¿Recuerdan la noticia de ese chico de Blanca que empapeló Murcia buscando una chica que había visto el día del Bando de la Huerta en el tranvía? ¿Saben que la historia no tuvo final feliz? La situación tiene muchas similitudes con lo que hemos vivido en los dos últimos partidos en el Palacio de los Deportes, con el público cortejando a Fotis Katsikaris, exhibiendo carteles de amor al entrenador griego, el hombre que recuperó la ilusión de la grada cuando regresó a mediados de enero. Pero ayer, de forma inmerecida, la fiesta fue incompleta porque el curso no tuvo final feliz en casa, ya que el Unicaja Málaga se llevó la victoria en un choque muy duro, marcado por la actuación de los colegiados, que repartieron errores, aunque 'machacaron' a los locales en varias fases, levantando las iras de la afición, que lanzó gritos de «fuera, fuera» y «manos arriba, esto es un atraco».

Pero vayamos al final del choque, cuando el balón ya no estaba en juego. El club preparó una despedida para los jugadores y el cuerpo técnico ante la mirada atenta del presidente, José Luis Mendoza, quien estuvo acompañado en el palco por su 'armada' de nadadores, liderada por Mireia Belmonte, que estos días disputa en Murcia el Campeonato de España Universitario. El máximo mandatario, que allá por el mes de noviembre vivió un 'divorcio' con los seguidores, se ha reconciliado definitivamente con la grada. Su rostro reflejó satisfacción cuando incluso escuchó vítores por parte de algunos de los sectores más críticos con su gestión. Ni un reproche por el error cometido el verano pasado al entregar el mando de la nave a Óscar Quintana, sino todo lo contrario, reconocimiento por saber rectificar. Y si hubiéramos medido los decibelios del público mientras desfilaban los jugadores por la pista, los que superaron los umbrales del ruido fueron tres: Facundo Campazzo, el 'mago' que se despidió con cinco faltas personales y una bronca, como dicen los argentinos, monumental con los colegiados; Sadiel Rojas, ese 'guerrero' que incluso en los días libres invita a comer a su casa a los niños que integran su equipo; y, por supuesto, Fotis Katsikaris, el hombre al que no debió dejo escapar el pasado verano el club y al que quiere persuadir en las próximas semanas para que lidere un nuevo proyecto, que pese a los rumores, todo apunta a que volverá a ser liderado por la UCAM, aunque ya saben que en el mundo del deporte, lo que hoy es blanco mañana puede ser negro. Por cierto, que sigan el entrenador y el alero dominicano en la plantilla es algo que puede conseguir la entidad, aunque ya saben que el 'Facu' disputó ayer sus últimos minutos en el Palacio, donde será recordado eternamente.