que vivirá su primera gran prueba de fuego en un banquillo, puesto que la presión entre un club como el Villanovense y otro como el Real Murcia es insalvable. De hecho, la actual directiva del Real Murcia fue la que decidió en la jornada 28 despedir a Paco García, a pesar de contar con el importante respaldo de tratarse de alguien de la tierra, para contratar a un Vicente Mir que terminó por confirmar que la plantilla necesitaba un nuevo jefe para reaccionar, aunque la idea tampoco era la de caer en la segunda ronda del play off ante el Valencia Mestalla.

Haber contado con prácticamente la totalidad de la plantilla en el Villanovense rotando a muchos jugadores y todo ello sobre la figura de un ex del UCAM, Jesús Rubio, el único titular indiscutible para Sanlúcar, ha sido uno de los grandes aciertos de un entrenador que tiene delante el reto de su vida y que llega a una entidad en la que el ascenso está empezando ya a convertirse en una obsesión.