La mayoría de las cruces del Real Murcia esta temporada, en cuanto a resultados, se concentran en sus partidos a domicilio. El conjunto grana no ha conseguido ocupar una posición de play off de ascenso a Segunda en todo el curso y, en parte, se debe a que sus encuentros como visitante son un lastre del que todavía no se ha logrado desmprender.

El equipo que dirige Paco García tan solo regresó a casa en la primera vuelta con diez puntos de los 27 posibles al disputar nueve encuentros como visitante. Y, de momento, pese a la 'revolución' en la plantilla con la llegada del mercado invernal la historia no ha cambiado demasiado. El Murcia no sabe lo que es ganar a domicilio desde que arrancó el 2017 y hay que remontarse hasta el 18 de diciembre para encontrar el último triunfo, ante el Extremadura, en un estadio diferente a la Nueva Condomina.

El bagaje de las tres primeras visitas del Real Murcia en la segunda vuelta es de dos puntos -dos empates a cero con el Mérida y el Melilla y una derrota ante el Lorca FC (1-0)- de nueve posibles. Cierto es que en esos encuentros los murcianistas tan solo han cedido un gol en contra, pero ya sea por la falta de ocasiones claras o por los fallos cuando se logra pisar el área contraria, los problemas de los granas para hacer gol se agravan todavía más en territorio foráneo.

Por lo tanto, el propósito del Murcia este fin de semana en Los Cármenes ante el filial del Granada, el sábado a las 17.00 horas, será el de firmar los primeros tantos como visitante del 2017 y volver por primera vez, desde que arrancó la segunda vuelta, con un triunfo. Sin embargo, no será nada fácil ya que desde octubre nadie es capaz de asaltar el estadio andaluz. Tan solo el Lorca y el Marbella, el líder y el tercer clasificado del grupo IV de Segunda B, saben lo que es ganar allí. Y aunque los rivales suelen conseguir anotar ante el Granada B, el filial nazarí casi siempre suele imponer su pegada con un Mattheus Barrozo que acumula doce goles en su cuenta particular.

Todo lo que no sea ganar en el sábado podría complicar todavía más las opciones del Real Murcia por alcanzar al tren de cabeza. El calendario aprieta más cada semana y sus principales rivales en la lucha por la cuarta plaza -el Jumilla, el Melilla y el Villanovense-se medirán a equipos que se encuentran inmersos en la lucha por la salvación. Un arma de doble filo para los intereses del Murcia, ya que no se perdonaría el no aprovechar un tropiezo de alguno de ellos para hacerse con la cuarta plaza. Y, por contra, un nuevo desliz de los granas lejos de casa podría alejarles momentáneamente de la pelea si el resto consigue sacar adelante sus respectivos duelos.

Será la tercera ocasión que Paco García, entrenador murcianista, cuente con todos sus incorporaciones de invierno al completo y la exigencia volverá a ser máxima tanto para los jugadores como para el técnico del Barrio del Carmen, quien con el triunfo el pasado domingo ante el Linense ha logrado alejar los focos sobre el futuro de su cargo durante unos días en los que se espera que el equipo se encuentre más cerca del objetivo del ascenso.