Paco García está preparado para vivir con intensidad el que será su primer derbi regional como entrenador del Real Murcia. Pero lo hará de una manera radicalmente distinta a la que esperaba cuando el pasado verano aceptó el reto de dirigir al primer equipo grana: fuera del banquillo que no ha podido ocupar en las tres jornadas anteriores como consecuencia de la sanción de cuatro partidos que le impuso el Comité de Competición tras su expulsión frente al Granada B. El último de esos encuentros de castigo lo tendrá que cumplir, precisamente, frente al Fútbol Club Cartagena, al que sus hombres se enfrentan mañana, a partir de las cinco de la tarde, en uno de esos compromisos que todo entrenador de fútbol desea disfrutar en plenitud.

«Son partidos muy emocionales, en los que los jugadores tienen que aprender a convivir con este tipo de situaciones», afirmó en su comparecencia de ayer ante los medios de comunicación el técnico del Barrio del Carmen, que no dudó en reconocer lo mucho que le «fastidia» no poder dirigir a sus futbolistas en un choque de esta magnitud: «El hecho de ser el primer derbi de mi vida y tener que vivirlo desde fuera es algo que no me hace ninguna gracia, y más teniendo en cuenta cómo fue la sanción. Espero que el equipo sea capaz de paliar eso y nos dé la alegría de la victoria».

La visita del eterno rival se hará notar en el gran ambiente que registrará el estadio Nueva Condomina. De eso no duda el preparador murcianista, que expresó su deseo de que sus hombres «estén centrados en el juego, que al final es lo que nos define», sin olvidar que «es un partido donde las emociones juegan de manera importante».

Sobre el césped se citarán dos conjuntos que, a tenor de lo que refleja la clasificación del Grupo IV de Segunda B, están separados por nueve puntos. Para Paco García, sin embargo, ésa no es la diferencia real entre dos escuadras que están llamadas a pelear por los primeros puestos de la tabla: «Más que los nueve puntos que indica la clasificación, la diferencia entre los dos equipos está en las dinámicas de juego. Ellos mantienen un proyecto consolidado y una base de futbolistas que se conocen muy bien, y que en muchas fases juegan casi de memoria, mientras que el Real Murcia se encuentra en periodo de construcción».

Como decorado estará la victoria conseguida el pasado fin de semana frente al Linares, la primera de la temporada a domicilio, que permitirá al cuadro grana llegar «con la máxima ilusión» a un derbi en el que se antoja «importante el hecho de tener el balón y defender alejados de nuestra portería y con el balón siempre que se pueda». «Si tenemos el balón, minimizaremos su capacidad ofensiva», apuntó el entrenador del Real Murcia, que no dudó en destacar las virtudes del Cartagena: «Es un equipo que no está cambiando dentro y fuera, con unas señas de identidad que le hacen querer tener el balón y, sobre todo, llegar rápido a esas zonas de mediapuntas y puntas».