El UCAM Murcia CB de Fotis Katsikaris ha cimentado su buena racha en las actuaciones corales, donde los solistas, salvo en situaciones puntuales, han tenido un papel destacado. Pero cuando depende de un solo jugador, se convierte en un equipo sin armas para hacer frente a rivales de la talla del Herbalife Gran Canaria, el único rival al que se ha enfrentado este curso en cuatro ocasiones y en todas ha perdido. Si encima los colegiados permiten al oponente defender al límite, estableciendo un diferente rasero en las dos zonas, el resultado no puede ser otro que la derrota.

Ayer, en Las Palmas, los murcianistas solo exhibieron en el primer cuarto el potencial que les ha llevado del descenso a coquetear con el play off. A partir de ahí, apagón con solo una luz alumbrando el faro, Facundo Campazzo. Pero los 20 puntos del base argentino y sus 6 asistencias no tuvieron continuidad en hombres que estaban brillando en las últimas jornadas, como Billy Baron (por segunda vez en la temporada se quedó sin anotar) y Vítor Benite (2). De hecho, solo hizo dobles guarismos el director de juego cedido por el Real Madrid en un choque con excesivas pérdidas de balón (19) dada la calidad y profundidad de banquillo de los hombres de Luis Casimiro. El cóctel dejó una derrota que entraba dentro de los planes y el adiós a las remotas posibilidades de entrar en la lucha por el título esfumadas, ya que el MoraBanc Andorra también logró el triunfo y selló su pasaporte para esas eliminatorias en las que hace un año estuvo el conjunto murciano comandado por el entrenador griego.

El inicio del choque, sin embargo, hizo presagiar una historia muy diferente. Un Campazzo inspirado en la dirección, que repartidó cinco asistencias en los primeros diez minutos, llevó al UCAM a lograr un 0-12 de salida. La renta creció hasta los 13 puntos (3-16, min. 6), pero a partir de ese momento cambió totalmente la defensa de los canarios, que despertaron justo después de lograr un triple Pedro Llompart (7-21) que puso la máxima renta en el marcado. Kyle Kuric, un jugador que hace un año se sometió a una operación por un tumor en la cabeza, anotó dos triples consecutivos que puserion al Gran Canaria en la buena senda. Pero Campazzo, que regresó pronto a la pista, no estaba dispuesto a que el buen primer cuarto acabase mal y llevó al UCAM a cerrar este acto con ocho puntos de ventaja (16-24).

Los 17 puntos que hizo el UCAM entre el segundo y el tercer cuarto terminaron por equilibrar las fuerzas. La defensa murcianista perdió la efectividad en la línea de pases que había mostrado hasta ese instante y tras anotar Sadiel Rojas dos tiros libres (21-28), comenzó el declive. Los locales le dieron la vuelta al tanteo con dos tiros libres de Hendrix (32-31, min. 18) después en un parcial de 7-0. Las 10 pérdidas de balón acumuladas hasta ese momento por los universitarios resultaron determinantes y los insulares se fueron al descanso con una ligera ventaja (36-34) que ampliarían tras la salida de vestuarios. Las alarmas saltaron tras dos triples consecutivos de Pablo Aguilar, quien ganó el duelo con Nemanja Radovic en una fase del choque decisiva (49-39, min. 28). Katsikaris trató de poner fin a la sangría situando dos bases en pista, intentando también el control de un partido que se le había ido de las manos. Pero no lo consiguió y el Gran Canaria terminó por romper definitivamente el choque al final de un período donde los murcianistas se quedaron en solo 7 puntos (57-41).

Solo quedaba la heróica para remontar un choque que ya se había convertido en prácticamente insalvable. Además, desde Andorra llegaban malas noticias, puesto que el octavo clasificado estaba ganando al Valencia Basket. De nuevo Pablo Aguilar fue determinante y elevó las distancias hasta los 19 puntos (63-44). La reacción llegó tarde, cuando todo estaba decidido. Los jugadores del UCAM tiraron de orgullo y Campazzo, con dos triples consecutivos (65-52), además de los escasos minutos de inspiración de Martynas Pocius (67-58) pusieron a los locales en alerta. Pero Kyle Kuric cortó de lleno cualquier posibilidad de que saltara la sorpresa y el conjunto de Fotis Katsikaris sufría su tercera derrota en las últimas diez jornadas, que en cualquier caso es un excelente porcentaje de triunfos que de haberse dado en más partes de la temporada, sobre todo en la primera con Óscar Quintana en el banquillo, habría provocado un final de curso mucho más feliz.

Ahora el objetivo es la novena plaza, que dados los continuos movimientos que se dan en las últimas temporadas en las competiciones europeas, podrían dar a los murcianistas una plaza en torneos continentales por segundo curso consecutivo. En cualquier caso, el domingo se pondrá el punto y final a una temporada con dos momentos muy diferenciados.