Una semana tan sólo ha tardado el FC Cartagena en recuperar el liderato y lo ha hecho asaltando la casa del Lorca, que hasta ayer detentaba la primera posición, gracias al gol que anotaba Fernando Llorente -su tercer tanto-.

No se equivocó el entrenador albinegro, Alberto Monteagudo, cuando en la previa del encuentro manifestaba públicamente su convicción de que el Cartagena iba a dar una buena imagen en la ciudad del sol. A la victoria ayer no se le puede poner ni un solo pero, porque el bloque cartagenerista borró al oponente de principio a fin del encuentro. Fue superior al lorquinista desde el comienzo y tan sólo le faltó un poco más de tino, porque fueron muchas las oportunidades que tuvo, sobre todo en la primera parte, para marcharse del Artés Carrasco con un resultado histórico.

A pesar de este lunar, hay que decir que el Cartagena, tras dos encuentros jugando en inferioridad numérica, ofreció una sensación tremendamente positiva, como si a los jugadores no les hubiera afectado lo más mínimo el empate ante La Roda y la derrota en casa frente al Mérida.

Tenían bien estudiado al oponente, sabían a la perfección dónde podían aprovecharse del rival y Monteagudo urdió un plan que le salió redondo.

La sanción a Arturo dejaba dudas respecto a qué jugador iba a alinear el preparador en la punta del ataque. La semana anterior no cuajó la fórmula de Sergio García y Llorente, y Monteagudo decidió que era el momento de que Germán ejerciera de ese futbolista que fichó el club para el centro de la delantera. Su trabajo fue grande y así lo vieron hasta sus propios compañeros. Se vació y dio la oportunidad siempre de segundas jugadas a sus compañeros; pivotó y movió el balón con fluidez, lo que hizo olvidar por completo a aquellos a los que vino a sustituir en el mercado de invierno.

El Lorca trató de salir enchufado en el enfrentamiento en el Artés Carrasco, aunque el Cartagena aguantó al comienzo bien el tirón inicial de los locales.

El equipo albinegro estuvo solidario en las acciones defensivas, intenso y concentrado cuando el balón llegaba al medio campo blanquiazul para acosar al rival con dos o tres jugadores y robar cuanto antes el esférico. La primera parte de los albinegros rozó la perfección y solo le faltó ver portería en alguna de las cuantiosas ocasiones de las que disfrutó. Los de Monteagudo hilaron con fluidez y pasmosa facilidad oportunidades para batir a Dorronsoro hasta al menos en cinco ocasiones, pero una vez la falta de puntería o un mal control final evitaron que los albinegros se marcharan a la caseta con un tanto a favor en este periodo.

Acertado fue el once que sacó el técnico albinegro, que hizo debutar de inicio a Artiles por banda izquierda. El canario estuvo muy activo y fue el principal protagonista de su equipo, con acciones rápidas, triangulaciones acertadas, regates y dribling que ofrecieron una magnífica sensación del canario. Se asoció a la perfección con Jesús Álvaro en el carril izquierdo y fue desde ahí desde donde llegaron las ocasiones más claras. Pero no fue solo protagonista Artiles, porque Germán supo fijar bien a los centrales y se convertía por momentos en un quebradero de cabeza para la defensa local.

Los visitantes no tuvieron problemas en defensa ya que el Lorca, aunque trató de robar para salir a la contra, no gozó de demasiadas opciones, ya que los blanquinegros capitalizaban la mayor parte del tiempo el control del esférico.

Artiles pudo hacer el primero con una acción en el 5´, tras encontrarse un balón suelto dentro del área que remató a los pies del portero blanquiazul. El Lorca quiso quitarse el dominio y lo intentó con un disparo de Abel desde el borde del área, en el que Limones tuvo que emplearse a fondo.

Tras esta acción, el bloque albinegro tuvo de nuevo el peso del partido en sus botas. Artiles estuvo muy presente en cada acción de gol de los albinegros, como la del 18´, cuando no llega a un pase de Ramírez cruzado o en el 26´ con un dribling y disparo que se marcha fuera por poco.

El Lorca no encontró nunca su sitio. Se le veía incómodo ante un oponente que siempre se le adelantaba en el robo de balón y estaba mucho más despierto en todo momento. En los últimos seis minutos el Cartagena pegó otro arreón y Cristo mandó alto un disparo desde la frontal; Llorente hizo lo propio un minuto más tarde y Moisés, en el 40, mandó fuera un preciso centro mandado por Ramírez desde la otra banda. Casi con el tiempo cumplido, un gran pase de Cristo le llegó a Artiles, quien recortó dentro del área, y con toda la portería para él, mandaba el balón alto incomprensiblemente.

En el segundo tiempo el Lorca quiso estirarse, pero estaba claro que los de Monteagudo le habían cogido la medida, y con el control y dominio en la parcela ancha, eran los amos del derbi.

Onwu lo intentó a la media vuelta en el 51´ en la única acción de peligro del Lorca. Luego llegó la lesión de Poley (55´) y una nueva oleada de los albinegros.

Una falta cometida sobre Verdú, que ayer sentó cátedra de cómo debe jugar un pivote defensivo, la remató de cabeza a la red -tras centro medido de Ramírez-, Llorente, haciendo el 0-1.

El Cartagena no se fue para atrás. Quiso rematar al Lorca. Se vio superior siempre y a punto estuvo de hacerlo en una fantástica acción de Isi Ros, quien dentro del área se regateó a tres jugadores, incluido el portero, hasta que su disparo, flojo y cruzado, lo salvó un defensa casi en la línea de gol.

El equipo albinegro no dio opción a un desfondado y deslucido Lorca, que no perdía desde el 4 de diciembre un partido; ayer lo hizo por partida doble, cediendo, siete días después, el primer puesto al Cartagena.