El UCAM CB Murcia buscó ayer la bala de su revólver en continuadas ocasiones, pero no la encontró. En el juego de la ruleta rusa, el otro distinto al de los casinos de la bolita y los números, al que le toca el disparo suele perder. Pero el conjunto universitario necesitaba la pólvora más que nunca. Después de la forma en la que se cayó el domingo en la Liga Endesa ante el Obradoiro, el equipo murciano afrontaba el choque de Eurocup ante el Zenit con ganas de resarcirse y de poder firmar la mejor posición de su grupo para los cruces de la segunda ronda.

Sin embargo, todo se complicó desde el inicio. El UCAM quiso hacer lo máximo en el menor tiempo posible y eso le acabó pasando factura durante todo el partido. Facundo Campazzo volvió a ser el máximo anotador de los suyos con 17 puntos. Aunque otra vez, al igual que el domingo, firmó un 1 de 8 en triples. El base argentino quiso hacer la guerra por su cuenta en determinadas ocasiones y abandonó su faceta de asistente, después de convertirse en uno de los mejores del torneo europeo hace apenas un mes, para ofuscarse desde el tiro de tres.

Campazzo, en su primer partido sin máscara protectora en su rostro, acabó el encuentro desquiciado, aunque al término del mismo pidió disculpas por su actuación en la recta final. «Se escucharon cosas en la grada y eso, quieras o no, influye. Nos mete más presión y queremos solucionar todos los problemas en un tiro. Pido disculpas por mi intercambio con la grada porque la frustación por no conseguir la victoria me provocó una posición infantil», explicó el base tras el intercambio que tuvo con la grada.

Y es que el cambio de horario para el partido de ayer acabó pasando factura a todos. Primero a unos abonados que no pudieron acudir en su mayoría por coincidir con su horario laboral y después, a unos jugadores que se contagiaron del ambiente enrarecido. El Zenit de San Petersburgo se aprovechó de todo esto en el primer cuarto del partido, sobre todo un Janis Timma que firmó diez puntos en ese periodo y que finalmente fueron determinantes para la siguiente media hora.

Un Palacio frío en el que por momentos dio la impresión de acoger un amistoso, en vez de un duelo entre dos equipos que estarán presentes entre los dieciséis mejores de la segunda máxima competición europea. La derrota ante el Obradoiro pesó al UCAM en ataque durante muchos minutos en los que no pudo anotar canastas fáciles (5-12).

Con la entrada de Llompart, el cuadro murciano intentó reaccionar gracias a Radovic y a un Faverani que fue de menos a más, pero el equipo de Karasev, entrenador del Zenit, siempre encontraba algún jugador liberado para anotar con facilidad (10-22).

El Zenit no perdonó ningún error del UCAM durante esos momentos en los que los universitarios siguieron teniendo problemas en el rebote. La entrada de Antelo y Delía no mejoró las cosas y Óscar Quintana, entrenador universitario, tuvo que agotar su segundo tiempo muerto para evitar que el combinado ruso se marchara liderado por un Ryan Toolson que sumó la mitad de sus puntos en el primer periodo del choque (14-32).

Fue entonces cuando llegó la primera reacción local. El UCAM apretó los dientes en defensa y junto a la mejor versión de Pocius desde su llegada a Murcia empezó a dar muestras de mejoría (21-37). Un mate de Faverani, un tapón de Antelo y dos triples de Llompart certificaron el buen momento universitario que rebajó la renta a los diez puntos y provocó el enfado de Karasev (32-42), sin embargo, el equipo ruso aprovechó los últimos minutos para establecer de nuevo su ventaja (32-47).

En el inicio de la segunda parte llegaron dos triples más del Zenit, pero sus porcentajes no fueron tan buenos. El equipo ruso erró muchos lanzamientos a los que el UCAM no dio segunda oportunidad y montó el contragolpe. Campazzo y Baron entraban a canasta a toda velocidad desde todas partes (45-57) y Faverani siguió imperial en la pintura. Aunque Markovic y un ´alley oop´ a White sirvió para volver a abrir brecha (48-61). Después de varios minutos corriendo, el UCAM llegó de nuevo a la barrera de diez puntos, pero esa fue su asignatura pendiente, ya que no logró pasar de ahí (57-58).

En la recta final el partido se volvió más trabado, después de que el equipo universitario lo intentara todo para buscar alguna manera de asustar a su rival (69-78). Pero los intentos de Faverani, Delía y Campazzo no fueron posibles y evitar cerrar un mes para olvidar en el que el UCAM solo ha podido ganar un partido en casa (77-90).