El estado de forma por el que atraviesa actualmente el UCAM CB Murcia le convierte en un rival todavía más peligroso. Ayer, el conjunto murciano fue capaz de vencer al Tecnyconta Zaragoza sin explotar apenas las señas de identidad que Fotis Katsikaris, entrenador universitario, ha inculcado en la plantilla desde su regreso. Una victoria que pese a la distancia en el marcador final fue complicada y trabajada. Pero, en lugar de cocinarla desde la defensa, como es habitual en el juego del UCAM, lo hizo desde el ataque.

La inercia ganadora del equipo murciano que le ha llevado a conquistar siete de los últimos nueve partidos y, además, con los últimos tres triunfos de forma consecutiva, ha ayudado a que los de Katsikaris se puedan saltar el guión en alguna ocasión y que la película mantenga el mismo final. Aunque el entrenador griego, al que el pabellón casi al unísono pidió en la recta final del duelo que se quedase la próxima temporada, ya dejó claro al término del encuentro que no todos los días se puede abandonar la rutina. Porque el UCAM salió ayer del Palacio con pocos rasguños y con la equipación con menos manchas de lo habitual. Y es que los jugadores visitantes se encontraron con más facilidades de las que esperaban a la hora de atacar el juego interior universitario, por lo que los locales optaron por irse hacia arriba en lugar de apretar los dientes atrás.

Una fórmula que finalmente salió bien y que en ese cambio, quizá, algo tuvo que ver la ausencia de Martynas Pocius. El alero lituano no pudo disputar el encuentro al contar de nuevo con molestias en su rodilla y eso provocó que tanto Billy Baron como Vitor Benite tuviesen que echar una mano en la rotación a Sadiel Rojas. El UCAM jugó varias fases del partido con los dos escoltas sobre la pista y el brasileño finalizó el encuentro como máximo anotador con 24 puntos.

El acierto de Benite desde el triple, sobre todo en los últimos diez minutos, fue vital para acabar logrando la victoria en un duelo en el que los universitarios nunca pudieron despegarse en el marcador, lo que le hubiera dado un colchón para poder encontrarse en el juego con ellos mismos. No obstante, en los cuarenta minutos siempre fue superior a su rival en un partido 'feo', con muchas interrupciones y sin apenas fluidez en las posesiones en el que los visitantes fueron el doble que los locales a la línea de tiro libre. Un terreno en el que el Tecnyconta Zaragoza, que está jugando sus cartas en la lucha por la permanencia, se sintió más cómodo y en el que el UCAM tuvo que sobreponerse a un mal arranque.

En los primeros compases del partido los jugadores del cuadro murciano vieron como el aro repelió varias bandejas, a priori fáciles, que permitieron al Zaragoza contar con la primera ventaja en el marcador con los primeros puntos de Norel y un triple de Knight (0-5). Hasta que el UCAM se rehizo y consiguió poner fin a la mala racha desde el lanzamiento exterior. Dos lanzamientos de tres ejecutados por Baron y Campazzo colocaron a los universitarios por delante y ya no volvieron a ir a remolque en el luminoso en todo el encuentro (6-5). Los del Palacio reaccionaron y consiguieron aumentar la ventaja por mediación del base argentino y Marcos Delía, aunque la segunda falta del interior le mandó pronto al banquillo (11-7). La entrada de Tumba dio algo más de garra a la defensa del UCAM. El pívot belga cuajó uno de sus mejores encuentros desde que aterrizó en la capital del Segura por su equilibrio tanto en defensa como en ataque. Atrás colocó un par de tapones e intento frenar a Norel, la principal baza ayer de Luis Guil, entrenador del Zaragoza, y en ataque hundió el balón en el aro hasta llegar a los 10 puntos. Después de que los visitantes lograsen empatar el choque (17-17) con Juskevicius como referente, un palmeo de Tumba sobre la bocina de posesión puso el punto y final al primer cuarto (21-19).

Tras un buen arranque en el segundo capítulo con los puntos de Benite y Antelo, el UCAM se quedó sin ideas y estuvo varios minutos sin anotar (26-19). Fue entonces cuando el Zaragoza apeló a la experiencia de un Tomás Bellas que siempre sacó petróleo en cada jugada, aunque no fue suficiente para poner contra las cuerdas a los locales. Los de Guil no aprovecharon su ocasión y el UCAM buscó un arreón antes del descanso con Benite y Radovic, pero Isaac Fotu apretó el marcador antes de llegar al descanso (35-31).

En la segunda mitad la tónica del partido fue la misma. El conjunto murciano trataba de poner tierra de por medio en el marcador y el Zaragoza siempre conseguía recortar hasta llegar a una distancia peligrosa. En el tercer cuarto los de Katsikaris lo intentaron hasta en dos ocasiones. Unos minutos en los que los universitarios fueron de menos a más con un triple de Sadiel Rojas desde la esquina que abrió el segundo periodo y otro más tarde de Baron que colocó los nueve puntos de distancia (47-38). Sin embargo, volvió a aparecer Norel por dentro junto a Juskevicius y Gecevicius para poner el partido en una canasta de diferencia (50-48).

No obstante, el UCAM volvió a reaccionar cuando pero pintaban las cosas y lo hizo con la idea de darle otro golpe a su rival que le dejara tocado. Benite y Llompart, desde la esquina, junto a una contra de Baron tras la recuperación del base, lograron la máxima ventaja hasta el momento (61-50), pero el Zaragoza volvió a darle un mordisco al marcador con un triple de Gecevicius (63-55).

En el desenlace del encuentro al UCAM no le tembló el pulso, pese a que el partido se convirtió en un intercambio constante de golpes. Un situación de la que finalmente salió beneficiado, pese a que los visitantes continuaron a su rebufo (70-64). Tres triples consecutivos de Benite certificaron prácticamente la derrota y fue entonces cuando el público pidió al unísono que Fotis Katisikaris continuase la próxima temporada en el banquillo. Un gesto que el entrenador agradeció a la afición antes de encarar el túnel de vestuarios cuando el UCAM ya tenía en su bolsillo la tercera victoria consecutiva de esta recta final de la Liga Endesa (88-80).