Arturo es un futbolista al que le van los retos difíciles. Ha demostrado esta temporada que le salgan mejor o peor las cosas, su esfuerzo, capacidad de sacrificio y trabajo están fuera de toda duda. Ha recibido tantos silbidos como aplausos esta campaña en la que asumía que iba a estar siempre en el filo de la navaja, porque la afición, siempre exigente con los suyos, premiaba a rabiar cuando las cosas le iban bien o silbaba sin pudor cuando las cosas le funcionaban mal.

Ahora, con una temporada más de contrato, el jugador aparece en la lista de sustituibles en el FC Cartagena. Desde el club nadie ha dudado del resto de jugadores que tienen una temporada más de contrato -Limones, Marcos y Sergio Jiménez-, pero en el caso de Arturo los dirigentes han sembrado la duda razonable de que le están buscando una solución amistosa para que el año próximo no vista la elástica albinegra. «Arturo tiene un año más de contrato, vamos a hablar con él y cuando lo hagamos tomaremos una decisión. Creemos que es un profesional como la copa de un pino, pero no ha estado acertado. Es un magnífico delantero, no sé cuál es el motivo, pero a Arturo otra temporada como ésta no le sale. Ha tenido muy mala suerte. Vamos a hablar con él, y a ver qué nos cuenta porque no lo ha pasado nada bien», decía Manolo Sánchez Breis, director general del FC Cartagena, en el programa deportivo de Ser Cartagena esta semana. El dirigente no lo dice abiertamente, pero parece evidente que lo que se plantea es que lo mejor para todos es que haya acuerdo para finiquitar el contrato y su representante le busque otro equipo el año que viene.

No es nueva esta decisión del FC Cartagena. Ya el pasado mes de enero, cuando estaba a punto de finalizar la etapa en la que los clubes pueden fichar jugadores para la segunda vuelta, el representante del futbolista recibió la llamada de Paco Belmonte, y éste le planteaba la posibilidad de buscarle salida para la segunda vuelta. Estaba claro que en el club no están nada contentos con su rendimiento en el aspecto anotador. Si bien es cierto que el entrenador lo ha defendido a capa y espada durante todo este tiempo -algo lógico, por otro lado-, la falta de puntería lo ha condenado a las críticas más incisivas. La realidad dice, por su parte, que Arturo no anota un gol desde el pasado 29 de enero, cuando marcó en el partido frente al CD El Ejido. Ha disputado después 17 partidos -cuatro de fase de ascenso-, pero el punto de mira del cartagenero no estaba bien afinado.

Mala suerte, presión, infortunio, poca definición. Son muchos los calificativos que se le pueden atribuir ahora a su temporada. Pero su desgracia ha sido, también, la de un equipo que ha sido capaz de ofrecer un fútbol atrevido y con infinidad de ocasiones de gol. Arturo tenía que asumir ese papel de goleador y no ha respondido a lo que se le pedía. Belmonte, dueño del club, indicaba en una rueda de prensa respecto a su desdicha con el gol que «si Arturo hubiera metido de las 25 ocasiones de gol que ha tenido cinco, habríamos acabado en primer puesto». Nunca ha habido críticas desde el seno del FC Cartagena al jugador, al menos de puertas para fuera, pero saben los dueños que mantener al futbolista puede volverse contra ellos si el jugador no endereza su rumbo la campaña que viene. La afición, de la que esperan que vuelva a ser fiel y renovar sus carnés como el año pasado, no va a perdonar que se vuelva a cometer el mismo error, lo que sitúa a la entidad y al propio jugador entre la espada y la pared.

El futbolista empieza ahora las vacaciones y le llegará una llamada de Belmonte donde le expresará el deseo de que abra el abanico de opciones para este verano. Arturo se la quiso jugar viniendo al equipo de su tierra y tras una temporada en falso no es de los que acaban rindiéndose. Es probable que responda que quiere triunfar en casa, aunque ahora todos los elementos están en su contra.

Dos delanteros más

Lo que sí parece claro es que el club fichará al menos a dos delanteros más para la próxima campaña. El propio Breis indicó en la emisora cartagenera que buscan dos atacantes, uno de ellos menor de 23 años. Eso sí, si Arturo decide finalmente firmar el finiquito de rescisión de contrato, el club deberá echar las redes para pescar dos futbolistas importantes para la categoría, que no le salgan rana como sí les ocurrió con Chus Hevia, Fernando, Germán o el propio Arturo.

El reto no es nada fácil, pero dar en el clavo es la diferencia entre tocar el ascenso con los dedos de la mano o volver a padecer un año en blanco.