El UCAM CB Murcia le ha quitado los ruedines a su bicicleta. Ya no tiene miedo a caerse porque sabe que se va levantar con más fuerza que en el anterior golpe. Y es que, en cuestión de semanas, el conjunto universitario ha vuelto a recuperar parte de su ADN que le hizo tocar el cielo la pasada temporada.

El regreso de Fotis Katsikaris al banquillo del Palacio ha servido para despertar de nuevo al UCAM más guerrero y más competitivo de los últimos años. Los jugadores del equipo murciano no se arrugan ante nadie, no les importan los rivales que se encuentren enfrente y pelean por cada balón como si fuese el último. Esos han sido los ingredientes que el entrenador griego ha inculcado en su plantel desde que los calendarios de la Eurocup -por la eliminación en el Top16- y de la liga ACB -por el parón de la Copa del Rey- le dieron una tregua para trabajar el estilo más efectivo para el equipo y huir de cualquier lío de la parte baja de la tabla.

Que el pívot con mejores números de la Liga Endesa (Giorgi Shermadini) o una de las piezas angulares del Bilbao Basket (Álex Mumbrú) se marchen prácticamente de vacío al término de los cuarenta minutos no es fruto de la casualidad. El UCAM se ha convertido en un engranaje capaz de cortocircuitar las virtudes del rival al que se enfrenta y de bajar el culo y apretar los dientes cuando toca. Los jugadores de la plantilla tienen claras las consignas de Katsikaris y lo mejor es que todos ellos reman en la misma dirección captando el mensaje que el técnico les transmite y conscientes de que nada sirve brillar por separado si antes no se han hecho los deberes.

Desde el parón en el calendario del campeonato doméstico, el UCAM presenta un balance de tres victorias y una sola derrota, la cosechada en el Palau Blaugrana en un encuentro que se decidió en los tiros libres. Desde entonces, los universitarios han sacado músculo para sacar la mayor cantidad de triunfos posibles y arreglar con creces una temporada en la que quizá se han pagado algo caro algunas malas decisiones tomadas en verano. La mejor prueba de esto es que sus últimos cuatro rivales (el Betis, el Barcelona, el Andorra y el Bilbao Basket) han tenido que sudar bastante para poder llegar a la frontera de los setenta puntos. El Betis tan solo ha sido el único capaz de superar esa barrera (con 80 puntos) en un encuentro en el que el UCAM perdió en los últimos instantes la concentración atrás. Sin embargo, el resto -siendo rivales que luchan por el play off por el título en la ACB- se han quedado muy lejos de conseguirlo. Además, se ha conseguido vencer en una misa temporada en dos canchas donde nunca se había ganado en ACB como son el Nou Congost y el Bilbao Arena. La llegada del pívot Daniel Clark, tras los problemas de rodilla de Julen Olaizola, y la recuperación de Ovie Soko tras tres meses lesionado por culpa del ligamento externo del tobillo, han dotado al equipo de una mayor polivalencia y riqueza táctica en el juego interior, donde el esfuerzo de Kevin Tumba y Marcos Delía en defensa comienza a dar sus frutos.

No obstante, el cambio radical del UCAM no reside solo en la defensa. En la parcela ofensiva a los universitarios ya no les quema el balón cuando está en su poder y son capaces de tomar decisiones más racionales a pesar de que el reloj juegue en su contra. Alrededor de la experiencia de Pedro Llompart en este tipo de situaciones para ´templar´ el ritmo de juego y un Facu Campazzo que también es capaz de mostrar su versión más madura en su año y medio en Murcia siempre con Katsikaris en el banquillo, el UCAM también ha conseguido armar un ataque en el que todo el mundo se siente protagonista y se consigue romper a las defensas rivales.

Todo esto hace que algunos vuelvan a mirar más hacia arriba que a los puestos peligrosos de la clasificación, pero el UCAM más sensato de los últimos meses anda con pies de plomo y este domingo (12.30 horas, en el Palacio) tratará de seguir confirmando las buenas sensaciones ante el equipo revelación de la campaña y actual líder, el Iberostar Tenerife.

Sadiel Rojas agradece el apoyo de los aficionados

La preocupación por el estado físico de Sadiel Rojas al término del encuentro fue lo que eclipsó la alegría del UCAM CB Murcia en la primera victoria de su historia en Miribilla ante el Bilbao Basket en ACB. Álex Mumbrú propino un codazo al dominicano en la lucha por el rebote en un tiro libre a falta de un minuto y medio para el final que le provocó a Rojas un fuerte traumatismo cervical. El jugador del UCAM agradeció ayer en Twitter el apoyo de los aficionados y, conociendo su compromiso con el club, todavía no se le puede descartar para el domingo. «Gracias a todos por su apoyo. Hicimos historia, disfrutamos de esta victoria y nos preparamos para la siguiente», escribió.