Dicen que las comparaciones son odiosas, pero cuando la situación no es la ideal, como la que atraviesa el Real Murcia, hasta el último aficionado tiene la inercia de mirar al pasado más reciente para reforzar sus opiniones respecto al nuevo proyecto de un equipo que, después de nueve jornadas disputadas en las que ha logrado un escaso botín de 10 puntos, maneja números muy pobres si se comparan con los dos últimos cursos del conjunto grana en Segunda B, donde con José Manuel Aira en el banquillo, a estas alturas de competición y también cargado de condicionantes externos, el actual preparador del Albacete ya tenía a su equipo segundo en la clasificación en su primer curso al frente del banquillo (2014-2015), mientras que en su segunda campaña, tras la novena jornada, ya tenía instalado a su Murcia en el liderato del Grupo IV con un punto de ventaja sobre el quinto clasificado (2015-2016). Muy lejos se encuentra en lo que a números se refiere el Murcia actual, el que dirige Paco García, un equipo que con tres victorias, un empate y cinco derrotas está muy lejos de poder compararse con los últimos proyectos 'cocinados' en Nueva Condomina.

El equipo grana marcha decimocuarto en la clasificación en un arranque de Liga que ha servido para generar muchas dudas y tanto los aficionados como los dirigentes de la centenaria entidad están muy preocupados al ver al Murcia muy lejos de lo que se esperaba en verano. El hecho de que los pupilos de Paco García estuvieran aguantando el tipo en Nueva Condomina con resultados positivos ha servido como argumento a los más optimistas hasta que el domingo ante el San Fernando se produjo el primer patinazo en casa en toda regla, abriendo una herida que solo puede cerrarse con victorias.

Y si la figura de José Manuel Aira aparece en el horizonte como referencia es también porque, de la misma manera que el Murcia de Paco García está moviéndose por una zona peligrosa, el equipo que el curso pasado dirigía por segundo ejercicio consecutivo el actual entrenador del Albacete, llegó incluso a ser colista en la tercera jornada tras perder en casa de La Hoya, club que curiosamente dirigía el propio Paco García. Sin embargo, la tragedia y el drama de las tres primeras jornadas dio lugar a una especie de resurrección que llevó a los murcianistas a ser líderes después de nueve semanas, con 17 puntos en su casillero tras cinco victorias, dos empates y dos derrotas. Números mucho más notables que los que ha firmado hasta el momento la plantilla actual.

Pero aquí no acaba el repertorio de datos que no terminan de avalar a Paco García al cien por cien, ya que el propio Aira, la temporada anterior, la 2014-2015 en la que el club sufrió el descenso administrativo, el preparador leonés y sus colaboradores confeccionaron una plantilla en apenas una semana que, después de nueve encuentros, también manejaba números mucho más esperanzadores que los que actualmente maneja el equipo de este año. Así, el Murcia que competía en el Grupo I, tenía 21 puntos en este momento justo de la competición, con siete victorias, ningún empate y dos derrotas, cifras y estadísticas que, incluso en un club marcado por un descenso en los despachos, fueron superiores a las del equipo actual, que ha querido andar sobre el alambre hasta que el primer tropiezo en casa, unido a las cinco derrotas lejos de Nueva Condomina, han hecho encender las alarmas de la mayoría de aficionados y de algunos directivos que han optado por comenzar a cambiar el discurso que ofrecían en verano, eliminando las palabras 'ascenso' y 'play off' de su diccionario.

Que Paco García diera aplausos de alegría en verano por la plantilla que había confeccionado junto al secretario técnico, Guillermo Fernández Romo, y que hace dos jornadas, tras la dura goleada encajada en casa del Recreativo de Huelva por 3-0, se desmarcara con la famosa frase de que «somos más un equipo filial que uno que aspire al ascenso», ha generado mucha desconfianza y cierto desconcierto entre unos seguidores que ya vieron como el primer curso de José Manuel Aira, el leonés no tuvo miedo en mirar de verdad a la cantera para apuntalar el equipo. Así, jugadores como Arturo, Álvaro Marín, Javi Muñoz y el delantero Carrillo, por ejemplo, todos futbolistas de la cantera, aparecieron en primera línea en la 2014-2015 para tirar por tierra el argumento actual de que con jugadores jóvenes no se puede optar a nada ambicioso.

En la segunda temporada de Aira (2015-2016), en la que fue despedido una jornada antes del play off de ascenso por unos dirigentes que olvidaron la templanza, el leonés dio con la tecla para cambiar la mala dinámica realizando ajustes concretos. La apuesta de jugar con dos hombres en ataque tan diferentes como Carlos Álvarez y Azkorra fue una de las recetas que entonces salió bien.

En la situación actual, Paco García no ha podido disponer de su teórico once de gala entre lesiones y sanciones, pero los dos próximos domingos, primero visitando al Linares y después recibiendo al Cartagena en el derbi regional, van a ser días que marcarán si el proyecto de Paco García también puede soñar con la resurrección, o si por el contrario está condenado a moverse por un sitio que no le corresponde.