¿Qué hace un vasco de padre alemán en Murcia?

Vine a estudiar hace muchos años Ciencias del Deporte porque me hablaron muy bien de la UCAM y conocí a una chica lorquina que, junto al clima, la comida y la gente, hizo que me quedara atrapado aquí.

¿Ahora está compitiendo?

Compitiendo ahora un poco menos por tema de mis estudios de Fisioterapia y también porque quise ir por encima de mis límites, y al final el cuerpo no respondió. El triatlón está muy bien, pero hasta cierto punto.

¿Cómo se vinculó al deporte?

Desde pequeño. Hice surf, esquí, montaña, ciclismo, natación, judo, fútbol... Pero en segundo de carrera me fui de Erasmus a Inglaterra y allí empecé con la bici. Cuando terminé los estudios me seguí formando, hice el curso nacional de triatlón y ahora me estoy sacando también el de natación. Después de tocar tantos deportes llegué a uno que me apasiona tanto como deportista como entrenador.

¿Pero considera que ha sido buen triatleta?

No, a nivel nacional muy poco porque el nivel es muy alto. Los mejores resultados los logré en sub-23.

Es que este deporte ha crecido mucho.

Y tanto, pero hay que llevar cuidado porque la gente está haciendo auténticas locuras. Lo importante es ponerse en manos de profesionales, llevar un control en la salud, en la nutrición, el descanso, son muchos aspectos que se deben cuidar y que como amateur o deportista que se inicia es complicado asimilarlos.

¿Qué le recomienda a una persona que se quiera iniciar en el triatlón?

Lo primero es ponerse en manos de un entrenador o en una persona que le pueda asesorar tanto en preparación como en material, y sobre todo llevar una evolución lógica en un deporte muy complicado, porque al final no es una especialidad, son tres que tienes que acoplar a tu vida laboral, tu familia, tus hijos. Mucha gente solo tiene una hora al día para entrenar y tiene que ser eficiente con el tiempo que tiene. Pero sobre todo hay que ir con cabeza, porque la gente tiende a hacer barbaridades, y hoy en día parece que si no haces un Ironman no has hecho nada. Hay que respetar las distancias y llevar una evolución lógica.

¿Y cuándo un deportista amateur se puede plantear hacer un Ironman?

Pues cuando llevas cinco, seis o siete años de hacer deporte sólidamente, con preparador, fisioterapeuta y con analíticas cada tres meses. Entonces sí que te puedes embarcar en esa aventura que son, como mínimo, diez horas de competición.

¿Usted se ha atrevido con el Ironman?

No, yo he hecho medio Ironman, el de Cabo de Gata. Llegué muy en forma, pero la sensación fue demasiado, un infierno. Al organismo le supone mucho estrés y después de aquella carrera sufrí una mononucleosis que me dejó muy débil. Hoy me encuentro bien, pero tengo que llevar cuidado.

Mucha gente está obsesionada con el deporte.

Yo me atrevería a decir que el 60 o 70% de la gente que hace triatlón entrena mucho más de lo que debería y no lleva un control necesario para hacer las cosas con salud. A mí la mononucleosis me ha servido de aprendizaje, es lo mejor que me ha pasado para saber cómo funciona mi cuerpo.

¿Y cuál cree debe ser el objetivo de un triatleta?

Sobre todo el respeto por las distancias, porque el objetivo de todos nosotros sería llegar a los 70 años y seguir practicando este deporte y no quemarse en los dos primeros años. Al estar actualmente en una clínica por las prácticas de Fisioterapia, veo casos que me dan mucha lástima y es donde me doy cuenta de la importancia que cobra la salud, aunque seamos jóvenes. Todo lo que le haces al cuerpo, antes o después te responde.

Entonces, ¿qué es lo que considera fundamental?

El descanso, sobre todo, y llevar una vida sana y con bajos niveles de estrés es lo ideal, aunque hoy en día ya sé que eso es complicado. Además, también recomiendo incorporar dos o tres sesiones de fuerza a la semana, para lo que es ideal el crossfit.

¿Existe dopaje en el triatlón?

No sé de ningún caso, aunque seguro que hay alguno a nivel amateur, pero al ser un deporte tan complejo, donde se necesita técnica y tiempo, por mucho que te dopes no se nota tanto como en otros. No entiendo cómo la gente puede doparse, pero cada día se escuchan más casos de corredores aficionados que lo hacen.

¿Están notando un boom en los triatlones?

Sí, cada día hay muchos más y mucha gente que lo hace. Digamos que está de moda, aunque es algo que a mí no me gusta, porque si lo haces por hacer, al final no llegas a ningún lado. Pero está teniendo mucho tirón y moviendo bastante económicamente, porque tienes materiales asequibles y con mil euros puedes conseguir algo razonable, pero también están los que se gastan cinco mil euros. Es una droga, pero mejor gastarlo en esto que en otras tonterías.

Pero por lo que dice es un hobby caro.

Sí, muy caro y que exige de mucho tiempo. Tienes que saber acoplarlo familiarmente porque necesita dos horas diarias de entrenamiento, y cuando tienes hijos y trabajo, es muy complicado añadirlo a tu vida. Tienes que entrenar lo que puedes y no quitarle tiempo al resto, porque si no, te quedas sin familia y sin trabajo.

¿Y cree que ya ha tocado techo el triatlón?

No, para nada, creo que va a ir a más y con más marketing, que es algo que me da miedo, porque temo que se convierta en algo demasiado temático y que se pierda la esencia de un deporte que es precioso, que al combinar tres modalidades lo hace más ameno.

Habla de marketing y tiene razón, porque ahora se ven en las competiciones pases de modelos.

Es una locura, el reloj, las ruedas, las gafas, al final te metes en unos gastos muy importantes.