El entrenador del Real Murcia, Paco García, no se sentó en el banquillo para dirigir a sus jugadores durante el encuentro de ayer frente al San Fernando, que supuso el segundo de los cuatro partidos con los que fue castigado tras su expulsión contra el Granada B. Sí compareció en la sala de prensa de Nueva Condomina minutos después de presenciar la primera derrota que su equipo encaja esta temporada ante la mirada de sus aficionados. El del Barrio del Carmen asume que el conjunto grana atraviesa una situación delicada, pero en ningún momento se plantea su no continuidad al frente del proyecto que inició el pasado verano. «¿Si temo que el consejo de administración me cese? Esa pregunta no es para mí. Ellos tienen que ver el trabajo, analizar el trabajo y decidir. Yo estoy con la máxima confianza y creo en el equipo y en los jugadores», aseguró en la rueda de prensa posterior al noveno compromiso liguero de este curso.

Por su cabeza solo pasa una idea, que no es otra que trabajar sin descanso para enderezar el rumbo perdido en las últimas semanas de competición. «Pensar en mi futuro o en el del club se aleja de nuestro trabajo diario. Lo que hay que hacer es ver en qué hemos fallado hoy (por ayer), intentar corregirlo y ser mejores en el próximo partido frente al Linares», apunta el preparador grana, que prefiere centrar sus esfuerzos en «levantar la confianza de sus jugadores, que son los grandes protagonistas, para que continúen creyendo».

En lo que se refiere al choque disputado ayer, recurrió al adjetivo «injusto» a la hora de valorar lo acontecido sobre el césped. «Si ha habido un equipo que ha tenido el balón y que ha creado ocasiones, frente a un rival que quitando el gol no ha generado ninguna oportunidad clara, ése es el Real Murcia», explicó Paco García, que añadió que «las circunstancias te castigan y en este partido a nosotros nos han castigado».

«Si volvemos a jugar este encuentro diez veces, estoy seguro de que en nueve de ellas estaríamos cerca de ganarlo», prosiguió el entrenador murciano, que reconoce que vio a su equipo «acelerado», algo que «es normal porque ves que haces las cosas bien y te encuentras con un gol en contra». «Son golpes que nos tienen que hacer madurar. Yo estoy orgulloso de mis jugadores y jugando así estaremos más cerca de conseguir la victoria. ¿Cambiar el juego? Pienso que somos efectivos en este modelo y lo estamos demostrando», sentenció.