La tensión y el ritmo eléctrico vivido en el tercer cuarto, tras una primera parte donde dominaron los fallos en ataque y la imposición de las defensas, terminaron por desconectar ayer a un UCAM CB Murcia en el momento más inoportuno. El equipo universitario cayó ante el Herbalife Gran Canaria con el mono de trabajo puesto y no fue el de las derrotas ante el Zaragoza o el Bayern Múnich. Sin embargo, su bajo porcentaje de acierto (22 lanzaminetos convertidos de 61 tiros de cancha), que provocó que ninguno de los jugadores del UCAM superase los 10 puntos, y la capacidad del equipo canario de encontrar la forma para mermar la defensa local provocaron que en el inicio de los últimos diez minutos el encuentro estuviera visto para sentencia.

Y eso que que el cojunto murciano arrancó el partido con buenas combinaciones intentando jugar por dentro, pero le costó mucho superar a los pívots del Gran Canaria. Con un triple de Baron y una canasta en un contragolpe de Radovic, tras una magnífica asistencia de Campazzo, los universitarios abrieron el marcador (5-0). Sin embargo, a partir de ahí llegó la reacción del equipo amarillo. Los hombres de Luis Casimiro, entrenador visitante, ejecutaron ataques largos con el objetivo de que el UCAM corriera lo menos posible y poder aprovechar así su juego estáctico. Después de un espectacular mate de Soko, los universitarios estuvieron más de cinco minutos sin anotar y Hendrix se impuso en el poste bajo (7-9). Con la entrada de Llompart el UCAM tampoco logró encontrar la calma que buscaba ante la presión constante del 'Granca', hasta que Antelo rompió la mala racha con un triple sobre la bocina del primer cuarto (10-14).

El equipo de Quintana, entrenador del UCAM, movió con criterio el balón en el segundo cuarto. Consiguió su objetivo de tener un hombre liberado para lanzar desde media distancia, pero la suerte no estaba de cara a pesar de los cinco puntos consecutivos de Benite (15-18). Lo mejor para el cuadro local en esos instantes del juego fue que el Gran Canaria tampoco logró marcharse en el marcador, lo que permitió a los murcianos jugar con un poco menos de nervios cada posesión. Hasta que Hendrix, con dos triples consecutivos y un exquisito repertorio de movimientos en el poste bajo, logró que el Herbalife se despegara del marcador (20-30). Fue entonces cuando apareció Pocius, quien no participó en la victoria ante el Zenit y que ayer comenzó a dejar pinceladas de lo que se espera del lituano en el Palacio, quien con dos triples consecutivos ayudó a que el UCAM reaccionara antes de que finalizara el primer tiempo con un tapón de Soko (26-33).

Sinembargo, cuando los universitarios parecieron decididos a dar un paso adelante para llevarse el triunfo, llegaron los instantes fatídicos. La intensidad y el ritmo de partido subieron un par de peldaños tras un intercambio de golpes que aprovechó el base McCalebb para mpliar la renta (33-41). Billy Baron respondió con un triple, pero dos antideportivas rigurosas señaladas al americano y a Campazzo terminaron por mermar a un UCAM Murcia desgastado por una canasta que repelió una y otra vez cada tiro (36-48). No obstante, los universitarios no tiraron la toalla y bajo el mando de Llompart logró reaccionar.

En los últimos tres minutos del tercer cuarto el conjunto murciano anotó prácticamente los mismos que en los siete anteriores. Un '2+1' del base mallorquín y un pase entre las piernas para Delía se tradujo en un parcial de 9-0 para los murcianos que pudo haber sido un punto de inflexión si Rojas llega a anotar un mate que escupió el aro sobre la bocina (49-54). En el último cuarto el UCAM no fue capaz de mantener el nivel. Tres pérdidas consecutivas, que provocaron un tiempo muerto de Quintana, y un espléndido Kyle Kuric, que hizo mucho daño cada vez que el balón le llegaba a sus manos, termiaron por sentenciar el partido mucho antes de lo esperado (51-65).

Fue entonces cuando ambos equipos firmaron las tablas. El conjunto universitario inclinó la rodilla sabedor que era materialmente imposible remontar con el poco tiempo que quedaba y el Gran Canaria siguió intentando mejorar un marcador que le diera más moral después de un inicio de curso en el que encajó cuatro derrotas consecutivas en las primeras cinco jornadas (57-76).