Suelen insistir los futbolistas y los técnicos cuando llegan los momentos resolutivos en los que hay mucho en juego, que los pequeños detalles serán los que marquen el devenir de un encuentro, una eliminatoria, un título, un ascenso o un descenso. Y es cierto que cuando hay tanto sobre la mesa, los equipos se vuelven muy cautelosos y se olvidan del estilo alegre y atrevido que es el que hace feliz a los aficionados y el que exhiben cuando la presión no les atenaza las piernas.

Es por tanto, el momento de jugadores que se convierten a lo largo de la temporada en esenciales para sus correspondientes clubes y si hablamos de ellos, en la eliminatoria entre el FC Cartagena y el Alcoyano tenemos que echar la vista a dos de los que están siendo fundamentales para sus clubes, pero sobre todo para sus entrenadores. Son los casos de Fernando Llorente en el FC Cartagena y Jony Ñíguez en el del Alcoyano.

Llorente es segoviano y a sus 26 años ha recalado en el FC Cartagena de casualidad, rebotado de una competición como la rumana en la que no encontró su sitio.

Llegó al equipo albinegro con el año empezado y con la segunda vuelta rodando, y lo suyo fue coronarse nada más vestirse de albinegro.

Desde su debut el 22 de enero en la jornada vigésimo segunda -Mancha Real-FC Cartagena-, el joven jugador castellano se ha convertido en la gran revelación de este equipo, pues ha ayudado a sacar las castañas del fuego al conjunto albinegro en muchas ocasiones. En 16 jornadas que lleva disputadas -incluida la de la fase de ascenso- ha marcado siete goles, que le han hecho ser el jugador más en forma del equipo en esta segunda vuelta de la competición liguera.

No deja de ser curioso que el presidente de la entidad moviera cielo y tierra en busca de un delantero y a falta de uno, fuese él quien usurpase esta vacante que sigue vacía por incomparecencia de los delanteros cartageneristas.

La aparición de Llorente ha supuesto cerrar las puertas a todos los demás que pudieran ocupar posiciones similares, en especial a Juanlu Hens, reducido desde hace muchas semanas a un jugador de banquillo a pesar de su experiencia.

Llorente es un jugador que aparece en momentos clave, pero cuando su equipo es capaz de desplegar todo su armamento ofensivo. Surge como un segundo punta y esta faceta anotadora no la había experimentado nunca en su carrera deportiva. Titular indiscutible para Alberto Monteagudo, Llorente es de los que se quedan hasta el final en los partidos cuando el marcador está ajustado, porque suele aparecer con un disparo, un remate o una acción que desestabiliza siempre cerca del área rival.

El mediapunta será de nuevo titular este próximo domingo en Alcoy y deberá asumir el rol de jugador determinante para que su equipo consiga alcanzar la segunda eliminatoria de la fase de ascenso.

El fútbol que ha desplegado en menos de una vuelta en la competición oficial le volverá a abrir las puertas en el fútbol español y muy probablemente en Segunda División.

Jony Ñíguez, por su parte, (mediocentro), por su peso específico tanto en el terreno de juego como en el vestuario es el futbolista a seguir de cerca el domingo en El Collao.

El futbolista venía de una experiencia poco gratificante en el fútbol esloveno (Koper) y en el Alcoyano ha vuelto a sentirse futbolista con 32 años.

Ha aportado equilibrio a la medular del equipo alicantino, junto a Fran Miranda, aunque también ha destacado por la aportación ofensiva especialmente en las acciones a balón parado. Es el máximo realizador (11 tantos), aunque 9 goles los ha conseguido desde el punto de penalti.

Ha disputado un total de 34 partidos de Liga regular, 31 completos.

Como dato curioso, es el hermano mayor de la saga Ñíguez: Saúl (Atlético de Madrid) y Aarón (Tenerife). Su padre, Boria, fue delantero del Cartagena en la década de los 80.

Llorente y Jony se mantuvieron en un segundo plano en el partido de ida, aunque el del domingo no será partido para que los jugadores se queden en la sombra. Más bien lo contrario, el partido será incluso más intenso que el vivido hace unos días en el Cartagonova, lo que provoca que los futbolistas determinantes tengan que dar un paso al frente para conseguir decantar la balanza a favor de su equipo.

Ni Llorente ni Jony Ñíguez son de los futbolistas que se arrugan y tanto Monteagudo como Seligrat tienen puestas en ellos sus expectativas para que la balanza se decante a su favor.