Hace unos días, el entrenador del FC Cartagena, Alberto Monteagudo, reconocía en unas declaraciones efectuadas a LA OPINIÓN que no le ha dado tiempo todavía de pensar qué o quiénes son los jugadores que hacen falta en este equipo para convertirse en refuerzos de invierno. Ante la pregunta de si habrá novedades, salía al paso con unas palabras, que aunque pueden ser interpretadas como una huida para eludir la pregunta, por otro lado demuestran claramente que este equipo tiene muchas opciones y bien gestionadas son bastante convincentes. «Este Cartagena tiene fondo de armario para prevenir un bache», explicaba el técnico albaceteño en ese momento. El pasado domingo sus palabras las corroboró él mismo cuando admitía que los jugadores que saltaron al terreno de juego en la segunda parte, con un partido algo complicado de resolver, le ayudaron a cuadrar la ecuación y sumar los tres puntos en disputa.

Parece que este fondo de armario que tiene el FC Cartagena es capaz de aportar muchos puntos y garantiza que el ritmo adquirido en la competición no se vea mermado en ningún momento.

Lo hemos dicho en más de una oportunidad. El Cartagena tiene ante sí un reto que se convierte en un arma de doble filo: la gran cantidad de jugadores a los que se les puede denominar pesos pesados en el vestuario. Mal gestionada la situación, el equipo se convierte en un polvorín, con luchas internas que perjudican el bien común, al querer salvar su temporada cada uno por su lado. Bien gestionada, esta plantilla es un bloque no solo homogéneo, sino sólido, sin grietas importantes y con mucha capacidad para aguantar los chaparrones al poder utilizar sus recursos sin temor a que estos quiebren.

El gol que convertía Fernando el pasado domingo ante el Jumilla le ha servido al delantero de Pilas para convertirse de nuevo en protagonista en un equipo en el que corría el riesgo de perder el tren. El goleador necesita minutos y goles, lo que conlleva a tener un estado óptimo en cada momento. El sevillano ha atravesado momentos de bajón moral por no estar bien, pero ha encontrado los minutos que le ayudan a volver a sentirse futbolista.

Junto a Fernando hay otros jugadores que no están teniendo protagonismo como quizá a ellos les gustaría, pero que sí benefician con su trabajo cada minuto que tienen sobre el campo. Juanlu Hens ha pasado de ser el gran personaje de este equipo en el primer tramo de la liga, a tener ahora un papel más secundario. Está jugando y anotando menos, aunque el entrenador sigue brindándole minutos en las segundas partes, que lo devuelven a la primera línea. Tira del cordobés para desatascar el fútbol entre líneas cuando este Cartagena se ve enmarañado en la tela defensiva del oponente y el mediocampista sabe cómo encontrar la solución y así la vio en el pase a Ramírez en el Municipal La Hoya este último domingo.

Más complejo parece aún la fórmula en el ataque. Hasta cuatro futbolistas han participado ya en las diecisiete jornadas como delanteros: Fernando, Arturo, Sergio García y Chus Hevia y el entrenador sigue dándole alternativas a sus goleadores con bastante éxito. Si en esta última semana fue Sergio el que asumía los galones en un tándem formado con Hevia, la semana anterior era Arturo el que lo hacía en solitario y hace cuatro jornadas era el asturiano quien se colocaba el nueve a su espalda. Las opciones que tiene el preparador para mover sus fichas son enormes y hasta el momento ha sabido cómo y cuándo hacerlo sin que nadie le pierda la concentración o se extravíe en el camino. Dicen los futbolistas que la competencia les hace estar más despiertos y está claro que esta es una buena prueba de que en el equipo albinegro hay mucha rivalidad, pero nadie tiene su puesto asegurado.

Óscar Rico es un futbolista que aparece y desaparece del once inicial y aunque a veces no ofrece su mejor nivel, Monteagudo dice premiar el buen oficio que sus jugadores desempeñan en los entrenamientos semanales. Algo similar le ocurre a Quintana que es alabado por el propio preparador cada vez que salta al campo.

Hay otros que no están teniendo tanta presencia como Pablo Ortiz o el capitán Juan Carlos Ceballos, aunque ninguno de ellos ha demostrado un ápice de disconformidad de puertas hacia afuera.

La posbilidad de reforzar la plantilla el próximo mes de enero, cuando se abra el mercado invernal, es real, pero también el hecho de que este conjunto tiene una buena base de la que poder tirar cuando algunas opciones acaben agotándose.