El Real Madrid y el Valencia Basket protagonizarán esta tarde (18.00 horas, #0) la final de la Copa del Rey después de superar ayer al Baskonia (99-103) y el Barcelona (67-76), respectivamente. Los madridistas, tras ganar sus dos encuentros en Vitoria en la prórroga, defenderán su corona frente a los valencianistas, que dejaron en la cuneta a los azulgranas con una actuación coral. La jornada de semifinales, con más de 15.000 espectadores en las gradas, dejó el mejor encuentro del torneo, respondiendo a las expectativas que había levantado el Real Madrid-Baskonia, considerado como la final anticipada. Intensidad, fuerte ritmo y una prórroga fueron los condimentos de un duelo de altura que enmudeció a la ruidosa afición del Buesa Arena, sin lugar a dudas, la mejor de España. Los vitorianos tienen carácter, pero los de Pablo Laso cuentan con un arsenal inmenso de talento.

El 18 de marzo de 2001, un chaval de 20 años llamado Pau Gasol deslumbró a todos en la final de la Copa que el Barcelona ganó al Madrid.

Fue su explosión y solo unos meses después era elegido número 3 del draft de la NBA. Con más de dos años menos (el 28 de febrero cumplirá 18), el madridista Luka Doncic ya ha demostrado a todo el mundo que está llamado a marcar una época, como el pívot catalán. Esta temporada está maravillando en la Euroliga y en la ACB, y en el torneo de Vitoria está siendo decisivo. Ayer logró 23 puntos, dio 3 asistencias y capturó 6 rebotes. Fue esencial en el primer despegue de su equipo en el segundo cuarto (33-42), superando tanto a Laprovittola como a Hanga. El adolescente esloveno también anotó un triple cuando peor lo pasaba su equipo (81-74) y el Baskonia acariciaba el pase a la final. Pero nunca nadie puede dar por muerto al Real Madrid de Laso. Randolph y Llull se encargaron de forzar la prórroga, en la que una pérdida del exUCAM Kim Tillie a 1:10 del final -fue el único lunar en el buen partido del pívot francés-, terminó por hundir a un conjunto local que no tuvo suficiente con la actuación sobresaliente de Beaubois (27 puntos), bien secundado ofensivamente por Larkin (17) y Hanga (19).

El Valencia lleva varias temporadas construyendo un gran equipo. Y ha sido en el segundo curso con Pedro Martínez al mando de la nave cuando ha conseguido la madurez necesaria para luchar por los títulos. Ayer superó a un Barcelona que dependió en exceso de Ante Tomic y donde el exmurcianista Vítor Faverani firmó su peor actuación desde que hace poco más de un mes se convirtió en jugador azulgrana.

Precisamente una falta antideportiva del brasileño propició que el Valencia se escapara en el tercer cuarto (46-56), para después aniquilar a su rival con Fernando San Emeterio (16 puntos) y Dubljevic (14) como mejores jugadores. A los azulgranas le han pesado demasiado las bajas, la última de ellas de su capitán, Juan Carlos Navarro, por una apendicitis. Demasiada losa para los de Bartzokas, que llevan una temporada marcada por los problemas y las derrotas, que le costaron una fuerte multa económica a su plantilla hace solo una semana por el bajo rendimiento tanto en ACB como en Euroliga.