¿Cuándo empezó a practicar la lucha?

Empecé a hacer boxeo, pero a mi madre no le gustó y me quitó a las dos semanas. Pero poco tiempo después empecé a acompañar al gimnasio al novio de mi prima, que practicaba lucha. Ahí fue cuando me metí, mirando todos los días los entrenamientos hasta que me emocioné y comencé a practicar la lucha libre. Tenía entonces ocho o nueve años.

Y llegó a ser campeón olímpico y de todo.

Sí, porque me dediqué íntegramente a estudiar y a hacer lucha, que requiere un gran sacrificio.

¿Cuándo llegó por primera vez a España?

Bueno, yo a España venía casi todos los años con el equipo nacional, porque entrenábamos durante un mes con la selección española en Barcelona y desde allí siempre nos íbamos a los mundiales.

¿Qué recuerdos tiene de los Juegos de Barcelona?

El apoyo que me dio el público de Barcelona en la final. Cuando estaba compitiendo por la medalla de oro contra Serguei Smal, todos los españoles estaban gritando mi nombre. Estando tan lejos de Cuba y que me apoyaran así, fue algo muy emocionante. Con ese mismo luchador había discutido la medalla de oro dos años antes en el Mundial de Japón, y lo pasé muy mal para ganarle, pero en Barcelona fue diferente, le gané 5-0 porque el apoyo del público me dio fuerzas.

¿Cuándo y por qué se estableció en Murcia?

Yo estuve un año y medio dando clases en la Universidad de Puebla, en México. Allí fue donde conocí a José María López Gullón, que había hecho la licenciatura en Deporte en la misma universidad que yo estudié en Cuba. El entrenador que me hizo campeón olímpico y del mundo había estado en Murcia dando clases, y gracias a él, José María contactó conmigo para que viniera a entrenar a chicos jóvenes. Después de un tiempo tuve que dejar la Federación porque no había presupuesto, pero se portaron muy bien y Dios quiera que las cosas cambien y podamos levantar un poco más la lucha aquí.

Pero usted lo ha pasado mal económicamente, incluso se decía que había vendido su medalla de Barcelona para sobrevivir.

No, la medalla aún no está vendida porque hay personas que están pujando por ella pero no se ponen de acuerdo. Ahora quiero tratar de resolver aquí las situaciones que tengo y dedicarme a lo que he hecho toda mi vida, que es a entrenar. Me gustaría sacar dos o tres figuras mejores que yo en Murcia.

Pero ha estado alejado de la lucha mucho tiempo.

Alejado del colchón sí, pero yo he estado pendiente de los resultados de mis compatriotas y de los españoles. Estoy al día de todas las novedades que se han experimentado en la lucha.

¿Y a qué se ha dedicado?

Estuve un tiempo trabajando en la construcción, que no se me caen los anillos ni me da pena decirlo. Después conocí a un señor que se llama Francisco Huertas, que me ayudó mucho, pero sufrió un ictus y estuve cuidándolo un tiempo. Posteriormente, gracias a la vida, por mediación de su hija Lucía, su primo Antonio y su pareja Chelo, conocí a Jacob, que lleva el Gimnasio Elite en Puente Tocinos, y estamos emprendiendo aquí un nuevo proyecto. Tengo una serie de chavales que están muy motivados y estoy a plena disposición de trabajar con todos los luchadores.

¿La vida ha sido injusta con usted?

No ha sido justa, pero yo me quedo con que conocí, viajé y competí, y mientras más competía, más me motivaba. En Cuba las cosas no fueron como yo esperé, eso fue lo que me desinfló un poco, pero estoy satisfecho.

Ha fallecido Fidel Castro. ¿Ha iniciado su país una nueva etapa?

Creo que antes de morir Castro las cosas ya estaban cambiando un poco gracias al presidente Obama, pero ahora no sé qué va a ocurrir con Trump.

¿Tiene miedo a Donald Trump?

Temor no, pero sí tensión por ver de qué forma actuará ese señor.

¿Y a usted qué le parece?

No me gusta nada ese señor. Lleva cuatro o cinco días en el poder y mira cómo ya está cambiando las cosas.

¿Por qué cree que le ha apoyado tanta gente?

Esa es también la pregunta que me hago yo. Ahora Estados Unidos está criticando y demás, ¿pero por qué lo votaron? Esa es la cuestión.

¿Usted ganó mucho dinero en el deporte?

Sí, pero todo había que entregárselo al país.

Entonces a su bolsillo llegó poco dinero.

Muy poco. En Cuba me dieron una casa y un coche, pero el automóvil no camina con agua.

Después de unos años difíciles, ¿vuelve a sentirse realizado?

Cuando estoy en el colchón es como si volviera a empezar, tengo la misma velocidad, y encima veo a los chavales muy motivados. De aquí a un año ya veremos el resultado, porque tengo unos cuantos pupilos que tienen ganas y quiero que sean mejores que yo, porque pueden serlo por la juventud que tienen.

Pero España nunca ha tenido un campeón olímpico de lucha.

Bueno, pero también puede surgir, como Rafa Nadal y muchos deportistas que han aparecido. Recuerdo que antes de las olimpiadas de Barcelona el deporte español tampoco estaba muy alto. Cuba, siendo una isla, quedó en cuarto lugar en las olimpiadas.

El deporte ha perdido fuerza en Cuba, ¿no?

Sí, ha bajado el nivel que tenía en los años 80 y 90 debido a la situación económica. Ahora ya no se puede viajar tanto como lo hacíamos nosotros, que estábamos fuera de Cuba todo el año compitiendo y preparándonos, que es lo que te da los resultados. Nosotros nos íbamos en enero a Corea todos los años y después nos veníamos un mes a España y otro a Italia. Todo eso era lo que hacía subir el nivel.