En un mes y medio el Real Murcia solo ha sido capaz de ganar un partido. Los diez fichajes en el mercado de invierno llevados a cabo por la nueva directiva no han servido para que la plantilla sea capaz de acercarse a un play off que cada semana está más caro. El empate de ayer en Nueva Condomina ante el Recreativo de Huelva significó arrojar un poco más de sal a una herida que sigue abierta y que ha provocado que la mayoría de miradas se hayan vuelto hacia el banquillo, donde Paco García ha terminado por ser el centro de las críticas de una afición desilusionada y que, en realidad, no ve mejorar al equipo tanto como dice el técnico del barrio del Carmen. La secretaría técnica que dirige Deseado Flores ya tiene varias alternativas sobre la mesa y la única duda es si será hoy o mañana cuando se haga oficial la destitución de un técnico que ha agotado la paciencia de todos, desde los aficinados hasta la directiva pasando por unos jugadores que tampoco están a muerte con su jefe.

La profunda remodelación de la plantilla en enero y el hecho de apostar por un proyecto en teoría nuevo han sido detalles que han ido dejando la figura del entrenador en un segundo plano. Sin embargo ayer, desde los cambios que realizó hasta el once que dispuso para recibir al Recreativo fueron muy criticados por una afición que no le perdona que el fichaje estrella del mercado, Sergi Guardiola, sea el primero casi siempre en abandonar el campo y que, por ejemplo, ayer no fuera capaz de haber optado, con el partido agonizando, de relevar al lateral Josema cuando se lesionó por un hombre de ataque, en lugar de dar entrada a otro carrilero zurdo en una decisión que terminó por sacar los primeros «Paco vete ya» que se han escuchado a lo largo de todo el curso en la Nueva Condomina. Y los que seguramente también sean los últimos.

Porque lo que quedó claro ayer es que al Recreativo de Huelva se le podía ganar perfectamente y al final no se perdió de milagro. Las últimas alineaciones de Paco García ya estaban alimentando un poco más las dudas sobre el preparador, pero lo más grave es que el Murcia de ayer ante el Recreativo perdió una de sus mejores señas de identidad, la fortaleza defensiva, ya que la pareja escogida por Paco con Morante y Borja Gómez como centrales fue un motivo de alegría para todos los jugadores de ataque del Recre. El entrenador jugó con fuego en el momento que decidió no darle continuidad a Morante y Golobart en el eje de la zaga tras la llegada de caras nuevas y las llamas se han avivado un poco más después de la actuación ante los onubenses. Los últimos ajustes en una defensa que funcionaba como un reloj también han terminado por condenar a un técnico por el que casi ningún jugador va a dar la cara, ya que la mayoría no han visto al líder que esperaban cuando firmaron su contrato con la centenaria entidad.

Ni diez minutos de paz tuvo el público de Nueva Condomina porque, a los seis minutos, un córner a favor del Recreativo y que desvió el local Morante se convirtió en el primer disgusto de la tarde. El gol llegaba después del primer contragolpe de los visitantes y frenaba en seco ese ímpetu que al Murcia le ha servido para rescatar algún punto.

A la media hora de partido, ni Víctor Curto ni Sergi Giardiola ni ningún jugador del Murcia había sido capaz de disparar entre los tres palos de la portería defendidad por Gálvez. Segundos después apareció la mejor inversión grana en este mercado invernal, el atacante Víctor Curto, quien anotó su tercera diana como murcianista. Una falta peligrosa al borde del área fue ejecutada por el catalán y, tras tocar en un defensor, el balón descolocó al portero y entró para poner el empate en el marcador.

Si los problemas defensivos de ayer fueron en aumento a lo largo del partido, en ataque la situación fue un poco más desconcertante. Los nuevos jugadores a los que Paco García le ha dado la titularidad como Rayco y Elady no han conseguido todavía mejorar las prestaciones de algunos de los jugadores que se vieron obligados a salir por la puerta de atrás en enero. Ninguno de los dos ha dado motivos todavía para justificar la salida de Titi al Logroñés cuando llevaba tres goles y las mismas asistencias con la camiseta del Murcia. Antes de llegar al descanso, el jugador más desesperado en las filas granas era un Sergi Guardiola que, además de no salirle nada en lo individual, parece desubicado jugando a pierna cambiada en el extremo derecho. Rayco no es ni la sombra de ese jugador que destacó en el Alcoyano y Elady solo se salva de las críticas por la voluntad que pone, pero no por su eficacia ni sus centros desde luego.

Aunque en la segunda mitad el partido tuvo menos rigor táctico todavía que en la primera, el centro del campo dejó de ser importante para ambos conjuntos y las aproximaciones a una y otra área entretenían al personal. A veinte minutos del final, un jugador que se marchó lesionado del campo y que está despertando elogios de todo tipo tras llegar cedido por el Almería, el defensa Josema, acertó a cabecear con rabia un gran pase de David Sánchez al saque de un falta, un argumento que ha permitido a Paco García sobrevivir un poco más en el banquillo gracias a una faceta que no estaba explotada en la anterior plantilla. El tanto de Josema parecía que, sin más brillo del visto sobre el campo, al menos iba a suponer tres puntos de oro a la espera de ver qué pasaría hoy con los rivales directos por la cuarta plaza de la general. Pero no hubo que esperar mucho porque un exmurcianista, el veterano Antonio Núñez, aprovechó el marcaje de cadetes al que fue sometido por la zaga grana para fusilar de cabeza a Simón sin contemplaciones y con toda la comodidad del mundo.

En una tarde cálida, el frío apareció en el minuto 84 cuando Fran Machado falló un remate solo ante Simón que lo habría convertido todo en un poco más dramático todavía. El Murcia no ha mejorado pese a la inyección económica en forma de fichajes y, tras darle un tiempo más que prudencial, parece que será otro entrenador al que se le asigne la tarea de meter como sea en el play off a un equipo que se está jugando el ascenso y, de paso, evitar la desaparición.