Cuando los aficionados del Real Murcia esperaban ayer tarde conocer los últimos movimientos de la plantilla para saber cómo se quedaba el equipo tras la revolución que ha sufrido el vestuario en el mercado de invierno, la noticia que dejó a algunos boquiabiertos fue que Germán Sáenz, tras conseguir su carta de libertad en la entidad grana, apenas tardó cinco minutos en comprometerse con el eterno rival, el Cartagena, en una decisión que pilló por sorpresa a la secretaría técnica que dirige un Deseado Flores que, después de pagar 35.000 euros al Linares por fichar a Víctor Curto, permite ahora la salida completamente gratis de uno de los jugadores con más calidad de la plantilla en una maniobra que pone un poco de relieve que la falta de experiencia de Flores en esta materia ha provocado que la renovación del equipo se le haya ido de las manos literalmente.

Germán Sáenz llegó la temporada pasada a la disciplina grana con José Manuel Aira en el banquillo y sus diez goles en su primera campaña como murcianista lo convirtieron pronto en un referente para todos. Sin embargo, el nombre del atacante canario ha sido desde el primer día uno de los que más fuerte ha sonado para abandonar la entidad. Es más, con ofertas sobre la mesa de clubes de mucha entidad como la Ponferradina y la Cultural Leonesa, las prisas de Deseado Flores y su equipo por aligerar la nómina grana para dejarle hueco a los nuevos fichajes han propiciado que el Cartagena se refuerce con un futbolista que recibiría con los brazos abiertos cualquier equipo de Segunda B. El hecho de que tanto Deseado Flores como el técnico, Paco García, hayan señalado a Germán casi desde la primera jornada ha provocado también en cierto modo que el futbolista se haya tomado la justicia por su mano ya que, sin que los rectores del Murcia tuvieran ni idea, Germán ya tenía perfectamente acordado su nuevo contrato con el Cartagena que preside Paco Belmonte.

Desde Nueva Condomina nadie quiere que la salida de Germán se venda como un fracaso, aunque según pudo saber este diario, el hecho de que al jugador se le haya mostrado la puerta de salida teniendo contrato hasta el 30 de junio también ha propiciado que el Murcia tenga que indemnizar al exjugador del Tenerife por romper su relación contractual. De hecho, en la nota oficial emitida por el club grana se dejaba claro que ambas partes «han llegado a un acuerdo para separar sus caminos», lo que confirma que además de reforzar al Cartagena, los nuevos responsables del club han tenido que rascarse el bolsillo para romper el contrato del jugador, algo que también han hecho, en unos casos con más dinero que en otros, con todos los futbolistas que han rescindido en este mes de enero.

Y es que la marcha de Germán al Cartagena dejó helados tanto a Deseado como a Paco García, quienes han apostado por la llegada de más jugadores de los que hacían falta. La apuesta de renovar casi el equipo por completo y la obligación de tener que dar bajas entre los miembros de la plantilla han pasado al final factura a los responsables murcianistas, quienes han llegado al último día sin tener una ficha disponible para el delantero Sergi Guardiola, ya que la de Jaume Sobregrau fue ocupada por el central Borja Gómez, un jugador que lleva un año sin competir y que estaba desde agosto sin equipo. Este fichaje, cargado de dudas por la inactividad de un futbolista que incluso fue descartado por el UCAM hace unas semanas al no considerarlo apto físicamente, es el que ha acabado por descuadrar los movimientos de un Deseado Flores que el último día de mercado demostró su inexperiencia poniendo en bandeja la marcha de un jugador como Germán, fundamental la temporada pasada.

La salida de Germán es más llamativa si se tienen en cuenta dos cuestiones básicas. Por una parte que tanto el entrenador como el director deportivo llevan una semana insistiendo en que Germán iba a quedarse y que incluso, en el amistoso de ayer en San Pedro, el canario disputó los noventa minutos de partido, aspectos que ponen más de relieve que el Murcia ha actuado en este mercado sin un plan claro.