El UCAM Murcia sufrió anoche una nueva derrota en La Condomina, que se puede considerar como 'esperada' contemplando la situación actual del equipo universitario y del equipo contendiente en el choque de ayer, el líder Levante.

Sin embargo, si algo queda patente tras el resultado, y más aún después de los tres primeros encuentros con Francisco al frente del club universitario, es la falta de puntería de los jugadores del UCAM, especialmente desacertados contra un equipo como el Levante, ante el que no se puede perdonar. No obstante, no salió el UCAM con ánimo de regalar nada al Levante y convencido de que era tan necesario como obligatorio puntuar. Más allá de esto, la calidad y la puntería prevalecieron anoche en La Condomina.

La primera mitad trajo consigo un cúmulo de ocasiones y fútbol combinativo del que en pocas ocasiones se había disfrutado en La Condomina, al menos convirtiéndose los dos equipos en protagonistas. Hasta el gol levantinista en el minuto 24, el encuentro fue un toma y daca constante de oportunidades y que apaciguó el mejor pistolero que campaba por el salvaje oeste levantino: el atacante granota Roger.

Antes de ese tanto, tanto UCAM como Levante dispusieron de tres ocasiones clamorosas de gol para adelantar a los suyos.

Fueron los universitarios los que iniciaron un precioso tiroteo por mediación de Vicente, que estrellaba el balón en la madera después de un genial pase de la muerte de Collantes tras jugada personal de éste.

Tan solo tres minutos después, la presión elevada del UCAM propició una mala cesión de Campaña hacia la línea de zagueros. Ahí aparecía de nuevo Vicente para recuperar dentro del área, que de nuevo con un pase de la muerte dejaba solo a Jona para remachar la acción. No obstante, el hispanohondureño tropezaba y resbalaba tras quedarse solo ante el guardameta Raúl.

Acto seguido, el Levante espabiló, recuperó el timón del partido y demostró al público de La Condomina que no es líder de la categoría por meras coincidencias. Ningún futbolista granota -ayer amarillo- destacaba por encima del otro, ya que el control del pase, el juego en corto, y la rápida circulación de balón fue una demostración de juego e implicación total en equipo.

Fue así como Espinosa, tras introducirse en el área por el costado derecho, se plantó ante Biel Ribas para encontrar una buena respuesta por parte del portero del UCAM tras su definición a media altura. Con las mismas, Collantes respondió a ese peligro fabricándose una gran ocasión dentro del área grande: fintó con la diestra y ejecutó con la zurda, raso y cruzado, para propiciar la estirada de Raúl.

Pero el Levante, tras ese inciso, puso contra las cuerdas al UCAM. Fue encerrando a los locales en campo propio, que se sostenían en la figura de un imperial Hugo Álvarez, defensa central que se ha ganado, a base de sacrificio y actitud, la confianza del técnico Francisco.

Pero uno de los chacales de la categoría, el levantinista Roger, se echó a su equipo a la espalda para templar los arreones del UCAM. En el 20', estrellaba en el poste un buen envío desde la derecha cortesía de Espinosa tras rematar en el primer palo. Y esta clara ocasión fue un preámbulo de lo que se avecinaba. Fue en el minuto 24 cuando Roger recogió el esférico en el centro del campo con todo su equipo por detrás de él. Se enfrentó al mundo, o mejor dicho, a los tres defensores del UCAM que cerraban el espacio atrás. A base de fintas y caracoleos logró plantarse en la frontal para disparar cruzado por bajo. Biel Ribas, con la visión dificultada, hizo la estatua ante el disparo del matador levantinista.

Si ya tras el primer tanto de la noche los ánimos se apaciguaron en el UCAM, tras el descanso el partido entró en un trance muy favorable para el líder, y las ocasiones llegaban a cuentagotas.

El Levante firmó un 0-2 justo y necesario para sus intereses para terminar de destrozar la escasa inspiración que quedaba en los locales. El UCAM, desajustado e impotente, vio como Lerma firmaba el segundo de la noche para el Levante tras conectar un soberbio testarazo tras servicio de esquina de Espinosa.

El balón parado, una vez más, volvía a mandar a fulminar al equipo universitario.

Basha y Cedric, el honor sin éxito

El segundo gol visitante, que tuvo lugar en el ecuador de la segunda mitad, terminó por defenestrar las aspiraciones del UCAM. Pero al menos, y a diferencia de otros partidos, el equipo dirigido por Francisco luchó por marcar el tanto que le metiera en el partido.

Cedric, uno de los últimos en llegar, revolucionó el choque con sus internadas por banda izquierda, y Basha, otro que ha ganado galones tras la contratación del nuevo técnico, probó fortuna hasta en cuatro ocasiones desde fuera del área. En al menos tres de ellas, su envío se marchó pelando la base del poste, dejando patente que la materialización de las jugadas ofensivas es un problema en este 'nuevo' UCAM de Francisco.