¿Este curso ha sido como un ´máster´ para los jugadores por las distintas situaciones que se han atravesado?

Esta temporada fue muy atípica en comparación con la anterior, que fue tremenda, pero sabíamos que teníamos el listón muy arriba y que teníamos un equipo con más calidad. En los momentos que perdimos varios partidos nos autopresionamos al jugar en casa y no encontramos los resultados. Pero el problema siempre estuvo en nuestra cabeza. Teníamos que confiar más en nosotros mismos y con el cambio de mentalidad recuperamos nuestra identidad.

¿La clave de la recuperación fue el parón por la Copa?

La clave de la buena racha fue que no nos planteamos objetivos de mirar hacia arriba o hacia abajo. Mirábamos el día a día. Vivíamos el momento, tratábamos de mejorar y en centrarnos en el partido del domingo como en una final.

¿Le costó mucho trabajo al equipo ese cambio?

Fue natural, cuando dejamos de pensar nos sentimos más tranquilos. La gente empezó a disfrutar de nuestro juego, nosotros también de jugar en casa y se ganó la confianza en los entrenamientos. Empezamos a entrenar de la forma en la que íbamos a jugar y una vez que te acercas a eso, cuando juegas, es como si ya lo hubieras hecho.

¿Cómo gestiona un jugador en la pista los buenos y los malos momentos con la grada?

La afición estuvo siempre, en las buenas y en las malas. Todavía más en las malas, pero estaba todo en nuestra cabeza. Veíamos todo negativo, en el ambiente estaba constantemente la comparación con el año pasado y eso nos terminó perjudicando.Nos metían una canasta y agachábamos la cabeza... y eso se hizo una bola. Los aficionados quieren ganar, como nosotros, y cuando se pierde, a ellos les duele de la misma forma. Se vivieron momentos de frustración por no encontrar ese buen ritmo, pero estaba todo en nuestras cabezas porque éramos un equipo bueno y lo hemos demostrado.

¿Siente que llegó como Campazzo y acaba como ´Facu´?

La verdad que sí, este año me acomodé en la ciudad, hice amigos... y fue como en Argentina, como si fuese mi segunda casa.

Ahora es momento de descansar, ¿le viene bien?

Es la primera vez que tengo tantas vacaciones, a veces no sé cómo manejarlo, pero me viene bien desenchufar. Pero a su vez no tanto. Si quiero llegar a mi mejor versión o llegar bien al equipo que vaya la próxima temporada o a la selección argentina, tengo que hacer cosas que nunca hice, como entrenar todo un verano. Mi objetivo es tratar de tener el mínimo descanso posible, pero lo suficente para tener de nuevo energía.

Uno de sus objetivos al llegar era ser un base más completo, ¿lo ha conseguido?

Espero que sí. Considero que di un paso adelante en el tema del base. He subido un escalón más, pero no en algo en concreto, en general. En la lectura, en manejar los ritmos... Obviamente mi ADN es lo que me trajo hasta acá y sin perder eso siento que voy evolucionando en otras cosas.

Se ha convertido en el mejor asistente de la historia del club.

Eso al final son como cariños para el jugador en la temporada, porque gracias a Dios es un deporte colectivo. Cuando el equipo andaba mal solo surgían un par de individualidades y cuando iba bien, cada día era uno u otro el que jugaba bien. Entrar en la historia personalmente me pone muy contento porque de acá a diez años, o cuando saquen ese récord, se va a acordar la gente de mí.

Katsikaris dijo en una rueda de prensa que a veces dejar huella vale más que un título, ¿ocurre eso en su caso en Murcia?

Sí, para nosotros hoy por hoy es mucho más trascendental entrar en la historia del club que los títulos. Nuestro título tiene que ser jugar otra vez Europa el año que viene o el haber intentado el play off, subir un poco más el listón...

Desde el inicio de su segundo año se le catalogó como uno de los referentes de la plantilla. ¿Cómo lo ha llevado?

Sí, no sé si lo habré hecho bien o lo habré hecho mal. Por momentos, a veces, me superó un poco porque era la primera vez que vivía una situación así. La de estar abajo, estresados por conseguir victorias... La posición del base es la de hacer jugar al equipo y a veces me sentí raro, pero después me sentí muy cómodo. Tenía alrededor a jugadores con mucha experiencia como Martynas -Pocius-,Benite o Antelo, así que tratamos poner cada uno nuestra experiencia para el bien del equipo.

¿Ha sido su temporada más madura?

Pienso que sí. Espero que a medida que pasen los años siga madurando un poquito más. Este año sentí que di ese paso, que todavía me faltan muchos más, para tratar de estar a la altura de esta liga que te demanda el cien por cien.

