Competir cada semana en la elite de un deporte suele ser un desafío no apto para cualquier osado. Esa hipótesis la tenía perfectamente interiorizada el Plásticos Romero, recién ascendido a la Primera División del fútbol sala español tras una temporada para enmarcar en la categoría de plata. Así lo demostró la directiva del club, que no titubeó a la hora de añadir una serie de refuerzos que se antojaban necesarios para no pagar la novatada desde el primer día. El transcurso de las jornadas sembró una serie de dudas, sobre todo a raíz de los resultados conseguidos en el tramo inicial del campeonato, que no terminaban de ser todo lo convincentes que se esperaba (tras ocho encuentros disputados, solo brillaba en el casillero una victoria, la obtenida contra el Bodegas Juan Gil Jumilla en la sexta jornada), pero el pasado viernes el decorado cambió, al menos momentaneamente, para el equipo cartagenero.

La novena semana de competición trazó un paréntesis en la irregular trayectoria de la escuadra de la ciudad portuaria, que acabó saboreando su primer triunfo lejos del pabellón Wssell de Guimbarda coincidiendo con la visita que rindió al Aspil Vidal Ribera Navarra. El agónico 3-4, que le dio los tres puntos gracias a un gol de Juanpi a tan solo ocho segundos del final, devolvió la sonrisa a los miembros de la expedición, que regresaron a casa con la satisfacción del deber cumplido y con una dosis extra de moral con vistas a sus próximos compromisos ligueros. El más inmediato, el que les enfrentará el próximo viernes al Ríos Renovables Zaragoza, ya figura como máxima prioridad para el cuerpo técnico cartagenerista.

«El equipo jugó muy bien y eso nos hace estar contentos y felices por haber sumado esos tres puntos que nos van a dar la tranquilidad suficiente para afrontar la semana que viene el partido que tenemos en casa contra el Zaragoza, en el que intentaremos sumar tres puntos más para lograr por fin dos victorias consecutivas. Eso nos alejaría mucho de la zona de descenso», afirmó una vez finalizado el encuentro disputado en el pabellón Ciudad de Tudela Juan Carlos Guillamón, entrenador del Plásticos Romero, que no ocultó el buen sabor de boca que le dejó la actuación de sus hombres frente a un adversario al que ya supera en la clasificación.

En el debe del equipo apuntó los nervios mostrados durante la primera mitad: «Empezamos muy miedosos y metidos atrás en veinte metros, si bien es cierto que el Aspil Vidal empezó muy fuerte, con una presión muy alta y asfixiándonos en nuestro campo. Pero con el paso de los minutos reaccionamos y fuimos mejorando. De hecho, con el 1-0 en contra generamos varias ocasiones, entre ellas un lanzamiento al palo, pero no tuvimos la suerte de cara». La mejoría fue evidente tras el descanso y, a pesar de ir siempre a remolque, «el equipo jugó mucho mejor, disponiendo de más oportunidades». «Pese al 3-2, el equipo siguió jugando y arriesgó con portero-jugador, llegando a empatar a tres goles. A falta de veinte segundos, ellos quisieron ganar con juego de cinco y les salió mal. Nosotros tuvimos la suerte de cortar ese balón y meter el gol de la victoria», relató Guillamón a la hora de rememorar el tramo final de un partido con final feliz para su equipo.