Si ya de por sí el resultado de ida ante el Pontevedra (1-3) es muy favorable para que el Murcia tenga en la mano medio billete para la segunda ronda del play off de ascenso a Segunda, los datos desde que el equipo arrancó la Liga con Paco García en el banquillo, a pesar de que en la jornada 27 fue sustituido por Vicente Mir, han puesto de relieve un denominador común: al Murcia de este año es muy difícil hacerle goles desde que comenzó la Liga. Los seguidores granas solo han visto en 38 jornadas cómo perforaban la portería local en siete ocasiones, un factor que, junto a la gran racha de resultados tras el cambio de entrenador, ha sido clave para que el equipo pueda estar ahora inmerso en un play off para el que hubo que firmar una racha de matrícula de honor para recuperar el tiempo perdido.

Que el Real Murcia sea el equipo de los cuatro primeros de su grupo que ha terminado la fase regular con menos goles en contra, los granas han encajado en total, tanto fuera como dentro, 29 goles, por los 39 del Lorca FC, los 32 del Villanovense y los 35 del Cartagena, es la otra gran arma de una plantilla que en la primera vuelta también tenía una defensa de muchas garantías que se demuestra con datos de este tipo. No obstante, la profunda remodelación que sufrió el equipo en diciembre con diez incorporaciones ha terminado por modificar una línea defensiva que, aunque las cosas no salieron como quería lógicamente el técnico del barrio del Carmen al comienzo de Liga, también salvó de muchas derrotas a una plantilla que donde más deficiencias mostraba era de cara a la portería rival, no en la suya.

De la retaguardia grana ha cambiado hasta el portero, ya que Diego Rivas ha visto en la recta final como el canterano Simón le ha ganado la partida. Si la pareja de centrales formada por Golobart y Morante aportó hasta goles a lo largo de la primera vuelta, dos cada uno, y José Ruiz y Fernando Pumar como laterales estaban haciendo los deberes, primero Paco García y después Vicente Mir tras su llegada, ambos decidieron que un fichaje cedido por el Almería, Josema, pasara a ser el compañero de Golobart mandando a Morante directamente a la grada, mientras que otro refuerzo invernal, el lateral Juanjo, también logró la titularidad en un tiempo récord hasta el punto de que uno de los mejores laterales de la categoría como es José Ruiz se haya quedado sin hueco en el once.

Lo que ha resultado evidente es que defensivamente, esta misma plantilla, sí estaba bien preparada en verano para afrontar el reto de luchar por el ascenso, pero evidentemente los errores fueron que los jugadores fichados para marcar goles no dieron el nivel mínimo. Por eso la llegada de Víctor Curto y Sergi Guardiola, con diez y nueve goles respectivamente, ha sido verdaderamente el gran impulso de una plantilla que con dos goleadores de mucho peso para la categoría y con un planteamiento completamente distinto al del anterior entrenador ha conseguido superar las expectativas.

El Pontevedra que saltará al campo de Nueva Condomina el domingo a las siete de la tarde no tiene absolutamente nada que perder y sin embargo sí que tiene mucho que ganar, no por nada, salvo por el hecho de que llega a la capital del Segura, primero sin ser favorito, segundo con un marcador muy adverso y en la plantilla que dirige Luisito saben que, aunque es difícil, si consiguen marcar un gol antes que los granas también pueden generar cierto nerviosismo en un Murcia con mucho más oficio que su rival a tenor de lo que vio en el choque de ida y que mantiene, a través de sus jugadores, el mismo discurso de que no hay nada absolutamente conseguido y que habrá que trabajar mucho para que los gallegos no lleguen ni a soñar con tener opciones.

Para el partido del domingo sigue siendo duda si el entrenador del Pontevedra podrá alinear a Mario Barco, su máximo goleador con doce goles y que se recupera de una lesión le impidió estar en el choque de ida y que lo mantiene como duda para el de vuelta.