Seguro que varios de ustedes han sufrido alguna vez en el colegio un castigo colectivo por culpa de otros compañeros. A su profesor, posiblemente, se le tuvo que hacer duro penalizar a toda la clase y no sólo a los que lo merecieron realmente. Por eso se hace difícil meter a Vítor Benite en el mismo saco de lo que se vivió ayer en el Palacio. Los 25 puntos del escolta brasileño no sirvieron para nada, ya que el UCAM CB Murcia tiró una victoria que tenía prácticamente encarrilada en la recta final del encuentro.

La canasta de Pustovyi a un segundo del final supuso el triunfo del Obradoiro y el estallido de la afición murciana sobre la figura de Óscar Quintana. Los seguidores del equipo universitario no terminan de entender las decisiones que está tomando el técnico cántabro en lo que llevamos de temporada, sobre todo en la Liga Endesa, donde el equipo presenta un balance de 3 victorias y 7 derrotas tras las primeras diez jornadas, y así lo hicieron saber ayer al término del choque. El entrenador del UCAM priorizó las sensaciones de sus jugadores en la pista en lugar de intentar darle la menor vida posible a su rival para hacerse con el triunfo. Y lo peor es que sus hombres tampoco respondieron.

Los problemas con el rebote, los fallos en la recta final y la falta de intensidad de algunos de ellos permitieron que el Obradoiro peleara hasta el final por un partido que finalmente acabó llevándose. Moncho Fernández, entrenador del cuadro gallego, destacó en la sala de prensa la fe de sus jugadores, una fe que no tuvo el UCAM cuando se vio contra las cuerdas en los últimos veinte segundos. El conjunto universitario desperdició la última posesión que podría haber hecho que la moneda cayera de su lado en una acción que evidenció la falta de ideas para conseguir, o al menos intentar, una canasta ganadora.

Y es que el inicio del partido ya mostró síntomas de lo que iba a suceder más tarde. El Obradoiro arrancó con un parcial de 0-6 ante un UCAM con muchos problemas en el rebote y que, a falta de un minuto para que finalizase el primer cuarto, había conseguido más puntos desde el tiro libre que en acciones de juego y que provocaron la primera ventaja visitante (9-19). La entrada de Faverani a la pista quizá se hizo esperar demasiado, sin embargo, el equipo murciano logró reaccionar antes de que concluyeran los primeros diez minutos (15-20).

El segundo cuarto tuvo un nombre propio. Vitor Benite fue una apisonadora para el Obradoiro y el acierto del brasileño permitió al UCAM meterse en el partido. El escolta tan solo erró un lanzamiento y se marchó al descanso con 11 puntos en su casillero (25-26). Con el buen momento de Benite, los de Quintana confirmaron su mejoría e incluso se llegaron a poner por delante en el marcador (28-27). Sin embargo, no duró mucho. McConnell y Bendzius continuaron haciendo daño a la defensa local, junto a Whittinggton en la pintura, y los de Moncho Fernández se llevaron la primera parte (32-36).

El paso por los vestuarios, al contrario que en otros encuentros, le sentó a la perfección a la plantilla de Quintana. Los universitarios lograron un parcial de 10-0 que obligó al Obradoiro solicitar un tiempo muerto para ajustar líneas. Radovic, Faverani y Campazzo lideraron la reacción (46-36), además de otra acción de nivel de Benite. El escolta, al igual que en la primera parte, siempre apareció en los momentos que más lo necesitaba su equipo, y junto a un mate de su compatriota Faverani, colocaron los once puntos de distancia en el marcador.

Sin embargo, fue entonces cuando el UCAM se ofuscó en el lanzamiento exterior, sobre todo un Campazzo que tan solo consiguió anotar un triple de los ocho que intentó al término de los cuarenta minutos. Todavía así, tras los mejores minutos del cuadro murciano, el Obradoiro seguía metido de lleno en el partido y consiguió llegar al desenlace con una ventaja salvable (59-53).

Así se demostó cuando a falta de cuatro minutos para el final el equipo gallego logró igualar de nuevo el marcador. Los problemas del UCAM empezaron a crecer después de la eliminación por faltas del Pocius, que no está y que de momento no se le espera, y un malherido Rojas, con molestias tras un golpe recibido el miércoles en la derrota ante el Bayern, que hizo lo que pudo (64-62).

Todavía así, Benite volvió al rescate de los suyos con dos triples consecutivos que parecían la sentencia (72-64). Pero fue entonces cuando a los universitarios les temblaron las piernas y permitieron un final apretadísimo tras una antideportiva inexplicable de Antelo y una última posesión desperdiciada en las manos de Campazzo. Decisiones que tiraron por tierra ocho puntos de ventaja y todo el trabajo realizado hasta entonces (74-74).

Todo eso fue un regalo que aceptó de buena forma el Obradoiro con la canasta sobre la bocina de Pustovyi, al que le dio tiempo a que se le cayera el balón y recogerlo del suelo para anotar ante una débil defensa de Faverani (74-76).

Una derrota que se va a hacer aún mas larga, ya que el cuadro universitario no competirá en la ACB hasta dentro de dos semanas. Y que ha impedido que el equipo murciano sumase, por primera vez en el curso, la segunda victoria consecutiva en liga tras el triunfo conseguido el pasado fin de semana en Sevilla. El UCAM afrontará el próximo fin de semana su jornada de descanso en la Liga Endesa y hasta el 11 de diciembre, cuando viaje a las Islas Canarias para medirse al Tenerife, no podrá resarcirse en el campeonato doméstico.

La plantilla universitaria se centrará en estas dos semanas en la Eurocup, donde recibirá la visita del Zenit de San Petersburgo este miércoles, 30 de noviembre a las 18.30 horas, y viajará hasta Málaga para medirse al Unicaja. Estos encuentros que disputará con su presencia ya asegurada en la próxima ronda de la cita europea servirán para conseguir una posición favorable en la clasificación a la hora de realizar los cruces de la segunda fase de la Eurocup.