La Segunda División es una categoría sumamente igualada, en el que un equipo de la zona baja puede superar a cualquiera. O no.

El UCAM Murcia no dispuso de ninguna opción de superar al Real Valladolid, conjunto que supera al murciano en múltiples facetas futbolísticas y que quedó refrendado sobre el césped tras el encuentro de ayer. Una medicina que los universitarios ya saborearon bajo la dirección técnica de Francisco en otro duelo, como fue el que disputó ante el líder Levante hace un mes.

El conjunto vallisoletano, comandado por su entrenador Paco Herrera desde el área técnica con un planteamiento con el que superó al propio Francisco, dotó de un baño de realidad al UCAM Murcia, que se vio abatido tras una gran primera mitad de los pucelanos y no dispuso de un solo 'chance' para voltear el marcador tras el descanso. Si acaso, algún leve atisbo tras el hemisferio que se vería rápidamente finiquitado tras la merecida expulsión por roja directa del central universitario Unai Albizua en el minuto 59.

Más allá de esta breve introducción, la racha del UCAM de partidos consecutivos sin perder se quedó en cinco, aunque es ahora cuando los auténticos duelos por la permanencia se ceban con los universitarios: Almería, Mallorca y Mirandés, en el horizonte más próximo.

De hecho, incluso el técnico Francisco demostró durante el juego que el choque frente al Valladolid se daba por perdido, pese a la abismal competitividad del preparador almeriense.

Paco Herrera dotó a su Valladolid de mucho peso en el centro del campo, renunciando a las bandas y aplacando al gallinero local en su primera llegada. De hecho, los dos primeros disparos a puerta de la escuadra pucelana acabaron con el mismo resultado: gol en contra.

Si bien ningún centrocampista visitante sobresalió sobre el resto de sus compañeros, el trabajo global y la constante movilidad de hombres como Jordán, Míchel, Leao o Sergio Marcos, era culminado con poderío por el jugón de la cantera vallisoletana: José Arnáiz. En 45 minutos, con un tanto de bellísima factura y una asistencia algo potrera, reventó el plan inicial de Francisco y embolsó los tres puntos para su equipo.

Por la vía rápida, De Tomás, en el minuto 7, remachaba a la red un centro chut mal ejecutado por Arnáiz, que se adentró en el área superando con su velocidad al desacertado Fran Pérez. De Tomás, en la posición del '9', empujó solo en el segundo palo después de que ni Biel Ribas ni Albizua consiguieran despejar. Una acción esperpéntica y de falta de intensidad total.

El UCAM, sin reacción y sin profundidad en su juego, aguanta el tipo como buenamente podía. La zaga vallisoletana no ofrecía ni una sola concesión, y tras una veloz transición en el centro del campo, José Arnáiz materializaba el segundo de la tarde. En el 27', recibió entre líneas, se giró para marcharse de Basha, regateó a Fran Pérez con un cambio de ritmo brutal, y desde unos 23 metros superó a Biel Ribas con un disparo seco que aterrizó en la base del palo.

Al igual que en el mencionado choque ante el Levante, el UCAM solo supo rehacerse del dolor tras encajar el vendaval visitante. En ese ecuador del partido, antes y después del descanso, los universitarios ofrecieron lo mejor de sí mismos en el partido.

Collantes lo intentó constantemente por la banda diestra, pero la falta de remate generalizada y también de puntería de Natalio impidieron recortar distancias. Fue tras el descanso cuando el UCAM dispuso de sus mejores ocasiones en el partido, sin contar el tanto de Jona que sí subiría al marcador local.

Primero Collantes, disparando a la madera en el 53' tras una preciosa triangulación entre Tekio, Jona y él mismo. Y al minuto después, de una forma muy similar y dentro del área, Jona cruzaba en demasía ante Pau Torres, guardameta visitante.

Francisco intentó compensar el grave desajuste inicial colocando un trivote necesario con Basha, Juande y Manuel Sánchez. Un plan que se fue por el retrete, al igual que el intenso arreón del UCAM con la expulsión de Albizua. El central vasco agarró a un Jaime Mata que se plantaba solo ante Biel Ribas: Albizua era el último defensor, por lo que la expulsión era evidente y clara.

Y tras esto, Francisco cerró filas y dio descanso a Natalio y Collantes para reservarles de cara a la final de la próxima semana ante el Almería. Dio entrada a Tito para reajustar la zaga y al inhabitual Pere Milla, que incluso pudo marcar de falta. La derrota se olía con el paso de los minutos.

El Valladolid, con menos control del juego y abusando del pelotazo directo, encontraba en Mata la vía de la goleada, aunque el atacante visitante no tuvo la suerte necesaria para firmar el tercero tras estampar en el poste su disparo raso.

El centrocampista Míchel, en el 82', clavó el tercero desde la frontal del área con un golpeo exquisito a media altura y ajustadísimo. El palo la escupió hacia dentro y el Valladolid asentaba la goleada.

El respetable de La Condomina, que a base de promociones y actos solidarios consiguió superar los cuatro mil espectadores en el aforo, empezó a desfilar para dejar las gradas medio vacías. Perdiéndose, así, el tanto del honor del UCAM Murcia.

Pese a que no fue el mejor partido con la escuadra universitaria para Jona, el atacante del UCAM volvió a 'mojar': tres goles en otros tantos partidos consecutivos marcando.

El '7' hispanohondureño está de dulce, y en el 89', efectuó una maniobra técnica de muchos quilates dentro del área tras una precisa asistencia al espacio de Pere Milla. Jona la bajó, recortó al primer defensor en la frontal del área pequeña, con una pisada se marchó del segundo y con las mismas superó por bajo a Pau Torres.

El UCAM ponía así punto y final a un partido sin historia. Fue superado en casi todo a la espera de su particular Alpe D'Huez.