Las expulsiones ya no saldrán gratis en el Real Murcia. Después de un inicio de temporada en la que el club grana ha visto cómo las tarjetas rojas han condicionado en exceso al equipo, los responsables han decidido tirar de mano dura con la plantilla. Desde hace unas semanas las sanciones disciplinarias incluidas en el régimen interno de la entidad se han endurecido. Y todo para evitar que algunas acciones evitables, como las protestas al colegiado, terminen siendo una carga muy pesada para el equipo.

Así lo explicaba Guillermo Fernández Romo, secretario técnico del Real Murcia, en la entrevista que en la mañana del pasado martes concedía a este diario. Al ser cuestionado por las continuas tarjetas por protestar que estaban recibiendo los futbolistas, el madrileño explicaba que «hemos tomado medidas disciplinarias». «Se generó un régimen particular de club sobre este tipo de acciones, que tienen que ver con amonestaciones y expulsiones por protestar», continuaba, para desvelar que incluso «se habló con los capitanes y todo». Para Romo una tarjeta roja «es el mayor condicionante que puede tener un equipo, porque estamos hablando de que esos jugadores dejan de estar a disposición del entrenador por una sanción evitable».

Y es que el Real Murcia ha pagado muy duro en este primer tercio de la temporada las salidas de tono de algunos jugadores sobre el terreno de juego. Adrián Cruz, por ejemplo, no ha podido convertirse en una pieza clave en el centro del campo al tener que quedarse durante cinco partidos fuera de la convocatoria por sanción. Tras el choque de Jumilla fue castigado con cuatro partidos por, después de ser expulsado, decirle al árbitro «estás loco». Volvió a estar disponible para jugar frente al San Fernando, pero una semana después, en Linarejos, era de nuevo expulsado tras ver dos amarillas, dejando a su equipo con diez unos setenta minutos. Además, el castigo de un partido impidió que estuviera en el derbi frente al FC Cartagena.

Otro de los reincidentes es Diego Benito, que primero tuvo que cumplir dos partidos de sanción por reprochar un acción al colegiado cuando ya estaba en el banquillo y posteriormente se caía otro choque tras la roja que recibió ante el Marbella. Los otros expulsados granas han sido Fran Morante, al que el colegiado envió a la caseta en el minuto 77 de la cita contra el Melilla -la primera amarilla la vio por protestar-; y Armando.

Por otro lado, sin llegar a condicionar, el Real Murcia también está viendo cómo cada semana hay algún futbolista de su plantilla que aparece en el acta arbitral por ver amarilla por protestar. Ante la reincidencia, Guillermo Fernández Romo comenta que «nosotros de manera externa podemos decir: 'esto no puede pasar y por eso te vamos a tocar el bolsillo'», pero «es lo único que podemos hacer. El resto depende de los jugadores, son cosas que deciden ellos, la mayoría de veces, por el calentón». «Les está costando darse cuenta de lo que esas acciones pueden perjudicar porque están exigidos. Quieren ganar y son lo primero que se dan cuenta que están lejos en la tabla, y posiblemente por ese malestar se producen estas acciones», concluye el secretario técnico murcianista.