Solo faltan cinco días para que la octava edición de la Ruta de las Fortalezas arranque desde la plaza Héroes de Cavite de Cartagena. En estos pocos días que restan para que se lleve a cabo la prueba, poco más se puede hacer para llegar en las mejores condiciones. El trabajo previo debe estar hecho. Dicen los especialistas que son al menos 16 semanas de preparación para alcanzar los objetivos, por lo que estos días toca alimentarse bien, cuidar el cuerpo sin someterlo a excesos y dormir lo suficiente y un poco más. En estas últimas jornadas se puede ver como montes, castillos y fortalezas por las que transcurre la Ruta andan repletas de corredores o caminantes que dar los últimos pasos o trotes antes del gran día.

Las novedades que presenta este año el recorrido han provocado que sean muchos los que incidan en repasar las zonas de Sierra Gorda o el tramo final del trazado, con la sinuosa bajada tras coronar el Castillo de Las Atalayas. Probar las zapatillas, ver qué sensaciones ofrece el cuerpo tras una intensa subida, controlar los tiempos de paso, ver qué comer y beber en determinados puntos kilométricos, saber dónde y cuándo apretar los dientes o en que fases hay que rentabilizar los esfuerzos, son algunos de los ejercicios que han venido desarrollando estas últimas semanas los participantes de la carrera.

Dicen algunos de los más experimentados que forzar el cuerpo en estos días finales no sirve para otra cosa que para lesionarse, y que el que no haya hecho los deberes con antelación no va a aprobar el examen. Cada año son más las personas que saben cómo hay que afrontar este colosal reto, porque los kilómetros y el duro desnivel que ofrece la Ruta de las Fortalezas provoca una exigencia máxima. No ir en condiciones físicas o psicológicas supone un enorme riesgo de quedarse en el camino.