El FC Cartagena ha despertado en el Mini Estadi del sueño del ascenso, después de que su victoria por 0-1 resultara insuficiente tras el 1-2 de la ida hace una semana. El conjunto albinegro se puso por delante gracias al gol de Sergio García de penalti en el minuto 34, pero su despliegue ofensivo fue insuficiente para llevarse la eliminatoria.

El conjunto cartagenerista ofreció una buena imagen en el Mini Estadi e interpretó bien parte del guión previsto por su entrenador para este encuentro. Una renta en contra como la de la ida era bastante dura de digerir para los pupilos de Monteagudo, aunque lo intentaron con intención sobre todo en el primer tiempo, donde gozaron de al menos dos claras oportunidades para ponerse por delante. En la segunda parte el bajón físico pasó factura y el Cartagena no supo cómo atacar a la bien posicionada defensa blaugrana. Tuvo que ser una falta cometida por Palencia sobre Sergio García la que alimentara las esperanzas albinegras. Pero el Cartagena murió ahogado en la orilla. Decepción, tristeza, lágrimas e impotencia de los jugadores que perdieron gran parte de sus opciones en el Cartagonova.

El técnico dejó fuera en el once inicial a Llorente y apostó de nuevo por una línea de cinco defensas, con tres centrales -Zabaco, Moisés y Ceballos-, mientras que arriba una línea con Germán, Cristo y Arturo como referente en ataque. El Barça B apostó por un equipo con más presencia de futbolistas en medio campo, un bloquemás conservador aunque en su fórmula sí que dejó que el equipo cartagenerista dominara y mientras tratar de aprovechar las salidas rápidas con sus atacantes para martillear la portería de Limones.

El conjunto cartagenerista fue el que mandó en la mayor parte del choque. Quiso variar su método para tratar de hacer correr a los jóvenes jugadores blaugranas. Pase corto y desplazamiento largo, sobre todo buscando la cabeza de Germán, para las opciones en segunda jugada o el espacio que podía crearse por sí solo Arturo. Importante fue el trabajo de los dos laterales. Óscar Rodríguez y Jesús Álvaro se desfondaron en labores ofensivas, pero también les tocó currar atrás.

El FC Cartagena empezó avisando a los siete minutos de partido con un lanzamiento seco de Cristo Martín, que no pudo atajar a la primera el meta barcelonista, y ante la llegada de Germán blocó con rapidez.

Respondía el Barça B con un disparo desde lejos de Gumbau -autor de un gol en la ida-, que Limones repelía con los puños. Aleñá lo intentó después pero ya el meta albinegro detuvo sin dificultad.

Los de Monteagudo no cejaron en su empeño de apretar, robar la salida del balón del rival y lo hacían en muchas ocasiones con la intensidad necesaria para poner en aprietos al oponente. El FC Barcelona B no se sentía cómodo con ese fútbol de toque acostumbrado al que están casi desde abajo, porque el bloque cartagenerista lograba arrebatar el balón y llegar con más frecuencia. Cristo Martín, titular tras varias semanas lesionado, se sentía cómodo entre líneas y suya fue en el minuto 31 la mejor ocasión de los visitantes en la primera parte. Un centro desde la derecha de Óscar Ramírez caía a la cabeza del albinegro, pero su testarazo, cuando estaba solo para colocarlo, fue demasiado centrado y Marlon desvió a saque de esquina. Aleñá, en una contra, lo intentó con una vaselina que tímidamente llegó a las manos de Limones.

La impresión era que el Barça B no necesitaba más para mantenerse cómodamente con ese resultado, aunque el Cartagena sí que estaba poniendo en aprietos al filial azulgrana.

Antes de llegar al descanso, un centro desde la izquierda de Jesús Álvaro se paseaba delante de la portería local y Arturo no llegó por muy poco al remate.

Tras el paso por los vestuarios el equipo cartagenerista sufrió más en los primeros compases porque el Barcelona B dio un paso adelante y le costaba menos jugar por dentro.

Sin embargo, el conjunto dirigido por Gerard López se convirtió en un bloque contemplativo, demasiado conservador y muy precavido, lo que hizo que diera un paso atrás. Monteagudo quitó a Arturo y dio entrada a Sergio García. Este provocó la pena máxima en el minuto 32, tras ser obstaculizado dentro del área. Transformó el penalti y puso más emoción en los últimos diez minutos.

Artiles y Hens fueron el último recurso de un Cartagena que ya llegaba por oleadas aunque sin demasiado peligro.

El equipo languidecía sin remisión y tendrá que esperar otro año más en esta Segunda División B que se ha convertido en un laberinto sin salida para el club.