Tras concluir las tres primeras jornadas de la temporada en la Liga Endesa, seguro que son varios los aficionados del UCAM Murcia CB que creen que el 'Dios de Muchos Rostros' se ha apoderado de su equipo. Los más seriéfilos reconocerán al instante de quién se trata, ya que forma parte de una de las series más seguidas de los últimos años y que ha convertido al invierno en la estación más famosa.

El equipo de Óscar Quintana, entrenador universitario, ofreció ayer en la victoria frente al ICL Manresa su tercera versión en tres partidos. Aunque, sin lugar a dudas, fue la que mejor sensaciones dejó al término de los cuarenta minutos. El conjunto murciano no sufrió los mismos altibajos que ante el Joventut, ni mostró las dos caras diferenciadas que ofreció ante el Baskonia. El tercer rostro del UCAM fue el de una apisonadora que finiquitó prácticamente el triunfo en el primer cuarto y que mantuvo el pie en el acelerador como quien va por la autovía a 120 km/h hasta que llega a su destino.

Vítor Benite, con 23 puntos, y Facundo Campazzo, con 10 asistencias, fueron los encargados de pilotar al conjunto murciano en un encuentro que sólo tuvo un dominador de principio a fin. El escolta brasileño arrancó el choque con tres triples consecutivos que le dio la primera ventaja al UCAM (9-2). Nemanja Radovic, en su vuelta tras perderse la dos primeras jornadas por una fascitis plantar, se sumó al festival del tiro exterior, donde Benite se atrevió con un cuarto que repelió el aro y que hubiera desatado el delirio en la grada cuando los aficionados apenas se habían acomodado en sus asientos en el Palacio.

Campazzo, que se convirtió en el mejor socio de Radovic y Benite, pronto sacó a relucir su repertorio de asistencias de videojuego para ampliar la ventaja (16-4). Ibón Navarro, entrenador del Manresa, tuvo que pedir tiempo muerto para cortar la inspiración del base, pero no lo consiguió. Tan solo Suggs y Pere Tomás lograron anotar por parte visitante y el partido tomaba claro color local al término de los primeros diez minutos, donde también destacó la presión defensiva del UCAM sobre su rival (29-9).

En el segundo capítulo del encuentro el equipo catalán consiguió despertar, pero no aprovechó su reacción para crear excesivos problemas a los de Quintana. Trapani y Aranitovic recortaron distancias (31-15), aunque la entrada de Llompart le dio más tranquilidad al juego del UCAM. Sin embargo, la presencia del base coincidió con los peores momentos en ataque de los universitarios, por lo que Óscar Quintana pidió tiempo muerto para ajustar líneas.

Un par de acciones en las que Ovie Soko no logró contactar con sus compañeros supuso la entrada de Antelo y las ansias por anotar de ambos equipos se tradujo en dos jugadas en las que el balón fue por el aire de una canasta a otra sin que nadie pudiera anotar. No obstante, a pesar de que daba la impresión de que el conjunto murciano llegaba con menos claridad al aro contrario, aguantó el tirón con un triple de Faverani que terminó desquiciando a un Manresa que llegó con prisas al descanso después de otro lanzamiento de tres Scott Suggs, que colocó a los visitantes a 16 puntos de su rival (43-27).

El tercer cuarto arrancó con el miedo en la grada después del bajón de los anteriores encuentros, ante el Joventut y el Baskonia, en ese periodo. Sin embargo, el UCAM fue disipando las dudas conforme avanzó el cronómetro. La conexión Campazzo-Delía abrió el marcador en la segunda parte, aunque Trapani y dos canastas de Suggs, después de otro triple de Benite, encendieron las alarmas en la grada del Palacio (47-31). A partir de ahí, el equipo universitario fue creciendo desde la defensa. El Manresa veía como se agotaban sus posesiones sin poder sacar petróleo y Campazzo compensó una de sus pérdidas al inicio de la segunda parte con un balón que robó en el aire a al pívot manresano Luksa Andric (51-35).

Vitor Benite continuó mostrando su fiablidad en el lanzamiento exterior, lo que le llevó hasta los 23 puntos a la media hora de juego y redondeó su actuación con un triple en el último segundo, tras una buena circulación universitaria, que ponía el punto y final al tercer cuarto con 22 puntos de ventaja para los locales (64-42).

Tras superar el 'examen' del tercer periodo, el UCAM llegó alivado a los últimos diez minutos de partido. La victoria no se iba a escapar del Palacio y con espacios, ante la necesidad del Manresa por maquillar el marcador, los jugadores del cuadro murciano empezaron a divertirse. Entre ellos el propio Campazzo, con canastas fáciles, y un Ovie Soko que sumó los primeros minutos en su posición natural, donde demostró pinceladas de su verdadero potencial (74-53). El devenir del choque también invitó a que Julen Olaizola, reciente fichaje universitario tras la marcha de Arteaga, debutase en el Palacio. Un Palacio que se quedó mudo con una caída de Sadiel Rojas en busca de un rebote que dejó malherido al 'guerrero' y no volvió a la pista. Aunque seguro que no impedirá que Rojas llegue al estreno europeo del miércoles (85-61).