¿Cómo fueron sus inicios en el deporte?

Empecé haciendo natación en el Colegio Público Torreteatinos, de El Secano, gracias a un maestro, Alfonso Martínez Ruiz, que ha sido mi padre deportivo. Al poco tiempo ya hacía carreras en el colegio, que las ganaba todas, para después, cuando pasé al instituto, fundar junto a Alfonso el Club Atletismo Santomera. Ahí descubrí el compañerismo y el respeto hacia los demás.

¿Y qué tal atleta fue?

Fui varias veces campeón regional en varias distancias, logré mínimas para Campeonatos de España y con 19 años hice 1 hora y 11 minutos en media maratón. La verdad es que el atletismo y el deporte me lo han dado casi todo. Me han ayudado a saber valorar el esfuerzo de los demás y comprender que enfrente hay un adversario que también ha entrenado como tú.

Pero si ganaba siempre, ¿era mal perdedor?

Un triunfo cualquiera puede gestionarlo, porque todo el mundo te aplaude, pero perder... Pero algo importante del deporte es que te permite tener amigos de todas las ideologías, religiones y condiciones sociales.

Es que me cuentan que usted se lleva bien hasta con la oposición y me consta porque lo he visto.

Es que lo importante en una sociedad como la actual, es tener la capacidad de diferenciar lo que es la relación personal y de amistad con el debate político y la ideología de cada uno. La evolución de la sociedad y del hombre está en entender la diversidad, nadie tiene la verdad absoluta, y el final es una suma de opiniones y de razonamientos de cada uno lo que nos hace avanzar.

¿Ha tenido que dejar de hacer deporte desde que está metido en política?

La práctica a nivel competitivo la abandoné por los estudios y por una lesión, que fue lo que me hizo dejar la competición. Ahora disfruto mucho más, porque lo practico de forma regular, aunque no tanto como me gustaría. Vivo el deporte como un cachondeo y un pique con los amigos, con quienes me apuesto quién paga las cervezas y los vinos…

¿Y paga muchas veces?

No, mantengo el espíritu competitivo y que soy muy picado, que cuando me pongo lo doy todo. Combino senderismo con bicicleta de montaña y salgo a andar. Intento hacerlo con regularidad porque la cabeza me fluye mucho mejor, las ideas fluyen mucho más rápido.

¿Cuándo entró la política en su vida?

Desde muy pequeño. Entiendo la política como un sentimiento y un compromiso social, algo más allá que estar afiliado a un partido político, que en mi caso es el PSOE. A mí me fluyó por circunstancias personales, porque procedo de una familia muy humilde, que tuvo que emigrar a Francia. Mi madre ha influido mucho en que entienda la política con mayúsculas, porque me decía que necesitábamos una democracia y una libertad que ella no pudo disfrutar. Hace un año decidí presentarme a unas elecciones, de concurrir al Senado, y lo hice comprometido con la responsabilidad de ser el portavoz del deporte del PSOE y por defender los intereses de nuestra Región. Nunca se me olvidará mi primera intervención, que fue una pregunta oral al Ministro. Inmediatamente después llamé a mi madre y a mi maestro porque había cumplido un sueño.

¿Pero no está mal visto ser Senador?

Soy consciente de eso, parece que es una cámara que no es útil. No falta parte de razón en algunas cosas que se dicen, porque hay que transformarla en una cámara de representación territorial. Mientras tanto, sí que vale y muchísimo, porque realiza las funciones de control al Gobierno y yo he tenido la oportunidad de llevarlo a cabo. Tiene capacidad para impulsar leyes y alguna relacionada con el deporte se va a llevar a cabo.

Hace unos días estuvo con el Rey en los Premios Nacionales. ¿Qué habló con él?

Me hizo una propuesta, que invitase a todos los políticos a hacer media hora diaria de deporte.

¿Qué reforma cree más urgente en el deporte?

Hay varias, pero priorizaría en las profesiones del deporte y en la financiación, porque hay que seguir avanzando en el mecenazgo, ya que la práctica deportiva se ha extendido mucho y los clubes de base han estado dependiendo mucho de las ayudas públicas. Si te das cuenta, en los últimos Juegos Olímpicos la medallas llegaron de una generación que viene de varios ejercicios anteriores, ocho o más años atrás, y si no empezamos a invertir en nuevos talentos, vamos a tener una carencia. Apostar por el deporte de España es la prioridad para que no dependamos de un talento que surja.

Es una lástima que la UCAM sea de las pocas entidades que ha apostado por el deporte olímpico.

Efectivamente, es una realidad. Ellos, como entidad privada, han realizado una estrategia, han apostado por el deporte y están atrayendo a los mejores. Eso también es un síntoma del papel de las instituciones públicas. Un ejemplo lo tenemos en la inversión que se hizo para los Juegos de Barcelona, cuando se creó el plan ADO, que supuso un antes y un después, pero ha pasado mucho tiempo y la sociedad no es igual que ahora.

Pero a los políticos sí que les gusta hacerse la foto con los deportistas que triunfan.

Así es, pero los que salen en esa foto se sentirían más cómodos si cada uno hiciese su papel. Algunos deportistas se atreven a decirlo públicamente y ese malestar existe. El deporte español, durante el último año, ha sido nuestra marca, se nos conoce en el mundo gracias a nuestros deportistas.

A nivel personal, ¿tiene más aspiraciones políticas?

Ahora mismo mi objetivo es hacer bien el trabajo en el Senado, luchar por llevar a cabo las reformas necesarias, buscando el consenso de todos, porque el deporte es lo que nos une a todos los partidos políticos. Yo, que soy de El Raal, de una pedanía, una de las cosas que mi madre me dice es que lo que vale es la palabra, el compromiso, y necesitamos pactos no escritos.