Pocos aficionados lorquinos recuerdan que un partido entre dos equipos de la Región de Murcia que lo están haciendo bien, como son los casos del Lorca FC y el Jumilla, despertaran tan poco interés. Apenas un millar de personas se dieron cita en las gradas del estadio Artés Carrasco. No vale la excusa de la televisión, ya que La 7TV emitió solo la segunda parte. La afición lorquina está desencantada.

No hubo ambiente ni en la grada, ni en el campo, ni en el palco. Del derbi de Shanghai de la primera vuelta con once mil personas, eso sí de gañote, a partido descafeinado en la segunda. Los únicos chinos que se vieron por Lorca fue Bin Wan y el fiel escudero de Gembao, apodado ´Messi´. El empresario chino del club lorquino decidió quedarse en su país lo mismo que sus homónimos del Jumilla. En el palco presidía Joaquín Romeu y junto a él, el director general de Deportes, Alonso Gómez, el vicealcalde Paco Montiel y Diego José Mateos del PSOE.

Se esperaba con cariño y nostalgia a Jorge Perona, hijo de lorquina y ´Emery boy´ de la época dorada del fútbol lorquino.Una inoportuna lesión hizo que viera el partido con muletas en ristre desde la grada. Sus compañeros le recordaron con camisetas de ´Ánimo Perona´ y su equipo vistió de vinotinto. Tan solo once aficionados vinícolas se dejaron ver y oír en el fondo sur. El único lorquino que había en el campo fue el meta jumillano, Jero Lario, de la rabalera calle Escalante.

No pasaron desapercibidas las botas de Chumbi.El delantero iba de estreno presumiendo de colores blanquiazules, quizá del Aguilas, quizá del Lorca. O de los dos. No le fue mal. Al menos, el césped está cada vez mejor. Eso sí, no lo pisa nadie salvo en los partidos semanales y cada jornada que pasa se está convirtiendo en un terreno de juego más asequible para los contrarios ante la pasividad defensiva del Lorca en cada jugada.