El resultado de ayer en el Palacio no evitó que la afición del UCAM CB Murcia pudiese despedir a los suyos como merecían. Después de un año intenso, cargado de altibajos y que parece que ha durado unas semanas más que lo que verdaderamente muestra el calendario, la plantilla murciana todavía puede conseguir la segunda mejor posición de la historia del club en la ACB siempre y cuando se logre el triunfo el domingo en Valencia y el Bilbao Basket pierda en Gran Canaria. Pero, sobre todo, lo que se aplaudió anoche en el pabellón fue el tremendo esfuerzo del equipo en los últimos cuatro meses.

El regreso de Fotis Katsikaris al banquillo del Palacio en enero devolvió el gen competitivo al equipo murciano y, ante el reciente campeón de la Eurocup, lo volvió a demostrar. Y eso que los universitarios sufrieron en cada contacto, en cada posesión y en cada rebote. No por la resistencia que puso su rival, que también, sino por un criterio arbitral que durante muchos minutos dejó mucho que desear. Todavía así, el UCAM estuvo muy vivo en todo el partido pese a cada prueba que parecía sacada de las películas de SAW y que tuvo que sortear durante los cuarenta minutos.

Porque cuando no era una canasta imposible de Jamar Smith o Nemanja Nedovic era una decisión arbitral contraria a lo que habían visto casi unas seis mil personas en el Palacio de los Deportes. En la durísima batalla en el poste bajo el UCAM supo 'secar' tanto a Omic como a Musli, aunque en menor medida en el rebote, y el partido se marchó a una lucha de francotiradores en la que los jugadores del Unicaja fueron claramente superiores pese al empeño de un Vitor Benite que de nuevo llegó a la veintena de puntos en casa.

En el inicio del encuentro Antelo llevó las riendas en ataque. El capitán universitario logró firmar nueve puntos en el primer cuarto, aunque no fueron suficientes para frenar a todas las individualidades del Unicaja. Al equipo que dirige Joan Plaza le salió todo. Jamar Smith anotó varias canastas imposibles en los primeros minutos y sus compañeros se contagiaron. Antes, Facundo Campazzo -quien se tuvo que despedir de su más que posible último partido en Murcia antes de tiempo por culpa de las faltas- con una entrada a canasta escondiendo el balón colocó por delante al UCAM (12-8) y logró sacarle una falta en ataque muy inteligente a Lafayette.

Sin embargo, a partir de ahí, las dos canastas parecían mundos opuestos. Los jugadores del cuadro andaluz no tenían contemplaron cómo entraba todo por la canasta a la que debían atacar y los universitarios se tenían que resignar al ver como el aro se lo escupía todo. Nedovic en pista se siguió sumando puntos para los suyos y, por dentro, los visitantes también tiraron de los centímetros de Omic (20-28).

En el segundo cuarto la 'pelea' del UCAM con la canasta rival fue todavía más palpable. Varias canastas 'fáciles' dejaron a los murcianos con la miel en los labios y a eso se sumó varias decisiones rigurosas por parte de los colegiados. Ésto terminó por sacar de su sitio a los de Katsikaris y, sobre todo, a un Campazzo al que señalaron su tercera falta durante los segundos diez minutos (26-34). Continuaron las interrupciones en el juego, pero eso no evitó la 'escalada' del UCAM. Con Llompart a los mandos, los universitarios intentaron madurar mucho más los ataques, apretaron atrás y tuvieron suerte en varios lanzamientos de Dani Díez, que esta vez sí que salieron escopeteados del aro. Un parcial de 11-0, con cinco puntos del base balear y dos rebotes extraterrestes de Rojas, colocó a los murcianos por delante (46-48), aunque el Unicaja, con Nedovic desde el tiro libre, empató el marcador antes de llegar al descanso (46-46).

El segundo periodo arrancó con el mismo guión que finalizó el primero. Las faltas cayeron para los dos bandos, pero más para el local y la lucha en ambas pinturas fue una batalla intensa. Campazzo con una asistencia nueva en su repertorio para Delía mantuvo la igualdad (59-59), pero Nedovic de nuevo y una pérdida de Pocius marcaron un final de tercer cuarto que arreglaron Baron y Benite (62-65).

El brasileño volvió a sacar toda la artillería en un último cuarto en el que anotó 13 puntos. Sin embargo, no fueron suficientes para que el Unicaja encontrase todo lo que buscaba en la anterior media hora y supiese administrar una ventaja que siempre rondaba los cinco puntos en el marcador para allanar su camino en el play off de la Liga Endesa (88-95).