Le vemos más delgado...

Bueno, también considero que di ese paso también en ser un poquito más profesional. Escuchar más a mi cuerpo, que al fin y al cabo es nuestra principal herramienta de trabajo, y siendo más bajito que los demás no tengo que dar esa ventaja. Cada vez que me levanto intento pensar cómo ser mejor jugador tanto dentro como fuera de la cancha. En ese sentido pienso que también maduré.

¿Le ha ayudado a sentirse mejor en la pista?

Sí, sí. Siento mucha más energía. Mi objetivo personal es ser siempre regular y no sé si en el juego se mostró, pero en mi cabeza se vio siempre que estuve en una línea recta.

¿Los partidos que jugó con la máscara ha sido lo más difícil a lo que se ha tenido que enfrentar?

Sí, la verdad que fue bastante complicado. No me dejaba ver por abajo y tenía que botar como cuando era más niño, pero después te acostumbras. También tenía el miedo de volverme a golpear, aunque eso me hacía jugar más tranquilo a la vez en la lectura... pero sin perder como soy yo.

¿Quiere ser un base anotador o un base que puede anotar?

Voy a ser lo que tenga que ser, no quiero forzar nada. Obviamente me gustaría ser un base que puede anotar. Esta temporada tuve partidos con cero puntos y ganamos o hice muchos puntos y perdimos, así que por momentos sentía que estaba tomando mucha responsabilidad; en ese sentido di un paso adelante. Quiero ser un base que pueda llegar a anotar, pero que si no anota no es un problema siempre que el equipo gane.

Es muy aficionado a los videojuegos, ¿tiene eso algo que ver en su estilo sobre la pista?

(Risas) Sí, sí. Todavía tengo eso que no maduro y me ha costado algunas discusiones con mi novia. En la Play juego a cualquier cosa menos al basket, no sé. Trato de hacer algo distinto a lo que hago en la vida real.

¿Vuelve a ver sus jugadas repetidas?

Hay veces que sí, tengo las redes sociales y cuando aparecen entre las mejores las miro. Otras veces no tanto. A veces son jugadas que quedan en el partido.

¿La imaginación sobre la pista es una de sus bazas?

En esas jugadas, sobre la pista, trato de no pensar tanto. Si me pongo a pensar no me sale. Trato de dejarme llevar por el ritmo del partido y a veces pasan cosas buenas y otras veces cosas malas. No sé si es algo innato pero en mi cabeza la clave es no pensar y confiar en las habilidades. Estar concentrado en el partido, pero que el juego fluya porque eso es lo que hago en los entrenamientos y se tiene que dar por sí solo.

¿Cuántos sueños le quedan por cumplir?

Espero que muchos. Cada objetivo, o cada sueño, tanto a corto como a largo plazo se van renovando. La temporada que viene no sé qué va a pasar. Mi próximo sueño es tratar de conseguir la Copa América con Argentina. Espero que falten muchos sueños por cumplir porque eso quiere decir que sigo en el mismo nivel.

Imagino que llegar la NBA será otro, ¿cómo está viviendo esta situación?

Bueno, si te digo que estoy tranquilo te miento. Hay momentos que me obsesiono de más, otros que estoy tranquilo. Depende de cómo me agarre el día o la luna. Pero trato de tomarlo con tranquilidad. Tengo un año más con el Madrid y ellos tienen la decisión de lo que va a ser de mí la próxima temporada. Es un sueño a largo plazo y para llegar a ese objetivo tengo que encontrar mi mejor versión. Si eso me da para jugar en la NBA haré todo lo posible para conseguirlo y si me da para jugar en la ACB, intentaré ser el mejor jugador posible de la ACB, siempre con la cabeza en la tierra.

¿El tema del pasaporte español es lo que provoca la incertidumbre?

Con el pasaporte se abren muchas más puertas, no solamente con el Madrid, sino con cualquier club. Pero hay que esperar hasta julio y ahí se verá.

También se le abre una nueva etapa en la selección argentina.

Hace rato que se está viviendo un cambio generacional. Se retiraron en la última Olimpiada Manu -Ginóbili- y Chapu -Nocioni-, se había retirado Pablo -Priogini-, y nos dejaron unos valores que hay que seguir manteniendo. Esos valores son una parte del camino junto al talento para conseguir la mejor versión del equipo. Ahora viene un grupo de jóvenes que tenemos muchas ganas de hacer nuestra propia historia. El talento es distinto y no sabemos si eso nos va a dar para ganar medalla o para vencer en algún torneo. Pero si la base son las ganas de empezar un nuevo camino, creo es la clave.

Gracias. Y mucha suerte.

Gracias.