El UCAM CB Murcia saltó ayer al Multiusos de Santiago sabedor de que tenía en su mano la posibilidad de abandonar el camino espinoso y puntiagudo de la lucha por la permanencia por otro mucho más agradable. El de las rosas y el de las estampas primaverales que, en ocasiones, te suele trasladar hasta las nubes como ocurrió la pasada temporada al alcanzar la séptima plaza en la ACB. Las matemáticas son el único impedimento para que los universitarios puedan repetir ese resultado dentro de un mes, porque todo lo demás no debería de ser mayor impedimento.

Y es que el UCAM selló ayer prácticamente su permanecia en la liga ACB a falta de cuatro jornadas para que concluya el curso. El conjunto murciano venció en casa del Obradoiro (78-86) en un partido clave para dar portazo a la zona peligrosa de la clasificación y volver a soñar con alcanzar algo más. Es decir, el objetivo que Fotis Katsikaris tiene entre ceja y ceja desde su regreso el pasado mes de enero a la capital del Segura.

El entrenador del UCAM cogió a un equipo herido, sin alma y casi vagabundo para transformarlo, en apenas tres meses, en otro cargado de confianza, ambición y con la capacidad de saber encajar cada golpe para devolverlos todavía con más fuerza. Ayer, ante el Obradoiro, el UCAM pudo hincar la rodilla en varias ocasiones pero se resistió a hacerlo. Se levantó y superó los obstáculos que le puso en el camino el conjunto gallego para dar el estocazo definitivo en el mejor momento.

El mejor arma para ello fue un Billy Baron que finalizó el duelo con un 6/6 en triples que dinamitó el partido en varias fases y que también generó mucho peligro con cada acción en la que el balón pasó por sus manos. Los exteriores tuvieron un papel fundamental para conseguir el triunfo y al trabajo del americano se sumaron un Facu Campazzo, que cada jornada que pasa equilibra mejor sus números de puntos y asistencias, y un José Ángel Antelo que ha recuperado su mejor versión. Además de un Sadiel Rojas que, definitivamente, esta campaña le ha añadido a sus excelentes cualidades físicas en defensa un lanzamiento letal desde la esquina desde los 6,75 metros.

Y es que el partido arrancó con los dos partidos volcados en ataque. Las defensas tardaron en aparecer en la pista gallega y los locales encogieron la zona para que el UCAM no consiguiese pasar. La primera ventaja fue para el cuadro murciano con los primeros puntos desde el perímetro de Baron, Campazzo y Rojas (5-11). No obstante, Pustovyi y Whittington hicieron mucho daño por dentro en el inicio. Los interiores siempre sacaron petróleo en cada posesión en la que si no conseguían canasta, contaban con otra oportunidad desde el tiro libre (15-15). Con las rotaciones, fue entonces cuando apareció Antelo en lugar de un Radovic que ayer no pudo encontrar su sitio ante los defensores gallegos. Bendzius, más varios fallos de los visitantes en el tiro libre y en algunas posesiones, hicieron que el primer asalto se decantase a favor del Obradoiro (23-22).

El UCAM aguantó el tira y afloja durante toda la primera parte. Y fue en el segundo cuarto cuando comenzó la exhibición de Billy Baron. El escolta americano encadenó varios triples inversímiles desde mucha distancia e incluso con hasta dos defensores intentándo impedir el lanzamiento (29-35). Moncho Fernández, entrenador de equipo gallego, se vio obligado a pedir tiempo muerto que sirvió para que el alero Bendzius apareciera de nuevo y Llovet confirmara la reacción del Obradoiro, antes de un nuevo lanzamiento de tres de Baron para que el UCAM dominase el marcador en el descanso (41-42).

El inicio de la segunda mitad fue una pesadilla para los universitarios. Whittington asustó a toda la defensa de los de Katsikaris con ocho puntos consecutivos y el entrenador griego tuvo que cortar la sangría (49-44). La pausa sirvió para que el conjunto murciano despertase, aunque le costó un poco (51-46). Tres minutos llegaron a acumular ambos equipos sobre la pista sin anotar hasta que Radovic, Benite y Tumba -desde el tiro libre- lograron cortar la mala racha para darle el empujón que necesitaba el UCAM en ese momento (51-52). Facundo Campazzo, que por dentro siempre rascó algo, y Billy Baron, quien volvió a sacar a pasear la metralleta, pusieron el broche final al tercer cuarto después de un triple de Urtason para el Obradoiro (57-59). Katsikaris, con Baron enchufado, aprovechó al americano para que también desempeñase el rol de base. El escolta subió el balón en varias ocasiones y marcó las jugadas a las puertas del desenlace de un encuentro que siempre contó con el mismo guión.

Ninguno consiguió despegarse en el marcador en la primera media hora de juego y Whittington metió de nuevo en problemas al UCAM hasta que Baron y Campazzo lograron, por fin, marcar las distancias en el marcador (60-65). Un triple de Rojas desde la esquina hizo daño en los intentos por recortar del conjunto local, aunque Pustovyi puso de nuevo la renta en dos ataques (64-68). Entonces a los universitarios no le temblaron las piernas. Los de Katsikaris supieron mantener su renta y tomar la mejor decisión posible en cada posesión para evitar que su contrincante se cargara de moral. Ocho puntos consecutivos de Sadiel Rojas, seis de ellos desde el triple, pusieron el broche final (73-80). A falta de un minuto y medio tan solo una catástrofe podía evitar la victoria visitante. Y no llegó. A Billy Baron no le quemaba el balón en las manos, las que le llevaron a conseguir 30 puntos, y desde el tiro libre el UCAM cerró la victoria que le monta de nuevo en la misma nube del año pasado de la que no hubiese querido bajar nunca (78-86).