El FC Cartagena ha puesto sobre el césped la peor propuesta posible para perder en Villanueva de la Serena y hacer bueno el empate del día anterior del Lorca ante el Linense. Un empate hubiera sido incluso bueno ante el Villanovense, que ahora camina tercero pero con tres puntos de distancia solamente con los albinegros. El clamoroso error del conjunto cartagenerista puede tener consecuencias fatales en su trayectoria, a falta de tres encuentros para la conclusión del campeonato regular. La pifia cometida en el Romero Cuerda ha llegado a destiempo y además pone en apuros a un equipo que hasta el momento había mostrado solvencia fuera de casa -nueve partidos ganados-, pero en Villanueva lo que ofreció fue una imagen pobre y demasiado alejada de lo que se espera de un conjunto que no solo quiere ser campeón del grupo, sino que aspira a ascender a Segunda División.

Dos goles encajados desde los once metros bastaron para devastar a un conjunto que no ofreció la sensación de ser ese equipo que podría haber alcanzado la primera posición en la clasificación general y que la falta de ambición se convierte en un auténtico problema para una plantilla que probablemente se mire más el ombligo de lo que debe.

Dos goles encajados desde los once metros y uno errado por Arturo en la segunda parte marcaron el sino del choque. Ambos equipos tenían mucho que jugarse y los dos se mostraron demasiado contemplativos, sin convicción en sus probabilidades de éxito. En el caso de los locales aprovercharon las facilidades que les dio el rival para imponerse. El Cartagena, por contra, no sacó tajada de su gran ocasión, el penalti cometido sobre Arturo que él mismo se encargó de errar.

Lo cierto es que el conjunto entrenado por Alberto Monteagudo tenía una oportunidad única para ponerse en primera posición a falta de tres jornadas para el final de la temporada y la tiró por tierra gracias a su incapacidad y nula ambición para dar el do de pecho justo en el momento en el que la temporada así lo requiere.

Aunque todos pensábamos que el partido iba a resultar abierto y entretenido por dos equipos que han mostrado su efectividad en casa los locales, y a domicilio los visitantes, lo cierto es que en la primera parte poco juego se pudo ver en el Romero Cuerda. Si bien los de Villanueva de la Serena quisieron marcar el paso con el control del balón, pocas fueron las ocasiones que pudimos ver de uno u otro equipo en las que tomaran las riendas del partido para lanzarse decididamente al ataque y querer buscar con ahínco la portería rival.

Los de Sanlúcar dominaron pero sin pegada, los de Monteagudo se dejaban hacer, pero cubrían bien los flancos y si es verdad que ofensivamente no generaba el fútbol propicio para adelantarse en el marcador, sabían cubrirse bien las espaldas para evitar ir con el resultado en contra.

En la segunda parte, el fútbol volvía a ser tan soso como escaso. Eso sí, Arturo tuvo dos oportunidades consecutivas para haber decantado la balanza a favor de los albinegros y en ninguna de ellas sacó provecho.

Transcurría el minuto 49 cuando Arturo recibía un balón caído a banda derecha y de disparo cruzado mandaba el balón muy ajustado para que Wilfred se empleara a fondo y repeliese una gran ocasión del cartagenero. Esa acción seguía y en un centro al área, de nuevo Arturo era objeto de penalti. Fue el atacante albinegro el que cogió el balón para disparar y el que fallaba la pena máxima en el 50: su segundo penalti fallado de forma consecutiva y el tercero del equipo.

El palo fue enorme para el jugador y para su equipo, incapaz de levantar el vuelo tras una acción que tenía visos de resultar crucial en el devenir del choque.

El Villanovense no llegó con más ahínco, pero sí con más acierto. En el 55 Rubio disparó a bocajarro y Marcos intervenía en su mejor acción del choque para evitar el tanto.

A 20 minutos para el final Verdú cometía pena máxima sobre un atacante local y Jesús Rubio batía por el centro a Marcos en el lanzamiento desde los once metros.

Parecía definitivo que un gol a balón parado pudiera resultar determinante en un partido con escasísimas opciones ofensivas de uno y otro bando.

El Cartagena, lejos de reaccionar, volvía a cometer el mismo error diez minutos más tarde, en una mala defensa tras un saque de esquina. El colegiado volvía a ver falta dentro del área albinegra y Jesús Rubio hacia el segundo para los locales a once minutos del final y sentenciaba, de manera definitiva, el choque a favor del Villanovense.

Nada pudo variar el FC Cartagena, desarmado, indefenso e incapaz de reaccionar ante un oponente que no había sido superior en un choque muy mediocre, pero que sí había sabido jugar mejor sus cartas cuando le llegó una buena mano.

A dos minutos para el final Alvaro González, de gran jugada personal, hacía el 3-0 para el Villanovense, en un duro palo para los intereses y esperanzas de un Cartagena venido a menos.