Aunque lo que más urge a un equipo siempre son las victorias a la hora de escapar del descenso, el UCAM Murcia efectuó ayer un pequeño paso muy necesario en su batalla por la permanencia. Pero también en su lucha contra sí mismo. Tras una primera vuelta prácticamente completada, en la que la tónica habitual era encajar goles a través de concesiones y regalos, para el conjunto universitario era obligatorio e indispensable rearmar lo edificado reajustando sus propios cimientos defensivos.

Tras los dos primeros partidos de Francisco al frente del banquillo universitario, las conclusiones tras su primer mes de trabajo dirigiendo al plantel azul y dorado son claras: primero empecemos por defender y en ganar confianza, y después miremos hacia delante. Lo esencial era cortar la hemorragia, y tras la derrota copera en Vigo a balón parado, y el empate liguero sin goles de ayer en Alcorcón, el UCAM está intentando templar su presencia en Segunda División a partir de premisas defensivas claras.

Y es que el choque en Alcorcón llegaba tras cinco partidos consecutivos en los que el equipo universitario encajaba goles en Liga. En total, catorce tantos recibidos en las últimas cinco jornadas del campeonato doméstico que han enviado al UCAM a la penúltima plaza de la clasificación. Y aunque de momento la escuadra universitaria se ha olvidado en buena medida de atacar, el punto logrado ayer en Santo Domingo puede ser vital e importante a final de temporada.

El choque entre Alcorcón y UCAM Murcia fue uno de los establecidos por los cánones del sufrimiento. Un partido 'made in Segunda', de poco fútbol, mucho orden y, sobre todo, sacrificio. Especialmente para dos conjuntos que, desde que arrancó la temporada, no han dejado de bailar con el descenso jornada sí, jornada también. Los dos entrenadores, Julio Velázquez y Francisco, son sabedores de ello. Ambos ocuparon sus puestos tras la destitución de otros compañeros con el campeonato ya empezado, y avisaron de que únicamente iban a limitar su trabajo a potenciar las virtudes y limitar las carencias de los suyos. De momento, no han faltado a su palabra.

Pero el de Alcorcón era un partido terriblemente complicado para el UCAM, ya que más asfixiados que los alfareros en la tabla, los universitarios visitaban el fortín de Santo Domingo, un estadio en el que el Alcorcón solo ha perdido un partido en toda la primera vuelta. Pero era un rival directo, y Francisco inculcó a los suyos la necesidad de rascar algo positivo de la visita a un contrincante extremadamente feroz en casa.

Francisco no faltó a su esquema, un 4-2-3-1 en el que toman presencia hombres como Hugo Álvarez, Juande, Basha, Morillas o Vicente, y pierden algo de fuelle otros como Góngora, Tito y Fran Pérez. Y por supuesto, el duelo bajo palos, en el que por ahora Biel Ribas gana la partida a Fernando.

El partido, tanto los primeros compases como la gran mayoría de los minutos, se movió por los mismos derroteros durante toda la celebración. El UCAM defendía con seis jugadores fijos, ocho con las ayudas de los extremos Collantes y Vicente, y cerraba líneas ante un Alcorcón que dispuso de un 65% de posesión en el primer tiempo, pero sin profundidad o relevancia alguna.

Tanto la línea defensiva como el doble pivote del UCAM eran meramente destructivos, y el balón, en sus botas, no duraba ni un santiamén. Solo cuando se dominaba escuetamente el esférico, los cuatro de arriba, Vicente, Nono, Collantes y Jona, actuaban buscando la transición rápida por banda. Pero el Alcorcón, especialmente en casa, destaca por su fiabilidad atrás.

La primera mitad fue en gran medida desesperante. Ninguno quería sufrir ni verse sorprendido, y el balón era imposible de controlar en una batalla sin descanso. Pelotazos en largo, faltas para frenar cualquier transición rápida o contragolpe, posesiones estériles? no había lugar para las concesiones.

El balón parado fue clave en todo el partido para los locales, y la explosividad de sus jugadores de ataque por las bandas era esencial para los visitantes. Esa fue la tónica habitual durante todo el choque, aunque las ocasiones más claras, tuvieron lugar en el primer cuarto de hora de la segunda mitad. Entre los minutos 45 y 60, ambos conjuntos pudieron adelantarse en el marcador, especialmente el Alcorcón.

Los locales tuvieron esa posibilidad por partida doble en el 48', primero en las botas de David Rodríguez y después en las de Pablo Pérez. El Alcorcón salió con velocidad tras recuperación en campo propio por banda izquierda. Su jugador más creativo, Óscar Plano, concentró a los pocos defensores del UCAM en ese costado y filtró un pase perfecto hacia el centro, zona por la que entraba totalmente solo David Rodríguez. Fue entonces cuando Biel Ribas recordó su seguridad bajo palos y su magnífica colocación en el mano a mano.

El '7' alfarero se plantó ante el guardameta del UCAM, que con su pierna derecha tras plantarse en la frontal del área para achicar espacios, atajó en primera instancia. Pero el rechace cayó a Pablo Pérez, que veía como Biel Ribas, con el mismo modus operandi, volvía a atajar el disparo.

En la jugada siguiente, el UCAM disfrutó de su único disparo a portería de todo el partido, pero bien pudo convertirse en un precioso tanto de no ser por Dmitrovic. Desde unos 23 metros hacia el arco, Jona recortó sobre Navarro para sacarse un buen latigazo que se dirigió hasta la escuadra de la portería, pero el guardameta local salvó con una manopla antológica.

Poco después, David Rodríguez volvería a tenerla para el Alcorcón tras un gran envío de Óscar Plano, pero volvería a fallar en el mano a mano ante Biel Ribas. El portero balear atajó en dos tiempos para evitar el 1-0. Sin embargo, el Alcorcón fue encerrando al UCAM en su madriguera, disfrutando y potenciando el peligro a través del balón parado, en el que en todas las acciones era capaz de rematar o llevar la tensión a la parroquia universitaria.

Al final, un Alcorcón volcado pero sin precisión, un Biel Ribas de nuevo elevado a los altares, un bloque defensivo que gana confianza, y un punto para las arcas universitarias que por el momento no deja rédito para salir del descenso. Ahora, tres partidos consecutivos se avecinan en La Condomina, el primero de ellos el aplazado para el próximo miércoles ante el líder Levante en una cita de envergadura.