¿Cuándo empezó a correr?

Siempre he estado vinculada al deporte, pero nunca se me había pasado por la cabeza correr. Jugué al fútbol sala y también hice patinaje, ciclismo y escalada. Empecé a correr porque acababa todos los días agotada con los niños y me dije a mí misma que tenía que ponerme en forma. Además, antes fumaba mucho y lo dejé hace cinco años.

Pero una cosa es correr y otra es hacerlo descalzo.

Empecé a correr con zapatillas, pero no salía de una lesión y me metía en otra. Yo no soy profesional ni puedo gastar dinero en el fisioterapeuta. Padecía de las rodillas, las tibias se me cargaban mucho y me salían muchas lesiones. Pero tengo un amigo en Cartagena que es minimalista desde hace unos años que me invitó a que probara la pisada natural. Al principio me quedé a cuadros porque no sabía lo que era.

¿Y tiene menos lesiones corriendo descalza?

Me empecé a informar y me di cuenta de que era así, aunque yo soy muy bestia y me meto cada burrada de kilómetros? Bueno, es un proceso súper lento, yo solo llevo un año.

¿Qué características tiene la sandalia que lleva?

Las de montaña son de 9 milímetros y lo notas todo en la planta de los pies, que se me ha endurecido mucho, pero es como si corriera descalza. Voy evitando que no se me clave un clavo, un cristal o alguna cosa, porque ya sabes tú que la gente es muy cochina. En asfalto sí que corro completamente descalza, pero por montaña me pongo las sandalias.

¿Y no le da miedo clavarse algo?

No porque agudizas los sentidos. He cambiado completamente la manera de correr, porque con zapatillas lo hacía como un caballo, dando golpes, y es lo que me originaba las lesiones, pero ahora no piso de talón, por lo que no cojo fascitis en los pies ni cargo las rodillas. El punto de gravedad también lo he cambiado y la anatomía ha variado completamente al correr. Voy más despacio, pero ya estoy consiguiendo casi los mismos tiempos que cuando corría con zapatillas, pero vamos, que yo no hago esto para ser profesional, sino porque me gusta y me lo paso bien.

¿Entonces ya hace tiempos como antes?

Pues el otro día, en La Manga Club, que llevaba un resfriado monumental, me salió un carrerón y me quedé cuarta de mi categoría. Era la única en sandalias.

¿Cuál es la mayor distancia que ha hecho?

En competición he hecho la Ultra de Almería, que son 90 kilómetros. Luego, entrenando, este verano, en la Ruta de los Centinelas, fui la única mujer que participó. Salí de Cartagena con las sandalias y llegué a Torrevieja, es decir, que hice los 100 kilómetros.

¿No se ha clavado nunca nada?

Al principio sí me pasó. A diario voy con una sandalia que me he hecho yo con una suela de 4 milímetros y una cordonera. Como al principio no tenía el calzado especializado, alguna vez sí que me clavé una piedra, pero eso era cuando tenía los pies blandos.

Encima ahorra dinero en calzado.

No te creas, que esto vale una pasta, que las que llevo de montaña cuestan 90 euros, pero el chico que las fabrica, Fran Hernández, que es de Cádiz, tiene su propia marca, Sandalias Tribu, y me las deja a buen precio. Los chicos con los que salgo a entrenar me regalaron este verano unas y ahora se las encargo a él, que me hace descuento porque le doy publicidad. Yo no salgo a correr obsesionada con los tiempos, voy haciendo la payasa, pasándomelo bien, y al final me está saliendo hasta gratis hacer deporte.

¿Hay cada día más gente que corre descalza?

Aún me noto observada, aunque ahora ya no tanto porque me conoce mucha gente de la Región y donde voy me conocen como la ´canija´. A la gente le choca verme descalza, pero en Cartagena somos unos cuantos los que corremos así, aunque la Federación de Montañismo no nos permite participar con ese calzado. A mí me descalificaron en varias carreras porque dicen que el calzado que llevo no es adecuado. Sin embargo, la Federación de Atletismo sí que nos lo permite y voy a correr la Ultra de Yecla, de 58 kilómetros.

¿En casa también va descalza?

Sí, completamente.

¿Qué frío, no?

No porque tengo tarima. Esta semana se ha notado el frío y el otro día, que salí por Galeras, sí que lo acusé en los cinco primeros kilómetros, pero después nada.

¿Su familia no le dice que está loca?

Claro que me lo dice, mi madre sobre todo cuando ve que llevo el cuerpo abrigado y los pies descalzos. He estado tres o cuatro días resfriada y me lo ha reprochado a cada momento. En realidad, esto también fortalece el sistema inmunológico. Los pies hay que fortalecerlos con una serie de ejercicios y no me he torcido ni un tobillo desde que corro descalza.

Pero no me diga que eso se lo contaban antes a usted y se lo creía.

No, por supuesto. Yo es que soy muy hippie para todo esto, tengo la mente muy abierta, y no puedo juzgar nada si no lo pruebo. Me llamaba la atención lo que me explicaban y ahora hasta lo paso mal en el trabajo porque voy con botas de seguridad y acabo con los dedos de los pies muertos. La gente me dice que no es normal que con el poco tiempo que llevo sea capaz de hacer ya tantos kilómetros. Creen que debe ser por genética.

¿Con zapatillas corría carreras tan largas?

Siempre quise hacer ultras, pero me daba mucho respeto hasta que me di cuenta de que en las carreras cortas lo pasaba fatal por el sobreesfuerzo.

¿Se plantea hacer el Mont Blanc, por ejemplo?

Claro, este año voy al Aneto, que son 58 kilómetros. Me han exigido que me lleve unos calcetines térmicos para prevenir la hipotermia si hace mucho frío, pero voy de cabeza a hacerla.