Tras dos tropiezos consecutivos, el FC Cartagena volvía a ganar en casa y lo hizo ante un Granada B que le exigió mucho, tanto que los albinegros acabados extenuados tras el gran desgaste físico que tuvo que hacer el conjunto albinegro. Un gol de Chus Hevia, titular ayer por Arturo, y otro de Juanlu Hens -ya suma siete tantos- fueron suficientes para que los cartageneristas consigan los tres puntos que los mantienen en la tercera posición en la tabla clasificatoria.

Si bien no fue un encuentro brillante, el FC Cartagena tuvo que optar al plan B, con mucho balón largo y poca triangulación, debido a la fuerte presión que sometió el Granada B a la defensa albinegra. El equipo andaluz apretó al final, cuando tenía las urgencias por igualar el encuentro, pero demostró ser un equipo novato en estas lides a pesar de la calidad de sus jugadores. A eso hay que añadir que la defensa albinegra tuvo un papel protagonista, bien situada y solvente en todo momento.

El filial nazarí mostraba un portentoso once con jugadores de gran envergadura y que ofrecieron una exhibición física inigualable. Los futbolistas dirigidos por Planagumá apretaban como nadie en la salida del balón, llegando a colapsar a la defensa albinegra en unas cuantas oportunidades. No quedaba otra, por tanto, que buscar desplazamientos más verticales, donde Hevia se las tenía que ver con otro futbolista enorme, Pawel, que le superaba en la mayoría de las oportunidades.

El Granada B salía bien a la contra, muy rápido, sumando la mayoría de las ocasiones hasta cinco efectivos en sus movimientos, aunque luego pecaba de falta de finalización. Se les apagaba la luz cuando lo habían hecho todo bien para finalizar las acciones.

Los albinegros jugaron a ráfagas, muchas veces abusando de la rapidez de Sergio García, que fue el que puso la pimienta en el equipo con su verticalidad y profundidad, pero la infinidad de centros que llegaron por su banda derecha no encontraban rematador. Los locales, a excepción de lo que intentaba Sergio García, se convertían en un equipo lento, con un fútbol a veces impreciso y a veces indeciso, por lo que era bastante complicada la finalización de sus acciones. Y tuvieon muchas aproximaciones al área defendida por Pol, pero todas quedaban casi siempre en una acción sin finalizar o un chut estéril.

La primera gran opción que tuvo el FC Cartagena fue un disparo de Quique Rivero al encontrarse un balón suelto en el área rival, pero su derechazo no llegó a originar sensación alguna de peligro. El bloque dirigido por Monteagudo quería dominar la situación y lo hacía por momentos, pero siempre se quedaba todo en una sensación inútil, de control sin beneficio.

Los futbolistas granadinos sí que abusaron de esa verticalidad que adolecía el Cartagena, tuvieron más opciones -un remate de Nierga de cabeza flojo; un disparo de Malle desde la frontal del área-, pero tampoco dejaban síntomas de tener la puntería bien calibrada o el instinto de un equipo mortífero cuando sale a la contra.

Tuvo que ser Sergio García el que de nuevo se convirtiera en el estilete del conjunto local para poner el 1-0 en marcador. Cambió de banda, se situó en los últimos minutos de la primera parte en la izquierda y desde ahí encontró un pase raso al pie de Chus Hevia. Antes, Juanlu Hens había habilitado un buen pase al zamorano para que pudiera irse de su par. Hevia estaba esperando esa acción toda la primera parte; un balón raso y rápido con el que pudo desmarcarse de su defensor para rematar con pie izquierdo raso y dando un ángulo al balón inalcanzable para Pol. El asturiano se vio compensado con un tanto fruto de su olfato para leer a la perfección la opción de ataque de los locales.

El bloque cartagenero se marchaba al descanso con el 1-0 a su favor. Si bien no había tenido opciones muy claras, sí que supo madurar la que llegó para ponerse por delante en el marcador.

El equipo que saltó al campo en la segunda parte jugó con más cabeza, tratando de poner el balón en el suelo y de aprovechar cada jugada sin prisa. Si bien es cierto que el 1-0 daba cierta sensación de alivio, el FC Cartagena se mostró más sereno y también muy seguro de medio campo hacia atrás.

Moisés, de cabeza tras un saque de esquina, lo intentó pero su testarazo se fue flojo a las manos del portero. Luego fue Sergio García en una acción individual quien lo intentó con un derechazo desde la frontal del área que se fue muy alto.

En el minuto 58 el entrenador albinegro decide sacar del campo a Chus Hevia, que estaba dando muestras de cansancio, para que fuera Arturo el que saltara al terreno de juego. En un balón lateral, Arturo tocaba de primeras a Juanlu Hens, quien enganchó un fantástico derechazo que se coló en la misma escuadra de la meta del equipo granadino.

Con este resultado a falta de media hora, no se le ponían nada mal las cosas al equipo de Monteagudo, sobre todo porque hasta este momento el Granada B seguía sin pólvora cuando llegaba al área albinegra. Pero no perdió el tiempo, ya que en la siguiente acción tras sacar del centro del campo y después de un largo centro al segundo palo de la meta de Limones, Clifford, el futbolista con más talento y clase del rival, colocó perfectamente la bota para cruzar el balón por encima del cancerbero albinegro y anotar el 2-1 que volvía a meterlos en el partido.

El Granada B puso toda la carne en el asador, pero el FC Cartagena no se dejó amilanar. Bien es cierto, como reconoce su entrenador, que le faltó algo de paciencia para tener más el balón controlado y no buscar una contra final que finiquitara la contienda. Aún así, Arturo la tuvo en el minuto 92, con un pase al centro del área que el delantero albinegro no acertó a rematar. Aunque fue una ocasión clarísima y más de uno se echó las manos a la cabeza, hay que decir que el balón llegaba muy irregular por las imperfecciones del césped.

Con esa acción se acabó el choque y una sensación de alivio sobrevoló el campo.