Los jugadores del UCAM Murcia CB llegaron ayer, como buenos universitarios, con la lección aprendida al Buesa Arena. El conjunto murciano sabía de sobra que tenía que mostrar una mejor cara ante el Baskonia en el primer examen 'serio' de la temporada y durante veinte minutos lo consiguió. El UCAM decidió ser el estudiante aplicado. El que lleva los apuntes al día y el que apuesta por las preguntas que pueden salir y las que no. Sin embargo, otra vez en el descanso, decidió por volver a jugársela todo en el último momento y a quedarse sin dormir la última noche si fuera necesario. Los apuntes se convirtieron en hojas en sucio y las cuestiones que parecían fáciles empezaron a complicarse.

El equipo de Óscar Quintana, entrenador del UCAM, cuajó una primera parte en la que rozó la perfección. Veinte minutos en los que pasó por encima de su rival y en los que parecía que un escenario en el que la historia siempre le ha dado la espalda al equipo murciano -una victoria en diecinueve visitas- había cambiado de decorado. Todo soplaba a favor de los universitarios cuando los jugadores del Baskonia se topaban una y otra vez con una canasta que repelía todos sus lanzamientos. El UCAM también comenzó algo impreciso en su juego, pero pronto cogió carrerilla con la versión asistente de Facundo Campazzo y un Billy Baron que supo leer muy bien el inicio del partido, incluso en los primeros minutos en los que falló un par de canastas (3-8). La reacción universitaria llegó desde la defensa con un gorro de Delía a Blazic, que mermó a los locales y desató la imaginación del base argentino. Campazzo encontró en Delía, Baron y Faverani, con un pase bajo las piernas de Bargani que finalizó el brasileño con un mate, sus mejores aliados para poner el marcador de cara para el UCAM (10-23) tras unos primeros minutos que finalizaron con 6 asistencias del base y diez puntos de Baron.

En el segundo cuarto los de Quintana no pisaron el freno. Decidieron no mirar al marcador y seguir haciendo el mismo trabajo. La defensa del UCAM sobre el Baskonia sacó de quicio a los jugadores de Sito Alonso, entrenador del conjunto vasco, que se quedaron sin ideas en cada posesión y veían como, una y otra vez, sus rivales le superaban en el rebote ya que los murcianos finalizaron el primer tiempo con 22 rebotes defensivos -cinco de Faverani y otros tantos de Sadiel Rojas-. Hasta seis minutos estuvieron sin anotar una canasta de juego los jugadores del Baskonia y eso se tradujo en una ventaja de 16 puntos para el UCAM (15-31). Con las rotaciones, el equipo murciano mantuvo el nivel. Pedro Llompart volvió a serenar el juego, Faverani continuó muy férreo atrás y tanto Benite como Pocius tiraron de experiencia y sangre fría. Eso permitió ampliar la renta hasta los 19 puntos de ventaja, aunque los locales sacaron petróleo en el uno contra uno y en un dos más uno de Rafa Luz antes del descanso (22-37).

Sin embargo, al igual que ocurrió en el primer partido del curso ante el Joventut, el paso por vestuarios volvió a cambiar al UCAM Murcia. Los universitarios saltaron a la cancha pasados de revoluciones y con ganas de finiquitar el partido por la vía rápida. Y eso no hizo otra cosa que darle vida a su rival. La entrada de Llompart quizá hubiera apaciguado las aguas en unos momentos en los que, con un solo puñetazo en la mesa, el Baskonia consiguió asustar a un equipo murciano que comenzó a perder la confianza con cada tiro fallado (34-43). Eso se tradujo en un parcial de 16-0 sustentado en jugadores como Shengelia, Bargani y Blazic que aprovecharon errores infantiles del UCAM desencadenados por la falta de concentración hasta en los saques de fondo (42-43). Blazic, con una técnica pitada al banquillo murciano, y Rafa Luz lograron allanar el camino después de que el Baskonia superase los 30 puntos en el tercer cuarto (55-51).

A pesar de que el UCAM encaró los últimos minutos con vida, las sensaciones sobre la pista eran bien distintas. El cuadro de Quintana intentó morder en el último cuarto con Campazzo, Pocius y Faverani como máximos exponentes (68-62), pero el Baskonia hizo que los universitarios siguieran pagando caro cada desajusto cometido y aprovecharon la rabia, por la primera parte encajada, para terminar cerrando el encuentro con un resultado amplio (87-75).

El equipo muciano no tiene tiempo ahora para curar las heridas. Hoy regresa a la ciudad para preparar el choque de mañana, a las 12.30 horas, con el ICL Marnesa, que el jueves ganó al Betis en Sevilla, como rival. La segunda victoria del curso no se puede escapar antes del estreno en la Eurocup del próximo miércoles en el Palacio.