Los 400.000 euros invertidos por Raúl Moro Martín en el Real Murcia ya le han dado la primera alegría. Aunque el extremeño veía el lunes que ni su presencia en Nueva Condomina servía para presionar a los integrantes del consejo de administración, que decidieron no dimitir pese a las exigencias del segundo máximo accionista; Guillermo Martínez Abarca, presidente de la entidad, y su equipo de trabajo sí le ofrecieron un segundo plato con el objetivo de que el nuevo grupo deje de enturbiar. Desde hoy, como si la Navidad se hubiese adelantado en las oficinas de Nueva Condomina, la parcela deportiva del Real Murcia pasará a manos de Deseado Flores, el hombre elegido por Raúl Moro para encargarse de toda la planificación deportiva con vistas al mercado invernal de fichajes que se abre el 1 de enero.

La sorpresa de su nombramiento se conocía el lunes pasadas las once de la noche en las oficinas de Nueva Condomina. Aunque el albaceteño está teniendo incluso más protagonismo estos días que Moro Martín, pocos esperaban que el empresario manchego tomara las riendas de una parcela en la que no tiene ninguna experiencia. De hecho, en un primer momento, se dejó entrever que su cargo en la entidad sería el de director general. Pero poco ha tenido en cuenta el nuevo inversor la trayectoria de Deseado Flores, en cuyo currículum deportivo solo aparece el año que ejerció de presidente en el FC Cartagena, club en el que se limitó a tareas comerciales y de relaciones públicas, ya que la planificación deportiva es cosa de Paco Belmonte, actual rector cartagenerista.

También extrañó su nombramiento teniendo en cuenta las palabras pronunciadas por el propio Deseado Flores a este diario el pasado 15 de noviembre, mismo día en el que se conocía la entrada de Moro Martín en el Real Murcia como segundo accionista con una participación del 12%, muy lejos de la de Gestora Deportiva Murcia, en manos de los herederos de Jesús Samper. Aquel día, el hostelero indicaba que su función sería la de «mero observador», añadiendo que no asumiría ninguna responsabilidad. Tampoco concuerda con los movimientos actuales otra frase en la que el manchego indicaba que «lo importante es ir aterrizando en el club y ver quién vale y quién no vale. No nos vamos a meter en la gestión deportiva».

Solo veinte días después, la primera medida del inversor que llega de la mano de Flores ha sido asumir la dirección deportiva. Así, desde hoy, y pese a no tener la formación ni la experiencia necesarias, el empresario compaginará sus restaurantes con el trabajo en el Real Murcia, donde hará «todo lo posible para conseguir que este equipo esté en el lugar que le corresponde» y para «recuperar a la afición», tal y como prometía el lunes. El albaceteño pasa a liderar un cargo que desde el pasado mes de junio había sido ocupado por Guillermo Fernández Romo, director deportivo elegido por Abarca y su consejo para suplir un vacío que se alargaba desde agosto de 2014 cuando José Luis Molina decidía abandonar la entidad tras el descenso administrativo.

Sin embargo, la sorpresa de su nombramiento contrasta con los últimos movimientos que venía haciendo Deseado Flores en la sombra. Aunque fue el lunes cuando el consejo de administración del Real Murcia aceptaba la petición de Moro Martín de colocar al albaceteño en la parcela deportiva, lo cierto es que, según ha podido saber esta redacción, el hostelero ya llevaba más de una semana contactando con representantes y directores deportivos de distintos clubes, a los que nada más descolgar el teléfono se presentaba como el encargado de los fichajes del Real Murcia en el mercado de invierno. Durante la conversación, que en algunos casos fue más corta de lo esperad0 al sorprenderse el interlocutor de estar hablando con una persona ajena al mundo del fútbol y que ni representaba oficialmente al club grana, Flores les pedía que en los próximos días le fueran ofreciendo jugadores de garantías con los que reforzar una plantilla que, vista la inversión que quiere hacer el grupo, está obligada a dar un salto de calidad y optar sin excusas al primer puesto del Grupo IV de Segunda B.

Por su parte, el hostelero, que en su improvisada rueda de prensa del lunes en las oficinas de Nueva Condomina se mostraba encantado de la nueva tarea que tiene entre manos, también hablaba hace unos días con un director deportivo del fútbol profesional, quien, según cuenta, se mostró de lo más extrañado por recibir una llamada de alguien sobre el que no tenía ninguna referencia.

Y es que en el mundo del fútbol, Deseado Flores es una persona totalmente desconocida, sin contactos con agencias de representación, secretarías técnicas, entrenadores y jugadores. De hecho, su única vinculación a este deporte tiene que ver con el año que fue presidente del FC Cartagena, pero en el club albinegro limitó sus funciones a tareas comerciales.

Por eso, la llegada del albaceteño a la dirección deportiva grana es todo un experimento. Su inexistente formación en este área, su nulo conocimiento de jugadores, la ausencia de una base de datos personal que pueda ayudarle y el hecho de no haberse pateado ningún campo de Segunda División B para ver en acción a determinados futbolistas obligarán al Real Murcia a apostarlo todo al dinero si no quiere empeorar la plantilla en el mercado de invierno. Además, y de ahí sus llamadas constantes a representantes y directores deportivos, al hostelero convertido en 'fichador' le tocará fiarse de un entorno que en la mayoría de ocasiones pone por encima de los intereses de los clubes los suyos propios. De hecho, el pasado lunes, antes de entrar a la reunión de la que salía nombrado director deportivo, Deseado Flores dedicó muchos minutos a debatir con distintos periodistas cuáles serían las necesidades del equipo que dirige Paco García.

Hoy, tal y como confirmaba él mismo, se pondrá a trabajar de forma oficial. Su primera tarea será reunirse con Guillermo Fernández Romo. Ante los medios, el albaceteño explicaba que no sabía qué iba a pasar con el madrileño, aunque dadas las informaciones que el grupo de Moro viene filtrando desde que entrase en el accionariado del Real Murcia, la idea no es otra que despedirle. Otra opción sería recolocarle, pero Romo, en una entrevista en Onda Cero, dejaba claro que «tonterías las justas», descartando cualquier posibilidad de continuar en el club si no es ejerciendo el cargo que le encomendaron el pasado mes de junio.