La teoría de que la masa social del Real Murcia se iba a disparar en el momento que el club cambiara de manos y pasara a ser dirigido por personas de la tierra está cada día más cerca de caerse por sí sola. El gran objetivo del nuevo consejo de administración grana, el de conseguir 10.000 abonados con una política de reducir los precios, va a ser el primer traspiés de una directiva que estaba tan confiada con que el adiós definitivo del expresidente Samper iba a disparar la masa social, que no se detuvo en pensar un plan de urgencia para la entidad deportiva más importante de la Región por si muchos aficionados se hacían los remolones para acudir a la llamada de socorro del club. El Murcia, con suerte, podrá rozar o superar la barrera de los 7.500 socios, pero esta semana, los responsables del club grana han visto en la ciudad de Huelva cómo un club sí puede gritar más fuerte de lo que se ha gritado aquí. El Recreativo, otro histórico que el 15 de agosto no sabía si iba a poder competir con la sombra de la desaparición sobre el Nuevo Colombino y donde algunos jugadores han reconocido estos días que están «mentalizados para los impagos», ha superado los 9.500 carnés y va a ser con toda seguridad el rey de Segunda B en lo que a número de aficionados se refiere.

En el caso del Murcia existía otra posibilidad que tampoco ha servido como impulso definitivo, por ahora, para lo que pretendía conseguir el presidente, Guillermo Martínez Abarca, y era empezar como un tiro el campeonato liguero como mejor arma para subir la moral de los aficionados más indecisos, aunque las tres derrotas lejos de casa y la imagen que ofreció el equipo en la dolorosa derrota del domingo ante el Jumilla no han servido de mucha ayuda para llevar más gente a las taquillas.

Si ya de por sí la exigencia del público de Nueva Condomina es elevada, algo que saben antes de llegar a la perfección tanto los jugadores y el cuerpo técnico, otro problema para esta campaña es que tanto los técnicos como los directivos han tenido la osadía, ya se verá si acertada o no, de prometerle a los aficionados que iban a disfrutar de un buen espectáculo en Segunda B, por lo que solo las victorias ante el Mérida y el Lorca han impedido que las voces más críticas hagan su aparición en escena reclamando un estilo que, por ahora, está dejando al Murcia como un equipo frágil en defensa y con evidentes problemas para marcar goles. En Jumilla no se produjo ni un disparo entre los tres palos de la portería contraria durante los noventa minutos.

¿Cómo despertar la fibra sensible de la masa social murcianista cuando hay tanto en juego? La llegada a la zona noble de la Nueva Condomina de caras nuevas ha provocado una serie de medidas y de iniciativas que han servido para cuadrar gastos en la recta final, es verdad, pero que no tienen la importancia del número de abonados a la hora de confeccionar el presupuesto para toda la temporada.

La idea de organizar una carrera popular que tuvo un gran éxito de participación, la de alquilar Nueva Condomina al terminar el campeonato y que supuso unos ingresos económicos que fueron recibidos como agua de mayo, la reducción en el precio de los carnés y otra serie de iniciativas con las que se buscaba reforzar ese vínculo con los aficionados que han desistido, no han sido suficientes para conseguir que Nueva Condomina, cada dos domingos, sea un campo como, por ejemplo, el del Recreativo, sin ir más lejos.

Que el nuevo consejo haya fracasado en esta asignatura que algunos veían tan sencilla desde la primera fila del palco de autoridades, tampoco supone una desgracia ni mucho menos, pero sí evidencia que lo que se ha sembrado en los últimos meses con tantas actividades puede dar sus frutos a largo plazo, pero no ahora, que es justo cuando más ayuda necesita la entidad. En cualquier caso, el respaldo del Murcia es muy meritorio, teniendo en cuenta que solo tiene por encima en el ránking de abonados al Racing de Santander y al Recreativo de Huelva. Los santanderinos han superado los 7.500 carnés, mientras que el Recre sí puede dar la sorpresa y tocar el cielo de los diez mil.

En cualquier caso, los dirigentes murcianistas saben ya de antemano que no pueden asustarse por no cumplir las expectativas en la campaña de abonados, puesto que todavía falta algo más de un mes para conocer otra mala noticia, cómo termina una ampliación de capital que algunos de los nuevos consejeros veían como única tabla de salvación para el club y que, según fuentes bien informadas, está resultando algo decepcionante. El otro frente abierto actualmente es el de las dudas generadas en el capítulo deportivo después de tres jornadas de Liga y una ronda de Copa del Rey, pero en esta cuestión, la responsabilidad va a estar más repartida entre el entrenador, Paco García, junto a su equipo de trabajo, y Guillermo Fernández Romo, el secretario técnico, puesto que, dentro de los límites económicos, han tenido total libertad para tomar las decisiones más importantes en lo referente a la plantilla, tanto en las altas como en las bajas.