Trabajar, comer para reponer fuerzas, poner en orden la casa y, casi sin tiempo para tomarse un respiro, subir al coche para llevar a los 'peques' al pabellón. Son los pasos que siguen a diario las madres de los jugadores que militan en los equipos del CB Estudiantes Cartagena. Una rutina que no dudan en completar con la ilusión que les invade por el simple hecho de ver a sus hijos practicando el deporte que más les gusta. Pero algo ha cambiado para algunas de ellas, que hace tres años acudieron a Moisés Navarro, director deportivo del club, con la intención de trasladarle su deseo de iniciarse en el mundo del baloncesto.

«¿Por qué no?», se preguntaban las valientes que llevaron la voz cantante, que se podían contar con los dedos de una mano. Y el sueño se transformó, la temporada pasada, en una realidad que se puede contemplar cada martes y jueves, de nueve a diez y cuarto de la noche, en el pabellón del colegio Miralmonte, que no ha dudado en poner su grano de arena cediendo sus instalaciones a más de veinte mujeres que se apoyan en el deporte para pasarlo bien, hacer ejercicio y mantenerse en forma con el implemento de un balón de baloncesto. De preparar la atmósfera ideal en cada uno de los entrenamientos se encarga Salva, un monitor con el que, tal y como explica Moisés Navarro, las jugadoras «están contentísimas».

Las 'Estumothers' están en marcha desde que comenzó el mes de septiembre. El grupo está integrado casi en su totalidad por madres de jugadores del CB Estudiantes Cartagena, pero la voz también se ha extendido a algunas de sus amigas, que se están animando a realizar una actividad que tiene un coste de 15 euros.