El regreso de Ovie Soko llega en el mejor momento para el UCAM CB Murcia. El alero ha vivido un calvario tras sufrir un esguince de tobillo que se acabó enrevesando en su primera experiencia en la liga ACB, pero su vuelta supone un soplo de aire fresco tanto para el jugador como para el equipo. Ante el Bilbao Basket el alero británico saltó de nuevo a la pista por primera vez después de tres meses y lo cierto es que las primeras sensaciones fueron buenas.

En ningún momento dio muestras de perderse en los esquemas de Fotis Katsikaris y acabó convirtiéndose en un comodín en el plan del entrenador griego para conseguir la victoria en el Bilbao Arena. Soko echó una mano en defensa a los jugadores interiores y por momentos alternó sus funciones como alero para ocupar posiciones de interior.

Los centímetros y la envergadura del londinense le convierten en una baza perfecta para que los universitarios se muestren más sólidos en defensa ante pívots dominantes y se multipliquen las ayudas. Además, el perfil de alero alto era el que más se echaba en falta en las plantillas del club murciano durante las últimas temporadas. Por lo que desde su llegada todos los focos apuntaron hacia el británico.

Precisamente su inclusión en la convocatoria para medirse al Bilbao en lugar de Martynas Pocius, ya que actualmente el UCAM cuenta en su plantilla con trece jugadores y el máximo permitido son doce para disputar los encuentros, fue con el principal objetivo de anular el juego de un Álex Mumbrú que siempre es uno de los hombres más peligrosos por su experiencia y en el que se erige la mayoría del juego del conjunto vasco. Soko superó el primer examen y, salvo algunas acciones en las que la suma de minutos le volverán a ayudar para recuperar sensaciones anteriores, cumplió sobradamente su misión. Katskaris incluso le llegó a emplear como interior para gestionar las faltas en contra y, por momentos, llegó a desempeñar también tareas de pívot.

No obstante, no es una situación nueva para Ovie Soko ya que al inicio de la campaña también desempeñó este rol durante varios encuentros de la Liga Endesa y de la Eurocup. Hasta que un esguince en su tobillo derecho durante un entrenamiento, después de superar un duro golpe en la mandíbula, le llevó a un invierno espinoso marcado por la lesión. El alero reapareció unas semanas más tarde para disputar los duelos ante el Unicaja y el Ibersotar Tenerife, pero una recaída le hizo pasar por el quirófano para ser intervenido del ligamento externo de la articulación.

Desde el club murciano están completamente seguros de que el jugador, que el pasado mes de febrero cumplió 26 años, tiene un futuro prometedor en la competición y es por ello que al igual que en otras situaciones de la misma naturaleza marcadas por los contratiempos de una lesión duradera, se inciaron los contactos con su agencia de representación para prolongar su estancia en Murcia, como ya informó este diario.

Con Ovie Soko ya al cien por cien, el conjunto universitario continúa su camino para sufrir lo menos posible en la recta final de temporada. Al UCAM le restan nueve encuentros para finalizar el curso y tratará de cerrar la permanencia cuanto antes para no meterse en líos. Los números del último mes respaldan al plantel de Katsikaris, puesto que tras el parón por la disputa de la Copa del Rey el equipo murciano presenta un balance de tres victorias y una sola derrota sufrida en el Palau Blaugrana ante el Barcelona Lassa.

Tras el encuentro del domingo ante el líder (12.30 horas, en el Palacio), el Iberostar Tenerife, los universitarios descansarán la siguiente jornada al contar este año la ACB con equipos impares. Un encuentro para el que se espera que Ovie Soko vuelva a estar dentro la convocatoria y si Sadiel Rojas no tiene ningún problema tras el traumatismo cervical provocado por un codazo de Mumbrú, Martynas Pocius volvería a ser el sacrificado.